Cuando el 17 de agosto se constituyó la mesa del Congreso más fragmentado de la historia -una veintena de partidos políticos conforman el arco parlamentario de la XV Legislatura-, con una aritmética endiablada, dos debates de investidura en el horizonte y la temperatura de la calle por las nubes, Alberto Núñez Feijóo y el Partido Popular lo tuvieron claro: haría falta alguien con nervios de acero y mucha cintura para batallar con una presidenta cuya elección fue todo una declaración de intenciones y una forma de facilitar los pactos que cuatro meses después han llevado al país a una polarización sin precedentes en democracia. El diputado elegido para ocupar la vicepresidencia segunda del Congreso, el cargo de más rango del Partido Popular en la mesa del Congreso es el salmantino José Antonio Bermúdez de Castro, un diputado experimentado que comenzó su trayectoria política en la Comunidad de Madrid y que ha sido elegido durante diez legislaturas consecutivas diputado por Salamanca en el Congreso. Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca, especialidad en ICADE, el año pasado fue condecorado con la Gran Cruz del Mérito Militar por su labor al frente de la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados. Esta será su décima legislatura en la Cámara Baja y, sin duda alguna, no será la más fácil.
-Desde el punto de vista de un diputado superveterano como usted, ¿cómo se presenta esta legislatura?
-Creo que esta legislatura no ha podido arrancar peor. Estamos ante la legislatura de la humillación y la indignidad, ante las continuas cesiones a los independentistas. Han aprovechado que ha habido una persona, que es Pedro Sánchez, que perdió las elecciones y que estaba dispuesto a todo para gobernar, aunque esto fuese a costa de la justicia, de su propia palabra y de sus principios, y a costa de la dignidad de los españoles. Los independentistas están aprovechando para chantajear al Estado y para atacar los cimientos de la España constitucional. Lamentablemente, Sánchez está cediendo a ese chantaje.
-Si nadie lo remedia, la Ley de Amnistía va camino de consumarse, algo que parecía impensable hace unos meses. ¿Cree que ha faltado oposición o movilización de la sociedad en la calle contra esta ley?
-Lo que han faltado son cuatro escaños. Pero la realidad es que, efectivamente, el Partido Socialista, durante muchos años a largo de su historia, había trazado una serie de líneas rojas que nunca traspasaba, era un partido constitucionalista. Pensábamos que en la pasada legislatura lo habíamos visto todo, y que ya no iban a traspasar más líneas rojas. Vimos los indultos, vimos cómo un presidente del Gobierno traicionaba su propia palabra. Todos recordamos cuando dijo que no podría dormir si gobernara con Podemos, y gobernó con Podemos. Dijo veinte veces que jamás pactaría con Bildu, y no solo ha pactado, sino que lo ha convertido en socio preferente. Se están atacando los cimientos y las bases de nuestra España constitucional, que es lo mejor que hemos hecho los españoles en nuestra historia, y ese ejemplo de degradación política y moral lo tenemos en la Ley de Amnistía, que algunos llaman eufemísticamente una ley de normalización política social institucional de Cataluña, como si Cataluña fuese por sí misma independentista -hay muchos constitucionalistas en Cataluña- y como si realmente la convivencia fuese el objetivo verdadero de esa ley. Y todos sabemos que eso no es así. Esa ley se hace en un grosero y obsceno intercambio y trueque de impunidad y privilegios por votos. Eso es lo que estamos viviendo, por siete votos. Lo demás sobra. Y esa es una degradación política de moral que los españoles no merecemos. Incluso lo que anteayer era una línea roja, como era que bajo ningún concepto podrían amparase en la amnistía los delitos de terrorismo, ahora vemos que sí, incluso estableciendo dos modelos de terrorismo, el 'light' y otro que no lo es en función de los intereses del gobierno, cuando el terrorismo es el mayor ataque que puede sufrir una democracia y por tanto, es tan inaceptable como imperdonable.
-Cuatro escaños faltaron. ¿Cuatro Emiliano García Page habrían hecho falta en el PSOE?
