Nuevo episodio en esta esperpéntica historia que se ha convertido el Monasterio de Santa Clara de Belorado. En esta ocasión, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, comisario pontificio, sale al ataque y ha cumplido su amenaza.

Ha interpuesto esta misma tarde una demanda frente a las nueve exreligiosas para que abandonen el monasterio.

Todo se remonta al pasado 13 de mayo, cuando. Laura García de Viedma, en ese momento abadesa del Monasterio de Santa Clara de Belorado, difundió públicamente un documento, en nombre de la comunidad, en el que manifestaba su libre voluntad de abandonar la Iglesia católica.

Tras la investigación previa canónica, y tras agotar los recursos que les invitaban a reconsiderar su salida de la Iglesia católica, el pasado 22 de junio se declaró la excomunión y expulsión de la vida consagrada de las diez hermanas que se habían adherido al cisma.

Como consecuencia, a partir de ese momento, estas exreligiosas carecen de título legal para habitar los inmuebles pertenecientes a los monasterios que ocupaban.

Así, y después de un período “prudencial de espera”, y “comprobado que no ha habido ningún intento de reconsideración por parte de las exreligiosas” según relatan fuentes del obispado, los servicios jurídicos han procedido a interponer la demanda correspondiente ante el Juzgado de Briviesca.

Por otra parte, en este tiempo de espera, y según informan se ha tenido conocimiento de la denegación de la inscripción en el oportuno registro del Ministerio del Interior de las asociaciones que las exreligiosas habían creado con las que pretendían transformar las entidades jurídicas canónicas de los monasterios en asociaciones civiles, algo que es jurídicamente inviable.

La Comisión Gestora también manifiesta “su preocupación” por el estado de salud y el cuidado de las cinco hermanas mayores, que conforman la comunidad monástica, y está preparada para atender cuanto antes todas las necesidades que precisen, con la colaboración de la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu y de sus familiares.

“La Iglesia vuelve a manifestar su disposición a ayudar en el camino de retorno a la comunión eclesial, donde serían acogidas con delicadeza y misericordia, a imagen de la parábola del hijo pródigo”, acaban con aire místico el comunicado desde el obispado de Burgos.

 

Noticias relacionadas