Hace una semana, el secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, y el secretario general de Juventudes Socialistas de Castilla y León, Fran Díaz, emitieron un comunicado conjunto en el cual aseguraban que "la actual crispación social y política que se vive en España tiene su origen en Castilla y León". Una contundente afirmación y que quizá podría considerarse, ahora que están tan de moda, un bulo…o no. Que la crispación está presente más que nunca en la política es un hecho, pero son muchas las dudas de que este enfrentamiento tan tenso se haya generado desde 2022, año cuando Partido Popular y Vox llegan al gobierno de la Junta. El pasado lunes, tras cinco días de reflexión por parte de Pedro Sánchez que no sirvieron nada, dejó claro que habrá un “punto y aparte” en esta crispación política que incluso ha llegado a la calle. ¿Qué pasará?

El tiempo será el mejor juez. De momento solo hay que ir a la hemeroteca para certificar que esta tensión política lleva desde hace mucho tiempo en la política nacional, aunque es cierto que en la de Castilla y León nunca estuvo tan polarizada y crispada como se puede comprobar actualmente en el parlamento autonómico, especialmente entre PSOE y Vox. “Dos años después, ya ha contagiado a toda España y sus instituciones", aseguró el también PSOE en este comunicado.

EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León se ha puesto en contacto con el politólogo Pedro Villanueva, asturiano de nacimiento pero que desde hace años reside en El Bierzo, para analizar las causas, saber cómo se ha llegado hasta esta situación y para conocer si es esta tierra es el epicentro de la tensa situación que estamos viviendo, algo que desde el primer momento niega. “La crispación no nace en esta etapa política. El odio al contrario lleva décadas gestándose por la irresponsabilidad de los gobernantes, y por la inexistencia de una Ley que asegure el correcto funcionamiento de los partidos en la elección de sus líderes y representantes”, explica.

Para proseguir su explicación: “Los partidos son hoy escuelas del poder, espacios donde prima el caciquismo y donde se destruye el pensamiento constructivo y de servicio a la sociedad. Todo es estrategia para perpetuarse en el poder y para influir y tergiversar la opinión pública”, afirma Villanueva dejando sin veracidad la afirmación realizada por Tudanca.

Es cierto que como apunta Villanueva no se puede poner un antes y un después, aunque hay fechas claves como el lejano 11-M de 2004, con los terribles atentados, cuando se empiezan a cruzar líneas rojas. Ahí se plantó la semilla de una fractura que se ha asentado, alimentada por los partidos, sobre todo con las nuevas formas de comunicación y las redes sociales. Otra fecha clave es el nacimiento del movimiento 15-M cuando parece que ‘todo vale’. El ya famoso lema de ‘No nos representan’ de aquellos indignados de 2011, una ruptura entre partidos y pueblo del que bebió Podemos, pero que pronto se atragantó. Así, llegaron los famosos escraches, que Pablo Iglesias definió como “jarabe democrático”, hasta que los padeció en primera persona. Por ellos han pasado todos desde políticos de Génova a los de Ferraz en 2023. Solo hay que mirar la hemeroteca, incluso sin piedad se realizaron a políticas embarazadas. No se puede olvidar tampoco el “rodea el Congreso”.

Podemos, con Pablo Fernández, a la cabeza llegó a las Cortes de Castilla y León en 2015. Pronto se convirtió en ariete del entonces presidente Juan Vicente Herrera, aunque con un tono mucho más educado que el que se utiliza ahora. Posteriormente el partido se sumergió en un radicalismo de extrema izquierda marcado desde un liderazgo muy fuerte que le ha hecho perder todo tipo de fuerza en la Comunidad. Ahora se ha convertido en uno de los oradores con un léxico más duro y agresivo. Y todo esto se vivió sin tener en Castilla y León acuerdo de gobierno entre PP y Vox, todavía quedaban muchos años.

Las sedes de los partidos políticos han sufrido todas ataques vandálicos. Son muy pocos los que han salvado de ellos. En Castilla y León pueden dar fe de ello desde el PSOE hasta Vox.

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Es cierto que especialmente tenso se ha tornado el clima político en las Cortes de Castilla y León donde se han vuelto frecuentes no tan solo los insultos, sino también los gestos obscenos dirigidos a los rivales políticos. La legislatura se estrenó con crispación, cuando varios procuradores socialistas se negaron a saludar al nuevo presidente de la Cámara, Carlos Pollán, de Vox. En marzo de 2023, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, dirigió una peineta a la procuradora socialista Rosa Rubio. Meses después, la bancada del PSOE acusó al vicepresidente, Juan García-Gallardo, de Vox, de haber realizado un gesto de felación a dos representantes socialistas, algo que él negó, asegurando que se trataba de un "gesto de llorar". Gallardo, además, calificó al PSOE de "banda criminal" en unos momentos entre los dos políticos que son muy tensos. Por no hablar de los múltiples enfrentamientos entre el procurador Francisco Igea contra el resto del mundo.

