El 23 de julio de 2023, cuando se celebraron las últimas elecciones generales, el votante de Castilla y León acudió a las urnas sabiendo que sus opciones de voto estaban limitadas por el escaso número de escaños que se reparten en las provincias de la Comunidad. La escasa densidad de población de las provincias castellanas y leonesas, unida a la circunscripción provincial de las elecciones generales, provoca que, en la actualidad, PP y PSOE sean las fuerzas hegemónicas en todo el territorio de la Comunidad y que la opción de que una tercera fuerza consiga escaño sea casi misión imposible.
En los últimos comicios, de los 31 escaños al Congreso de los Diputados que se repartieron en Castilla y León, el Partido Popular obtuvo un total de 18 y el PSOE 12, es decir 30 entre los dos grandes partidos. Tan solo Vox consiguió colarse con un diputado por Valladolid, la provincia que más escaños reparte. En total, Valladolid repartió cinco (dos para el PP, dos para el PSOE y uno para Vox), Burgos cuatro (dos para el PP y dos para el PSOE), León cuatro (dos para el PP y dos para el PSOE), Salamanca cuatro (tres para el PP y uno para el PSOE), Zamora, Ávila, Segovia y Palencia repartieron tres (dos para el PP y uno para el PSOE en todos los casos) y Soria dos (uno para el PP y otro para el PSOE).
La limitación de que Castilla y León reparta solo 31 de los 350 escaños del Congreso, y aún más los escasos escaños repartidos en algunas provincias, provoca que en las elecciones se pierdan una gran cantidad de votos. Poniendo el ejemplo de Valladolid, la provincia más poblada y que más escaños reparte, el 13% del voto en las últimas generales fue para partidos que no obtuvieron representación, es decir, se perdió. Un porcentaje que se ve incrementado en provincias menos pobladas, como Zamora, donde se perdió el 24% de los sufragios. Pero esta situación, que hace que muchos ciudadanos opten por el voto útil en las generales, no se producirá en las elecciones europeas previstas para el próximo 9 de junio.
Las elecciones europeas, las únicas con circunscripción nacional
Los comicios al Parlamento Europeo, que tienen lugar cada cinco años, son los únicos que tienen lugar en España donde existe circunscripción nacional única, es decir, todos los votos tienen el mismo valor. Nuestro país repartirá, el próximo 9 de junio, 61 escaños a la Eurocámara que se elegirán en base a la suma de todos los votos que tengan lugar en todo el territorio, independientemente del territorio en el que se hayan ejercido. Por lo tanto, ningún voto se pierde y todos suman en el objetivo de que la fuerza política por la que hayamos optado consiga un representante en Bruselas.
Esta situación se debe a que en las elecciones europeas participan 27 países y España en su totalidad funciona como funcionaría una provincia más en las generales, aportando 61 eurodiputados del total de 705, una cantidad que se debe también a la población. Por encima de España, Alemania reparte 96 representantes, Francia 81 e Italia 76, mientras que por debajo se encuentran Polonia, con 53, Rumanía, con 33, Países Bajos, con 31, Bélgica, con 22, Grecia, Chequia, Hungría, Suecia y Portugal, con 21, Austria, con 20, Bulgaria, con 17, Dinamarca, Eslovaquia y Finlandia, con 15, Irlanda, con 14, Croacia, con 12, Lituania, con 11, Eslovenia y Letonia, con nueve, Estonia, con siete, y Chipre, Luxemburgo y Malta, con seis.
La circunscripción nacional única de las elecciones europeas perjudica de forma notable a los partidos provinciales o regionales, como los nacionalistas o independentistas o, en el caso de Castilla y León, las formaciones provinciales como Soria Ya, que tienen especial implantación en una o varias provincias concretas. Esta situación provoca que este tipo de partidos se vean obligados a unirse en coalición con otros del territorio nacional en estos comicios, como en el caso de Soria Ya con la Coalición Existe, o partidos como Esquerra Republicana de Catalunya y EH Bildu con la candidatura de Ahora Repúblicas.
