Un joven bebe una bebida energética.

Un joven bebe una bebida energética. iStock

Región

El Plan de Adicciones de la Junta 2024-2030 incorpora el abuso de pantallas, el vapeo y las bebidas energéticas

Publicada
Actualizada

Noticias relacionadas

El Consejo de Gobierno ha dado luz verde este jueves al Plan Autonómico sobre Adiciones 2024-2030 de Castilla y León impulsado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, en colaboración con Sanidad y Educación, y que incorpora la prevención contra el abuso de pantallas, el vapeo o las bebidas energéticas.

Según ha destacado en la rueda de prensa posterior a Consejo de Gobierno la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, el plan cuenta con un presupuesto de 123 millones de euros.

De esta manera, el gasto promedio anual se incrementa un 83 por ciento en comparación con el plan anterior, que pasa de los 9,6 millones de euros a los 17,5 millones anuales.

El texto aborda de manera prioritaria la prevención y se centra en tres grandes objetivos: el consumo problemático de las drogas ilegales, el uso inadecuado de las drogas legales y las adicciones sin sustancia, y pone el foco especialmente en los menores y adolescentes.

Blanco ha explicado que una de las principales novedades del plan es la ampliación de la franja de edad de los jóvenes a quienes van dirigidos los programas de prevención, que ahora llegarán a los alumnos de tercero y cuarto de Primaria y también a los de ciclos formativos de grado medio y superior y Universidad.

Esta decisión se ha tomado con base en la edad de acceso al consumo de alcohol, que se sitúa en torno a los 14 años, según la Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España, ‘Estudes’.

Otro de los objetivos es la de reducir el uso abusivo de pantallas, en el que se incluye la utilización compulsiva de internet, los videojuegos y juego online, que forman parte de lo que se ha venido a denominar ‘adicciones sin sustancia’.

La propia consejera ha indicado que los estudios indican que el 82,7 por ciento de los jóvenes ha jugado a videojuegos en el último año, un 79,8 por ciento en el último mes y un 48,5 por ciento lo hace diariamente.

Respecto del uso compulsivo de internet, afecta más a aquellos con edades comprendidas entre los 15 y los 34 años un -5,7 por ciento- que entre los 35 y los 64 -un 0,6 por ciento-.

En este contexto, la Junta ha venido desplegando una serie de medidas que ahora se ordenan e integran en el Plan, el cual unifica, por primera vez, ambos tipos de adicciones: con y sin sustancia.

Una de ellas es la atención telefónica de urgencia a través del 012 a familias con menores con uso problemático de pantallas para que, mediante esta primera atención de los profesionales, puedan derivarlos a los servicios adecuados.

Pero también se refuerza el proyecto ‘Pausa y reconecta’, que promueve el uso adecuado de las pantallas a través de redes sociales con el apoyo de reputados divulgadores de contenido, así como la profundización en campañas de sensibilización y difusión sobre este ámbito dirigidas a adolescentes o la elaboración de un manual de buenas prácticas en ocio saludable.

Nuevas adicciones

Además del preocupante consumo temprano del cannabis, para lo que también se implementan medidas específicas, el foco ha venido centrándose en las adicciones de nuevo cuño, como el uso de vapeadores, el consumo excesivo de bebidas energéticas y la ingesta cada vez mayor de hipnosedantes sin receta.

Los dos primeros hábitos afectan de manera directa a los jóvenes y adolescentes, por ello se aborda desde una perspectiva de la detección precoz en el medio sanitario y educativo.

En el caso del consumo de bebidas energéticas, aunque las cifras lo sitúen en Castilla y León por debajo de la media nacional, este aumenta de manera importante en toda la población, especialmente, en los jóvenes.

El 43,2 por ciento de los jóvenes en edad escolar ha ingerido alguna de estas bebidas en el último mes, unos números significativamente superiores en chicos -52,8 por ciento -que en chicas -33,9 por ciento-. Además, el 17,4 por ciento de los estudiantes reconoce tomarlas combinadas con alcohol.

En cuanto al vapeo, la edad de inicio en el uso de estos dispositivos es también de unos 14 años, como sucede con el consumo de alcohol. Por ello, debido precisamente a que estas y otras adicciones comienzan a edades tempranas, el programa ‘Ícaro Alcohol’ va a ampliarse al consumo de cualquier tipo de droga en menores de edad.

Además, englobando todo lo anterior, se van a promocionar esos lugares en los que asiduamente acuden menores como espacios plenamente saludables libres de humo, alcohol y de pantallas, como son parques, estadios, canchas deportivas, playas, etc.

Aunque el principal colectivo a proteger son los menores desde el punto de vista de la prevención, también se apuesta fuertemente por la reducción del consumo en el resto de los colectivos.

Es el caso de los mayores de 65 años con consumos problemáticos de alcohol, tabaco e hipnosedantes, para quienes se han diseñado talleres y formaciones en aras de ir eliminando esos hábitos.

El Plan refuerza las actuaciones en el ámbito asistencial, adaptando las intervenciones terapéuticas para los colectivos más vulnerables: mayores, personas con patología crónica, sin hogar, con discapacidad, migrantes o víctimas de violencia de género.

Por último, desde el punto de vista institucional, la Red de Planes Locales sobre Drogas pasa a denominarse Red de Planes Locales sobre Adicciones y se potencia la coordinación con universidades y entidades del Tercer Sector, sobre todo en materia de prevención temprana.