Cierta culpa de los ciudadanos

Ahora bien, para el politólogo berciano los ciudadanos también tenemos parte de culpa, y sobre todo, señala a las redes sociales. “Los ciudadanos somos culpables en gran medida de la subida exponencial del enfrentamiento. Hemos deshumanizado nuestro comportamiento, y lo hacemos público en las redes sociales sin importarnos las consecuencias. Nunca se ha vivido una falta de respeto como el actual; un ciudadano puede llamar maricón a un Presidente de Gobierno, sin ponerse colorado, y un ministro puede amenazar a un periodista por Whatsapp o como se ha visto este fin de semana atacar a un presidente de otro país aun sabiendo que se hará público. Critican mucho a Trump, pero ahora la otra parte acaba haciendo lo mismo. Este lío entre Puente y Milei puede incluso influir en la economía de un país", advierte. 

Para Villanueva, "Todos buscan la afectividad del “like”, el reconocimiento por la valentía del insulto. Las Cortes son hoy un reflejo real de la sociedad que representan, una sociedad dividida. La involución, la desculturización, la deshumanización, la falta de conocimientos para resolver los problemas reales a los que debemos enfrentarnos, son la constante en el día a día del trabajo de nuestros representantes; se utiliza la descalificación al oponente, como una respuesta válida a la solución a un problema”.

Las redes sociales se han convertido en un lodazal para muchos políticos que no dudan en atacar desde ellas. El ejemplo más claro lo tenemos en el exalcalde de Valladolid y hoy ministro de Transportes, Óscar Puente, quien no ha dudado en señalar a medios de comunicación, asociaciones, jueces o ciudadanos.

Villanueva tranquiliza asegurando que “es obvio que estamos lejos de superar la Guerra Civil del 36”, sin embargo, tiene claro que. “seguimos anclados en los espectros de fascistas y rojos, y los partidos siguen utilizando el mensaje de enfrentamiento para atraer votos de los descabezados ciudadanos”. Términos que se siguen usando en las Cortes de Castilla y León por parte de todas las direcciones.

El anuncio de Sánchez “no cambia nada”

En lo que se refiere a la política nacional, Villanueva asegura que pese a las palabras de Pedro Sánchez a las puertas de la Moncloa, “no hay cambio alguno” de situación tras el anuncio y el periodo de reflexión. Ahora bien, en su opinión, “sí se atisba un horizonte peligroso” en relación con cualquier cambio legislativo que el actual Gobierno pueda llevar a cabo. “Es indiferente la intención de Sánchez con dichos cambios, no ha anunciado nada que no supiésemos; por suerte la Constitución Española está dotada de resortes firmes para cualquier modificación que pueda producir una ruptura con el sistema democrático actual: el Titulo 10 es intocable. El peligro estriba en que el apoyo que necesita el actual Gobierno del PSOE, viene de la mano de partidos que quieren destruir el Estado Español, y que buscan únicamente su independencia y beneficio propio; por ello no van a dudar en prestar apoyo a cabios en la organización de las Instituciones de los poderes del Estado–legislativo, ejecutivo y judicial–si con ello provocan la desestabilización de España y con ello refuerzan más sus intereses”, argumenta.

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El también escritor echa la mirada atrás para buscar el comienzo de esta polarización y la encuentra en “la tibieza de los partidos gobernantes de uno y otro color” cuando gozaron de mayorías absolutas “al no realizar los cabios necesarios en Estatutos de Autonomía, Ley Electoral, Reforma de las Administraciones públicas, Reforma en el Sistema de Impuestos”. Ahora esto “nos ha llevado a sufrir las consecuencias de tanta dejadez política”. Y recuerda que es “patente” las diferencias en derechos de los ciudadanos dependiendo en que autonomía se resida, y continuamente “somos testigos de la perdida de libertad de muchos de ellos, por ejemplo, en materia educativa: se niega el derecho a hablar y recibir una educación en español–un derecho constitucional. En materia de impuestos y diferencias en beneficios de la hacienda pública, mejor ni hablar. Cualquiera que se salga de la ideología independentista es visto como un enemigo, sin que las víctimas de las políticas agresivas nacionalistas reciban el apoyo institucional necesario, para enmendar el claro fallo de sistema. Las decisiones políticas del presente son proyectadas en un futuro a corto plazo nada alentador”, explica a este medio.

Por último, y a modo de metáfora, el asturiano reconoce que hoy estamos en la posición de las “dos liebres que discuten acaloradamente si los perros que las persiguen son de raza galgo o podenco”. Finalmente, acaban devoradas por ellos, al dejar lo que verdaderamente importa: “el tiempo que están perdiendo en la discusión y el peligro que representan verdaderamente los canes. Estamos en una verdadera encrucijada, una situación de un mundo cambiante, que requiere cambios estructurales de gran calado, cambios que sólo pueden realizar hombres y mujeres de Estado responsables que busquen el bien común y la salvaguarda de las libertades de sus ciudadanos”.