-Bueno, pues que pase de las palabras a los hechos, yo creo que todavía se está a tiempo. Hay muchos socialistas que perfectamente podrían alzar la voz contra la que está ocurriendo, entre otras cosas porque han empeñado su palabra en campaña para hacer justo lo contrario de lo que está ocurriendo en esta legislatura. Esto no es fomentar ningún transfuguismo, sino la coherencia. Tránsfuga es aquel que hace lo contrario de lo que promete. El tránsfuga de sus propios principios es el propio Sánchez y por tanto, Page, que ha dicho que la amnistía está en el extrarradio de la Constitución, pues si cree que esta es una medida tan injusta como inconstitucional, que pase de la palabra a los hechos y que dentro de las posibilidades internas que tenga, que trate de impedir que esto se lleve a término. Porque esto, reitero, va en contra de la dignidad de todos los españoles y supone la ruptura del principio de igualdad y todavía se está a tiempo de poder frenarlo. Desde luego, el Partido Popular está utilizando todos los medios para frenar esta humillación a los españoles. No olvidemos que, a diferencia del indulto, en el que el Estado perdona a unos condenados, en la amnistía es el Estado el que pide perdón. No merecemos que nadie nos ponga en esa tesitura de que tengamos que pedir perdón a quienes quisieron romper por las bravas nuestra integridad territorial.
El tránsfuga de sus propios principios es el propio Sánchez
-¿Esta tensión tan profunda de fondo constitucional se traslada también a la vida diaria de la mesa?
-Sí, porque la mesa se ha convertido en el primer frente dentro del caballo de batalla. Es en la mesa donde se califican las iniciativas y los miembros del Partido Popular que formamos parte de la mesa, yo mismo, hemos intentado que no se calificaran porque, a nuestro juicio, entraban en contradicción evidente y palmaria con la Constitución. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional permite que algunas iniciativas, cuando se tramitan por una vía digamos fraudulenta, como es el caso a nuestro juicio de la Ley de Amnistía, que supone una mutación constitucional y se ha presentado como una proposición de ley orgánica, que no sean calificadas. Y en ese sentido nosotros hemos establecido, ahí están reflejados en las actas, los argumentos contrarios a ese tipo de iniciativas que conculcan el orden constitucional. y es importante, porque esos fundamentos sirven de prueba luego para los recursos ulteriores que se puedan presentar tanto ante los tribunales o ante el propio Tribunal Constitucional.
-¿Cuándo tardaría el Tribunal Constitucional en resolver un recurso a este tipo?
-No lo sé. El Tribunal Constitucional tiene sus tiempos y yo voy a respetarlos. Yo lo único que espero es que se salvaguarde esa neutralidad, esa independencia de uno de los tres poderes que son base de la democracia que algunos, como estamos viendo, lo están atacando un día sí y otro también, cuando las resoluciones no responden a sus intereses. Lo único que espero del Tribunal Constitucional es que defienda nuestra Constitución, y que actúe con independencia y con plena imparcialidad. Porque a la postre es el centinela de nuestra Constitución, el garante del mantenimiento del orden constitucional y de que las leyes respondan precisamente dentro de esa pirámide de jerarquía de normas, a la ley de leyes y a ese proyecto de vida en común que nos dimos los españoles.
-¿La presidenta del Congreso, Francina Armengol, está cumpliendo con ese papel institucional, con esa neutralidad debida del puesto, o se está posicionando políticamente?