Los partidos nacionalistas e independentistas están sobrerrepresentados en el Congreso de los Diputados en relación a su porcentaje de votos gracias a la circunscripción provincial, algo que no sucedería de existir una circunscripción única a nivel nacional. Y también los partidos mayoritarios, PP y PSOE, se ven favorecidos por ese sistema electoral gracias a su gran implantación territorial. En cambio, las elecciones europeas son la ocasión ideal para que los nuevos partidos nacionales emergentes se den a conocer y para formaciones que cuentan con un importante apoyo en votos en las generales, muy repartido por todo el país, pero se quedan lejos de obtener escaño al no lograr el suficiente apoyo en provincias concretas.
Una gran ocasión para las formaciones emergentes
Este fue el caso de Podemos en los comicios europeos de mayo de 2014 que, con tan solo cinco meses de vida, logró irrumpir con cinco eurodiputados, y también de Ciudadanos, que, en esas mismas elecciones, obtuvo dos representantes por primera vez. Unas elecciones que sirvieron a ambas formaciones como rampa de salida de cara a las elecciones generales de diciembre de 2015, que supusieron el final del bipartidismo en España. En aquella ocasión, Vox, que también tenía unos meses de vida y se presentaba por primera vez, estuvo a poco más de 50.000 votos de conseguir eurodiputado aunque su despegue tendría que esperar cuatro años más, hasta las andaluzas de diciembre de 2018, en un contexto de gran tensión por el procés independentista catalán.
También hay formaciones extraparlamentarias con grandes dificultades para lograr representación en las generales que en las europeas siempre están cerca de conseguir eurodiputado, al no existir un porcentaje mínimo de votos para obtener representación. Es el caso del Partido Animalista Con el Medio Ambiente (Pacma), que en las elecciones europeas de mayo de 2014 se quedó, con 177.499 votos, a 100.000 de lograr representante, y en los últimos comicios de mayo de 2019, con 295.546 apoyos repartidos por todo el país, estuvo al borde de lograr representación. También experimentos como la Agrupación Ruiz Mateos, dirigida por el polémico empresario, vieron en estas elecciones su mejor escaparate y prueba de ello es que su formación logró dos escaños en las elecciones europeas de 1989.
Esta situación hace que muchos nuevos partidos apuesten fuerte por los comicios al Parlamento Europeo y, en esta ocasión, son varias formaciones de reciente creación las que afrontan con la esperanza de darse a conocer la jornada electoral del próximo 9 de junio. Entre ellas, destacan Se Acabó la Fiesta, formación encabezada por el polémico Alvise Pérez, al que algunas encuestas dan entrada con hasta dos eurodiputados e Izquierda Española, formación dirigida por el abogado Guillermo del Valle y que ha fichado a ex de Ciudadanos como Soraya Rodríguez y Francisco Igea. También el Frente Obrero, el partido autodefinido como patriota revolucionario encabezado por el mediático Roberto Vaquero, o Cree, el nuevo partido del exportavoz de Ciudadanos en el Congreso Edmundo Bal. Todos ellos lucharan por hacerse un hueco en el escenario más propicio para sus intereses.
Listas cerradas y castellanos y leoneses con opciones
Las elecciones europeas, además, cuentan con listas cerradas a nivel nacional y, por tanto, un castellano y leonés no tiene la opción de votar por candidatos nacidos en la Comunidad salvo que los partidos, en esas listas que se presentan a nivel nacional, hayan decidido introducir a alguna persona de Castilla y León en los puestos de salida. En el caso de las elecciones del próximo 9 de junio, tienen asegurado sentarse en el próximo Parlamento Europeo el actual portavoz del Grupo Popular en las Cortes, Raúl de la Hoz, que va en el número 12 de la lista del PP –partido al que las encuestas no dan menos de 20 representantes– y la socialista Iratxe García, actual presidenta de los socialdemócratas europeos, que acompaña a Teresa Ribera como número dos.
Otros castellanos y leoneses que van en los puestos más altos de algunas listas, pero con pocas opciones de ser elegidos, son el procurador de Unidas Podemos en las Cortes, Pablo Fernández, que es el número tres de la lista de Podemos a las europeas, encabezada por Irene Montero y a quienes las encuestas otorgan como máximo dos representantes, y la exeurodiputada de Ciudadanos Soraya Rodríguez, que va de número dos de Izquierda Española, formación a la que ninguna encuesta da representación. Unas elecciones en las que todos los votos serán igual de útiles y en las que los ciudadanos de Castilla y León podrán escoger su papeleta sin miedo a perder el voto.