El pasado 29 de febrero, la Junta de Castilla y León declaró Bien de Interés Cultural (BIC) la conocida como Pirámide de los Italianos, un monumento situado en la provincia de Burgos y que homenajea a los soldados italianos que apoyaron al bando franquista durante la guerra civil española. La decisión generó fuertes protestas entre la oposición al Gobierno de PP y Vox, que tildó de "vergonzoso y abominable" que se proteja un monumento "fascista" mientras que el consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta, Gonzalo Santonja, de Vox, defendió la decisión por el "valor histórico" del monumento y por tratarse de "un ejemplo arquitéctonico muy singular".
Pero la declaración de la Pirámide de los Italianos como BIC no ha sido un hecho aislado y se basa en una lista elaborada por Vox en el mes de enero de 2023 con un total de 187 vestigios de la guerra civil española y la dictadura que la formación tiene intención de proteger, aprovechando que ostenta la dirección de la Consejería de Cultura de la Junta. Su principal objetivo: que la Junta les declare BIC, como ha sucedido en el caso del monumento a los fascistas italianos, para evitar que se aplique la Ley de Memoria Democrática y se eliminen, retiren o demuelan esos restos.
La mayoría de ellos son placas, lápidas y escudos situados a lo largo y ancho de la Comunidad, principalmente en pequeños municipios, pero destacan seis grandes monumentos que comparten las características de la Pirámide de los Italianos por tratarse de imponentes conjuntos monumentales, en muchos casos abandonados, que se encuentran, a juicio de Vox, "amenazados" por la Ley de Memoria Democrática y que la formación tiene intención de proteger para garantizar su conservación.
El monumento al General Mola en Alcocero de Mola
El monumento al general Emilio Mola en el municipio burgalés de Alcocero de Mola es uno de los vestigios franquistas que Vox quiere proteger en Castilla y León. Fue inaugurado el 3 de junio de 1939, recién finalizada la guerra civil española, en homenaje al general, que fue el principal impulsor del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y que falleció en un accidente de aviación, el 3 de junio de 1937, dos años antes de la inauguración del monumento, en un viaje entre Burgos y Valladolid.
El monumento se extiende a lo largo de la ladera del cerro donde impacto el avión en el que viajaba Mola a su muerte y se encuentra a unos 300 metros desde el pie de la montaña. Los lugares en los que fueron hallados los cuerpos de los fallecidos en el accidente se encuentran señalados con una cruz de piedra, en una zona que es denominada como 'recinto sagrado'.
En la parte superior de la construcción, se encuentra una quíntuple arquería con cada uno de los arcos dedicado a cada una de las víctimas del fatídico accidente, siendo el central el que conmemora la figura de Mola. Por debajo de ese arco, en la parte de arriba, se encuentra un altar que se encuentra muy dañado en la actualidad y subiendo un amplio gradería se llega a la parte más alta del monumento. En ella, destaca una torre, con planta de cruz griega y unos 20 metros de altura, en la que se puede leer en grandes letras de bronce la palabra 'MOLA'.
El Águila de Sagardía en Cilleruelo de Bricia
Otra de las construcciones que la Consejería de Cultura de la Junta, gestionada por Vox, tiene intención de proteger, es el monumento conocido como columna Sagardía, también llamado Águila de Sagardía, en el municipio burgalés de Cilleruelo de Bricia. Se trata de una estructura de hormigón y mármol que fue levantada en 1940 para conmemorar la participación del general Antonio Sagardía Ramos y de la 62ª División en la ofensiva del Norte del bando franquista en la guerra civil española y su entrada en la ciudad de Santander en 1937.
La estructura fue diseñada por los arquitectos Eduardo Olasagasti y José Antonio Olano y fue llevada a cabo por Construcciones Altuna. El monumento consiste en un gran macizo de hormigón y mármol que representa a un águila imperial lista para alzar su vuelo y que se encuentra sobre una base en la que están inscritos los nombres de los miembros de la 62ª División y las batallas en las que tomaron parte. Además, hay una lápida conmemorativa en el suelo y dos columnas flanqueando la entrada, y se encuentra escrito en el monumento el lema franquista: '¡Presente!'.
El monumento a Onésimo Redondo en Labajos y su mausoleo en Valladolid
El monumento al dirigente falangista vallisoletano Onésimo Redondo en el municipio segoviano de Labajos es otro de los vestigios que Vox tiene intención de proteger, aprovechando su presencia en el Gobierno de la Junta. Se trata de una construcción que recuerda el lugar en el que fue abatido a tiros el fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) el 24 de julio de 1936, recién iniciada la guerra civil.
El monumento constaba de una cruz y dos escudos, que fueron retirados por orden del Ayuntamiento de Labajos en el año 2020, aunque la cruz sigue en pie. A pesar de que en la actualidad el monumento no cuenta con inscripción alguna, es habitual que militantes falangistas escriban sobre la misma: 'Onésimo Redondo, Caudillo de Castilla, ¡Presente!". Además, Falange Española de las JONS suele celebrar actos conmemorativos para recordar al falangista vallisoletano cada año frente al monumento.