-A la vista está que no, creo que lamentablemente desde el primer momento puso esta institución al servicio de la estrategia del Gobierno. Creo que se ha roto ese papel de neutralidad que le corresponde como presidenta de todos los diputados. Al fin y al cabo preside el órgano de Gobierno del Congreso de los Diputados, y muchas de las decisiones que han pasado por la mesa y que han sido avaladas por la mayoría de los miembros del PSOE junto con Sumar son muy controvertidas. Y creo que, probablemente, en otras circunstancias no se hubieran tomado, actuando no con independencia sino como delegada del gobierno en el Congreso. Y son dos poderes distintos, el ejecutivo y legislativo. Por ejemplo, hemos vivido cómo a cambio de que Junts le diera los votos para presidir el Congreso se ha hecho una reforma que carece de sentido. Y es que en el Parlamento de todos, donde desde el inicio de la democracia se ha hablado la lengua de todos, la única lengua oficial del estado, se han introducido lenguas que aunque forma parte de nuestra riqueza cultural, son solo oficiales en algunas comunidades autónomas y se les se las ha permitido introducirlas libremente aquí sin ningún tipo de límite. Con en que en este parlamento de todos los diputados tenemos que entendernos a través de intérpretes, y eso es un disparate.
Armengol ha puesto esta institución al servicio de la estrategia del Gobierno
Se ha permitido, por ejemplo, que Esquerra y Junts tengan grupo parlamentario sin cumplir los requisitos que establecen el reglamento. Y se les han otorgado más medios personales y materiales a los grupos independentistas que son minoritarios en esta cámara, rompiendo el principio de equidad en realización de la función parlamentaria. Alguien puede considerarlo una anécdota, pero es una realidad. Tienen más asistentes y más metros cuadrados por diputado que los demás. ¿Pero por qué? ¿Quién ha dicho que esos grupos deben tener privilegios en esta cámara? Ya no hablemos ya de tiempos de intervención o de tiempo de iniciativa. En este momento la imagen y la voz de la cámara no responden a la voluntad de las urnas, se ha sido muy generoso y ellos no responden con lealtad, sino que quieren todavía más privilegios. En el debate de investidura, dos terceras partes de los tiempos de intervención correspondían a quien no representa más allá del 6 o 7% del voto de los españoles. Se está produciendo una desproporción evidente con la anuencia de la mayoría de la mesa del Congreso.
Los discursos son sectarios y poco neutrales e institucionales. La presidenta del Congreso tiene que ser la presidenta de todos, y por supuesto, el nombramiento de un letrado mayor que no goza de la apariencia de imparcialidad, toda vez que era subsecretario en el gobierno de Sánchez. Ha tomado unas decisiones muy controvertidas que están haciendo daño a la institución, que no puede estar al servicio del gobierno, tiene que tener su propia dinámica. Es otro poder, es el poder legislativo y no puede estar bajo supervisión ni tutela de otro poder.
-De ahí la marcha en los últimos días de cuatro letrados, nada menos, que se van del Congreso al Senado.
-Porque piensan que quizá en aquella cámara, van a poder actuar con rigor, con profesionalidad e independencia y aquí podían tener problemas para ello. Pero es mejor preguntarles a ellos cuáles son las razones por las que prefieren ir al Senado. En todo caso, nosotros en el Senado intentaremos que sea el contrapeso ante tanto sectarismo y tanta arbitrariedad.
-En el corto recorrido que lleva la legislatura ya se han vivido varios momentos críticos para Sánchez, como la amenaza de los partidos independentistas de no apoyar la convalidación de los anticrisis, que respaldaron in extremis. ¿Creen en el GPP que las exigencias de Junts van a terminar si consiguen la amnistía o, por el contrario, nos enfrentamos a una legislatura loca?
-Yo creo que en esta legislatura con Sánchez vamos a estar viviendo bajo el chantaje permanente de los independentistas. Ayer decía un compañero mío en la Diputación Permanente, Juan Bravo, que cada votación podría ser una lotería, pero que siempre iban a ganar los mismos, los independentistas. Esa es la realidad, Sánchez ocupa la Moncloa, pero quien verdaderamente manda y gobierna es un prófugo de la justicia que vive fuera de España. Y esa es otra humillación.
Sánchez ocupa la Moncloa, pero quien verdaderamente manda y gobierna es un prófugo de la justicia que vive fuera de España
-¿Está en peligro el sistema democrático en España?
