Muere el escultor abulense conocido por sus bustos a la familia real

El escultor abulense (Navaescurial, 1925), Santiago de Santiago, ha fallecido este sábado, 4 de febrero en su domicilio ubicado en la Fuente del Berro, en Madrid.  

Era autodidacta y comenzó su carrera artística cuando aún era joven alcanzando su prestigio en la década de los 60 y los 70, siendo reconocido tanto en España como en el extranjero.

Es especialmente conocido por sus bustos a muchas personalidades del mundo de la cultura y del espectáculo y también por haber confeccionado los bustos de miembros de la familia real, que han posado para él en diferentes momentos de su vida. También lo hizo el rey Felipe VI con apenas dos años de edad.

Cuenta con monumentos que se encuentran repartidos por nuestro país y otros fuera de nuestras fronteras en Chile, Argentina, Grecia o la República Checa. En Japón y México sus trabajos siempre han sido muy bien valorados por los críticos.

En la ciudad en la que ha pasado gran parte de su vida, Madrid, se exhiben hoy en día muchas de estas esculturas. La más conocida la dedicada a La Violetera. En su pueblo natal, Navaescurial, también cuenta con figuras artísticas que presiden alguno de los puntos más bellos del lugar.

De Santiago, que cuenta con la medalla de oro y brillantes SEK y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, será enterrado mañana, 6 de febrero, en Madrid.

Con su fallecimiento, la nómina de miembros de honor de la IGDA queda formada por el hispanista y arqueólogo alemán Thomas G. Schattner,el pintor y escultor castellanomanchego, Antonio López García, y el médico abulense y catedrático de Farmacología Clínica, Pedro Sánchez García. 

"Uno de los referentes artísticos más importantes"

La Diputación de Ávila ha transmitido su "profundo pesar" por el fallecimiento del escultor. "La gran casa de la cultura, el buque de la insignia del saber de nuestra provincia, pierde a uno de sus referentes artísticos más importantes del siglo XX", lamentaban desde la corporación provincial.

Aseguraban que la vida del abulense es una demostración de que, desde pequeño, con formación autodidacta "se puede llegar a lo más alto".