El mausoleo a Onésimo Redondo, fundador de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica (JCAH) y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) en 1931 –que fueron el germen de Falange Española y el primer grupo español de inspiración fascista– se encuentra en el Cementerio del Carmen de Valladolid. Allí fueron depositados los restos del dirigente falangista el 13 de junio de 1941, cinco años después de su muerte al inicio de la guerra civil.
El imponente monumento ocupa un lugar preminente en la zona noble del cementerio, presidiendo el espacio donde se ubica el pabellón de los hombres ilustres, y fue inaugurado en un acto multitudinario que presidió el entonces ministro de Trabajo, José Antonio Girón de Velasco, que da nombre todavía en la actualidad a un barrio de Valladolid y que también se encuentra enterrado en El Carmen.
Onésimo Redondo fue el impulsor en Valladolid del primer grupúsculo de inspiración fascista español, las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica (JCAH), en junio de 1931, que en el mes de octubre de ese año –tras su fusión con el grupo de Ramiro Ledesma Ramos en Madrid– desembocaron en las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS).
El 4 de marzo de 1934, las JONS se unificaron con Falange Española –partido fundado pocos meses antes por José Antonio Primo de Rivera– en un gran acto que tuvo lugar en el Teatro Calderón de Valladolid. Onésimo Redondo tuvo en papel preponderante en el nuevo partido, cada vez más favorable a una insurrección contra la II República, y fue encarcelado por ello en marzo de 1936.
Tras ser liberado en julio, tras el estallido de la guerra civil, se puso al frente de una columna de militantes falangistas que tenía como objetivo dirigirse a Madrid, pero tras pasar por el municipio segoviano de Labajos, después de confundir a un grupo de milicianos anarquistas con miembros del bando nacional, murió abatido a tiros el día 24 de julio. Cuatro años después, sus restos fueron sepultados en el Cementerio del Carmen.
Los restos del arco franquista de El Puerto del Pico
Otro monumento franquista que se encuentra en la lista de los que Vox quiere proteger en la Comunidad se encuentra, curiosamente, derruido desde el 28 de diciembre de 2021. Se trata del arco franquista situado en El Puerto del Pico, en la provincia de Ávila, y que el régimen de Franco erigió en el año 1948 para recordar a los caídos del bando sublevado en la guerra civil española.
En la mañana del 28 de diciembre de 2021, el arco apareció misteriosamente derribado, presumidamente por el deterioro debido al abandono durante décadas del mismo, y actualmente los escombros y restos del mismo siguen en el lugar en el que se alzó durante más de 70 años. Antes de su derrumbe, el monumento consistía en un monolito situado sobre media circunferencia de ladrillo y piedra y que se encontraba coronado con una cruz en la que se podían observar el yugo y las flechas, símbolo de Falange Española y, por extensión, de la dictadura franquista, junto a la inscripción 'A los caídos de la región'.
El monumento funerario al general Martínez Anido en Valladolid
Otro monumento que la Consejería de Cultura de la Junta, dirigida por Gonzalo Santonja, pretende declarar Bien de Interés Cultural (BIC) es el monumento funerario del general Severiano Martínez Anido, ubicado en la zona reservada a los hombres ilustres en el Cementerio del Carmen de Valladolid. Conocido por su violencia y crueldad, jugó un papel de importancia en la represión del pistolerismo anarquista en Barcelona en la década de los años 20 y llegó a ser ministro de Orden Público en el primer Gobierno de Francisco Franco, en plena guerra civil española.
Su política represiva llegó a a alertar al embajador de la Alemania nazi en España, Eberhard von Stohrer, que envió un informe a Berlín en el que señalaba que la política represiva practicada por el general "resultaba inadmisible, aun a los ojos de la propia Falange". El 31 de julio de 1938 el jefe de las SS, Heinrich Himmler, y el general Martínez Anido suscribieron un acuerdo para la extradición mutua de "delincuentes políticos" y la Gestapo asignó a un agente en la embajada alemana en Salamanca, mientras que, en virtud del mismo, el agregado de la Gestapo en España, Paul Winzer, dirigió un programa de instrucción de la nueva Policía política de Franco.
Además, el Gobierno de la Alemania nazi envió a un equipo de expertos dirigidos por el coronel de las SS Heinz Jost para instruir a la nueva policía franquista, un equipo que se estableció en Valladolid y quedó bajo mando de Martínez Anido. El general falleció el 24 de diciembre de 1938, cuando aún faltaban cinco meses para que la guerra finalizase, y fue enterrado en el Cementerio de El Carmen, aunque sus restos mortales no fueron trasladados al fastuoso monumento funerario, pagado por el Ayuntamiento de Valladolid, hasta el año 1949. Seis monumentos franquistas que Vox quiere proteger en Castilla y León tras lograr su propósito con La Pirámide de los Italianos.