-Hay un ataque al Estado de derecho y a las bases y cimientos de la España constitucional. Eso es un hecho, y no viene de ahora, sino ya viene de la legislatura pasada. Por ejemplo, aquí se ha tomado en consideración esta legislatura una iniciativa que pretende despenalizar las injurias a la Corona, a los símbolos del Estado y al enaltecimiento del terrorismo. Es evidente que alguien sabe qué es lo que pretende, va a intentar desmantelar nuestra España constitucional, el régimen que todos nos dimos con la aprobación de la Constitución del año 1978. Y es una realidad también que el PSOE está aceptando que el Estado tenga menos instrumentos para defenderse. Hay un desmantelamiento de sus instrumentos en defensa del Estado. Ocurrió con los indultos. Ocurrió con la derogación del delito de sedición y está ocurriendo con la amnistía. Repito, que la amnistía supone que el estado pida perdón por haber condenado a alguien, de manera injusta. Y además con la inmoralidad de que se está negociando con aquellos beneficiarios de la propia amnistía, esto carece de cualquier tipo de componente moral y ético. No se hace por convivencia, sino por conveniencia, por siete votos. En el Partido Popular haremos justo lo contrario, intentaremos rearmar al Estado y fortalecer lo común, porque así estaremos respondiendo a la voluntad de la mayoría de españoles, que saben que España constitucional nos ha traído libertad y progreso y que no se puede construir España con quien quiere destruirla. Hablaba antes de Page, pregunto también a los dirigentes socialistas de Castilla y Leon, si de verdad creen que los españoles merecen esto y si un gobierno bajo esos condicionantes pueda ir a buen término.
-¿Cree que es mejor fórmula de gobierno el pacto entre PP y Vox en Castilla y León?
Castilla y León es un ejemplo de autonomismo útil, frente a este nacionalismo identitario imperante y rupturista, en Castilla y León se mejora el bienestar de las personas y de los servicios públicos. En otras CC. AA. donde gobiernan los independentistas en vez de hablar de bienestar se habla de división y de ruptura. Y lo que ahí es un deterioro de los servicios públicos. En Castilla y León tenemos los mejores servicios públicos de España, y es el gobierno presidido por Alfonso Fernández Mañueco, paisano y buen amigo mío, quien está liderando las políticas sociales en España. Somos los mejores en dependencia, somos los mejores en educación, con uno de los mejores sistemas educativos del mundo, tenemos la mejor ratio de médicos de atención primaria por habitante, lideramos las exportaciones, y eso nos tiene que llenar de orgullo a los castellanos y leoneses. Esa es la diferencia entre unos y otros. Yo me siento muy orgulloso del Gobierno de Castilla y León, porque es un gobierno centrado en las personas y además con datos que demuestran que efectivamente, paso a paso, materializa políticas eficaces.
Castilla y León es un ejemplo de autonomismo útil.
-Hay quien piensa en el Partido Popular que el pacto entre el PSOE con los independentistas no responde solo al objetivo de mantenerse en la Moncloa, sino que busca un cambio en el modelo de Estado. ¿Comparte esta opinión?
-Es evidente que el sanchismo, a diferencia de lo que era el socialismo, se parece cada vez más a los nacionalismos que a los constitucionalistas. Pero yo creo que la España constitucional es muy fuerte y tiene muchos más resortes de lo que parece para defenderse. Y por tanto, hay que intentar que este periodo sea lo más corto posible. Yo creo que es un gobierno totalmente inestable, y creo que cada vez habrá más voces dentro del Partido Socialista que reclamen que el PSOE se mantenga en los principios que siempre ha defendido. No olvidemos que el PSOE junto con UCD fueron protagonistas de ese periodo maravilloso en el que los españoles nos dimos un abrazo después de décadas de enfrentamiento que nos llevó a una guerra civil y a una dictadura que se buscó superar todo aquello para buscar un proyecto de vida común de mejora y de progreso, y eso se convirtió en realidad, porque estos años han sido los mejores de la Historia. Y Sánchez, que ha puesto por delante su ambición de poder por encima del interés general debería ser consciente de ello y si no, pues, los militantes socialistas quienes le obliguen a rectificar de rumbo.
