Castilla y León tiene infinitos rincones mágicos que merece la pena descubrir. Este ha sido, sin duda, un verano muy caluroso en la Comunidad. Pese a que está cerca el fin de esta época tan deseada para muchos, aún no ha terminado y se pueden hacer planes que impliquen refrescarse un poco.
Uno de los mejores es poder recorrer las inmensas cascadas que hay en la Comunidad. En ellas, además de disfrutar de su hermosura, también podrás remojarte y evitar los días de calor que aún quedan por venir. Sin duda, una de las mejores provincias para hacerlo es Burgos. Tal es así que hasta National Geographic se ha enamorado de estas "cascadas maravillosas".
Estas son algunas de las que merecen una parada obligatoria, aunque no las únicas, porque hay un sinfín de ellas esparcidas por la provincia de Burgos y, también, por la Comunidad:
El Peñón, la cascada más ancha
Esta cascada tan curiosa se ubica en Pedrosa de Tobalina, al sur de Las Merindades. Sigue el curso del río Jerea y se encuentra en El Peñón. Se trata de una cascada de 100 metros de ancho y 20 de alto. Encontrarla es realmente fácil puesto que está dentro del núcleo urbano. Además, no sólo podrás disfrutar de ella de cerca sino que también lo podrás hacer desde las alturas. En este pequeño pueblo hay un mirador desde donde la puedes ver con más perspectiva.
El universo kárstico con una temperatura estándar
110 kilómetros de cuevas y galerías, ni más ni menos. Justo en el punto donde Burgos y Cantabria comienzan a unirse, surge este paraíso natural que merece la pena ver una vez en la vida.
Se pueden visitar desde dos puntos diferentes. Por una parte, la Cueva Palomera donde hay un recorrido de casi tres kilómetros entre rampas, simas y dolinas. El segundo es la Cueva y Ermita de San Bernabé con una mezcla entre el encanto del entorno de la mano del hombre, en forma de santuario rupestre.
La cascada perfecta
Son muchos los que coinciden en que esta es, sin duda, la cascada perfecta de Burgos. En el Valle de Mena se ubica esta inigualable caída de agua de 30 metros, a escasos kilómetros del pueblo de Cozuela. Sin embargo, es curioso ya que, pese a ser una de las más bonitas, es muy desconocida. Son muchos quienes creen que se debe a la carretera y la forma que hay de llegar a ella, que no lo pone nada fácil.
Tiene agua todo el año y forma un bello pozo de aguas color esmeralda, rodeado de árboles y vegetación. Lo que más llama la atención es la gran frondosidad que la rodea ya que permanece escondida en un valle, aunque es de fácil acceso.
Un pueblo atravesado por una cascada
Es muy habitual oír hablar de este pueblo llamado Orbaneja del Castillo. Se ha convertido en una zona de referencia que atrae, cada año, a miles de turistas a la zona. Es muy peculiar porque se encuentra atravesado por una cascada. La montaña se va deshaciendo entre sus calles y dibuja pequeños saltos repletos de agua que agrada a quienes pasan por allí.
Son muchos quienes acuden en verano a causa del reclamo turístico en el que se ha convertido. Además, no sólo está la cascada para refrescarse sino que el agua llega a las Pozas de la Turquesa. Estas son un conjunto de piscinas naturales que embalsan el agua antes de que desagüen en el río Ebro.
El pueblo levantado sobre el arco de un río
Además de por su parada obligatoria para darte un chapuzón, merece la pena ir a ver sus calles y curiosidades. Este pueblo se llama Puentedey y debajo de la localidad hay un río llamado Nela.
Lo que más llama la antención es el arco que posee sobre el que se ha levantado la iglesia de San Pelayo y el palacio de los Fernández de Brizuela, uno de los principales monumentos del lugar. Debajo del mismo, son muchos quienes no dudan en meterse o, al menos, poner los pies a remojo para sobrellevar las altas temperaturas.
Un chapuzón en aguas gélidas
Que en Burgos hace frío, no es una sorpresa. Pero también en verano, donde en algunos puntos las aguas son terriblemente gélidas. Tobera, una localidad muy cercana a Frías, alberga una cascada. Pero esta está dedicada sólo a los valientes porque las temperaturas son muy bajas.
En invierno también llama mucho la atención dado que se puede visitar la ermita de santa María de la Hoz, un templo ubicado en una grieta que no deja indiferente a nadie.
Una fabulosa piscina natural con aguas cristalinas
La localidad burgalesa de Espinosa de los Monteros alberga una fabulosa piscina natural con aguas cristalinas. Se encuentra ubicada en dirección Reinosa, junto a la Torre de los Velascos. Tiene una zona apta para el baño, una cascada y una parte verde destinada al ocio.
Asimismo, hay un puente peatonal que se encarga de unir estas zonas verdes de la presa con la zona donde están ubicados los merenderos. Aburrirse es inviable puesto que, paralelo al Río Trueba, hay un paseo que se encarga de unir las piscinas naturales con el Área de Servicio de Autocaranavas y un espacio llamado 'Las Cocinas'. En él hay distintos merenderos y zonas verdes para disfrutar de un día a lo grande.