Hay que intentar que este periodo sea lo más corto posible
-¿Cree que se agotará la legislatura?
-Es muy difícil que esta sea una legislatura estable, porque es muy difícil poner de acuerdo todos los días a todas horas a 24 formaciones políticas. Esta legislatura se va a caracterizar por la inestabilidad, y eso va a hacer daño no solo en el ámbito político sino también económico y social. No nos damos cuenta, pero España, que está viviendo a crédito, está teniendo unos indicadores muy negativos. El Gobierno dice que la economía va como una moto, pero es mentira. Somos el país más lento en la recuperación. Seguimos teniendo la tasa de desempleo más alta de la UE. Se habla de que hay menos parados, pero la realidad es que hay 700.000 fijos discontinuos que están fuera de las listas del paro. Se han creado 400.000 empleos en el sector público. Pero aquí no podemos decir que estamos saliendo más fuertes porque somos cada vez más pobres. Uno de cada cuatro españoles dice vivir bajo el umbral o en riesgo de pobreza. Y eso es una realidad estadística, pero además también empieza a ser percibida por los españoles. Ayer, el propio Juan Bravo también ponía un ejemplo del CIS, y es que en el año 2019 solo el 3% de los entrevistados se auto ubicaba dentro de la clase pobre. Ahora ha subido al 17.
Cada vez habrá más voces dentro del Partido Socialista que reclamen que el PSOE se mantenga en los principios que siempre ha defendido
La cesta de la compra ha subido un 32% en tres años y el gobierno no quiere aceptar la petición que le hemos hecho de manera insistente en rebajar el IVA de la carne, del pescado, de las conservas, de actualizar las tarifas de IRPF, rebajando lo que españoles pagan en impuestos ni rebajar el IVA del gas y la electricidad. Y eso está lo está notando la familia española. Hemos pasado a ser el país número 18 de 27 en renta per cápita en Europa. Hemos perdido convergencia durante muchos años, que suponía llegar a la media de riqueza de los países europeos. Hemos vuelto a bajar al 85%, perdemos productividad. La realidad es que el Estado ingresa como nunca, tenemos récord en recaudación, pero a pesar de ingresar, por asfixiar con impuestos a las clases medias españolas española, tenemos el mayor déficit de nuestra historia, un difícil que se transforma en deuda. Nos estamos gastando el dinero de nuestros hijos y nuestros nietos, es lo más insolidario que existe. Y luego algunos presumen de progresista. Pero ¿cómo se pueden presumir de progresista cuando te estás gastando el dinero de tus propios hijos? Es un lastre para la economía actual y futura. No olvidemos que este año vamos a pagar 40.000 millones de euros solo en intereses de la deuda. Cuando ese dinero podía ir a educación, a dependencia, a infraestructuras, a servicios sociales, a lograr una mayor cohesión territorial. La política no se mide por discursos ni por eslóganes, se mide por resultados. Y la realidad de la política económica socialista es que hay un descontrol de las cuentas públicas y hay más pobres en España.
-Sin embargo, Pedro Sánchez es el favorito para presidir el Consejo Europeo, lo que supondría un respaldo a su acción de Gobierno.
-Vamos a ver cómo convence Sánchez a la Unión Europea de que amnistiar los delitos de terrorismo o de corrupción se hace por una idea de justicia y de convivencia.
-¿Se está poniendo de perfil la Unión Europea en este asunto?
-Hay unas elecciones europeas que son muy importantes, porque Europa puede tener algo que decir en todo lo que está ocurriendo aquí en España. Al fin y al cabo España es Europa, no lo olvidemos, esto no es un ente ajeno. Formamos parte de una Unión Europea que está sentada en unos principios, y uno de ellos es la preservación de todo el conjunto de integridad territorial europea. Y hay una serie de valores y principios establecidos en el tratado de la Unión que si algún estado los conculca, y puede que en este caso los estén conculcando, Europa y el Tribunal de Justicia Europeo tendrán algo que decir. Por eso, estas elecciones europeas pueden suponer también un freno a determinadas políticas sanchistas y rupturistas. Cuando llegue el momento, el 9 de junio, veremos cuál es el mapa que los europeos y los españoles deciden a través de las urnas, puesto que el Parlamento será decisivo también a la hora de definir la Comisión y quienes van a regir los destinos. El Consejo lo forman los gobiernos de los estados, pero la Comisión luego hay que elegirla.
Vamos a ver cómo convence Sánchez a la UE de que amnistiar los delitos de terrorismo o de corrupción se hace por una idea de justicia y de convivencia
-En lo que respecta al Partido Popular, ¿es esta una buena oportunidad para Feijóo para consolidarse como líder de los populares y que cuando lleguen las próximas elecciones, sean cuando sean, consiga esa ansiada mayoría?
-Yo creo que Feijóo está consolidado hace mucho tiempo, no olvidemos que Feijóo y el PP ganaron las elecciones. Puede que no estemos en el gobierno, pero representamos a la mayoría social de los españoles y lidera de manera indiscutible el partido. Además, ha demostrado ser un hombre de principios porque entre España o que gane el PP siempre eligió España, entre los principios o el poder, ha elegido los principios, y eso es algo que nos enorgullece. Recuerdo una frase que dijo en la investidura: “Tengo los votos para ser presidente al gobierno, pero no estoy dispuesto a pagar el precio que me exigen para serlo”.
-Que motivó la carcajada de Pedro Sánchez…
-Sí, la de un nombre sin principios, sin palabras y sin escrúpulos, frente a un hombre con principios, con palabra y con escrúpulos. Esa la diferencia entre uno y otro, pero no olvidemos que nosotros tenemos la mayoría social, somos la primera fuerza política en el Congreso, tenemos mayoría de sobre el Senado, gobernamos en 11 comunidades autónomas, en Canarias también con Coalición Canaria, en las dos ciudades autónomas, en 3.300 municipios a 32 millones de españoles. Esa una fuerza muy importante. Y esas comunidades autónomas, esos ayuntamientos, no van a permanecer callados ante cualquier intento de socavar los principios de solidaridad, equidad o de igualdad entre españoles. A la hora, por ejemplo, de la financiación autonómica. Aquí se ha roto el principio de igualdad, se pretende que se condone la deuda de 15.000 millones a Cataluña, pensando que eso se perdona y en paz, que el resto de españoles tenemos que pagar esa deuda. ¿Qué es eso de que ahora los españoles tengamos que bonificar a las empresas para que regresan a Cataluña? ¿Dónde está el principio de libertad de empresa? ¿Por qué se marcharon esas empresas? Lo hicieron, precisamente, porque allí había crispación, división, inseguridad jurídica… Nosotros no tenemos que pagar todo eso. ¿Y qué es eso de que a través de los decretos se dé una trasferencia de 900 millones de euros para mejorar los Rodalíes en Cataluña, y qué pasa con la Ruta de la Plata y con el Corredor Atlántico? Nosotros no nos vamos a callar, lo vamos a denunciar y a intentar desde las instituciones donde gobernamos que esos principios básicos para la convivencia y para el progreso no se trunquen. Igual que no hay convivencia sin ley, no hay progreso sin igualdad.
Esta situación de chantaje de una minoría debe llevarnos a reflexionar sobre reformar la Ley Electoral
-¿Cabe el pacto para que gobierne la lista más votada en próximas elecciones?
-Nosotros lo ofrecimos, pero Sánchez no lo aceptó, hemos venido defendiendo también incluso reformas legales, pero sabemos que la Ley Electoral es una ley cuasi constitucional y, por tanto, debe hacerse sobre el consenso. Pero es verdad que esta situación que estamos viviendo en la que estamos siendo chantajeados por una minoría que está imponiendo su criterio frente a la mayoría puede llevarnos a la reflexión. Y es una reflexión que tenemos que hacer entre todos.