León recuerda la memoria de Miguel Ángel Blanco
Un grupo reducido de personas, la mayoría de ellos concejales del Ayuntamiento, han rendido este mediodía un homenaje a la figura de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP del Ayuntamiento de Ermua, secuestrado y asesinado por ETA hace ahora justamente veinte años. Las personas asistentes tenían bien visible en sus manos un pequeño cartel con los ojos del concejal asesinado y el lema “Miguel Ángel Blanco. La conciencia despierta”.
Ha presidido el acto el alcalde Antonio Silván. Han asistido concejales de Ciudadanos, PSOE y UPL. Los concejales de León en Común han rechazado expresamente asistir por creer que era un acto partidista.
La directora de Cáritas de León, Beatriz Gallego, ha leído un manifiesto en homenaje al concejal asesinado. Aplausos y un minuto de silencio deberían haber dado por concluido el acto, pero el alcalde decidió alargarlo haciendo declaraciones a los periodistas.
Texto íntegro del manifiesto leído esta mañana delante del Ayuntamiento de la capital leonesa
“Hace 20 años el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco produjo
conmoción social en toda España, aquellos días de julio de 1997 son
parte de nuestra memoria colectiva como país.
Millones de españoles recordamos con detalle esas 48 horas como
un clamor ciudadano de denuncia por el secuestro de un inocente, de exigencia
de su liberación y de consternación por su asesinato a manos ETA.
Le arrebataron la vida a un hombre joven por defender la democracia y el
derecho a sentirse vasco y español sin complejos. Miguel Ángel era un
buen hijo, un buen hermano, un buen amigo de sus amigos y un ciudadano
comprometido con su municipio, Ermua. La ofensiva de ETA de aniquilar
a los representantes políticos constitucionalistas daba un paso más en su
carrera criminal.
Salimos a las calles para mostrar nuestra repulsa, nos mantuvimos en
vela, rezamos, nos manifestamos, estuvimos pendientes de los medios de
comunicación. Les exigimos piedad y un mínimo de cordura, no podrían
ejecutar su amenaza ante la movilización de más de seis millones de ciudadanos
que llenaron las calles y las plazas de numerosos municipios españoles.
El ejemplo de los vecinos de Ermua, el acuerdo de todos los partidos
democráticos y de las instituciones y la claridad y firmeza de un gobierno
que no cedió al chantaje impuesto por la banda, nos mantuvo unidos, comprometidos
con la Vida y la Libertad ante los fanáticos de la identidad, ante
los cómplices necesarios de tanta barbarie que habían causado durante casi
treinta años miles de víctimas.
Cumplieron su amenaza e hicieron lo que saben hacer: asesinar. Una
marea de indignación recorrió España. Nació una nueva conciencia ante el
terrorismo: el Espíritu de Ermua, que asentó las bases de la mejor y más
eficaz política antiterrorista: la que defiende que tiene que haber vencedores:
las víctimas, la sociedad democrática y el Estado de derecho y que tiene
que haber vencidos: los terroristas y sus cómplices. Nació una nueva
conciencia a favor de las víctimas del terrorismo, en la mirada inocente de
Miguel Ángel Blanco se simbolizaba todo el horror de ETA y el hartazgo
de una sociedad hasta entonces atenazada por tantos crímenes cometidos.
Nació la exigencia social de firmeza democrática ante ETA.
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Han pasado 20 años. Hemos vencido policialmente a ETA gracias en
especial al trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y
también a la concienciación social, al ejemplo de las víctimas, a la unidad
política y la colaboración internacional. Pero todavía queda mucho por
hacer:
- Esclarecer los cientos de crímenes sin resolver y responder al derecho
a la Justicia que las víctimas reclaman.
- Seguir exigiendo que ETA se disuelva, reconozca el mal causado
y la imposibilidad de su proyecto totalitario por antidemocrático y por estar
manchado con el dolor y el sacrifico de miles de ciudadanos.
- Denunciar la legitimación del terrorismo que en el País Vasco y
Navarra sigue siendo noticia habitual con actos y declaraciones de miembros
de partidos y organizaciones que justifican o relativizan el terrorismo.
-Asentar un relato compartido basado en la Verdad, la Dignidad,
la Memoria y la Justicia que neutralice la estrategia de blanqueo histórico
de ETA que algunos quieren imponer a toda la sociedad.
- Perseverar en el significado ético y político de las víctimas del
terrorismo y hacer llegar su testimonio y su valor democrático a los más
jóvenes, como un legado de todos los españoles de bien.
Miguel Ángel Blanco despertó nuestra conciencia, es un símbolo de
concordia porque nos hizo comprender que la Libertad hay que ganarla,
conquistarla, cuidarla y defenderla ante los enemigos de la convivencia, de
la pluralidad ideológica, de los derechos éticos y políticos que tanto nos ha
costado conseguir. Evocamos a Miguel Ángel Blanco y de forma inmediata
surge un sentimiento de rebeldía frente a los totalitarios, y también una
profunda empatía y reconocimiento hacia su figura y la de todas las víctimas
del terrorismo. Este simbolismo fecundo que nos honra como ciudadanos
de un país libre es lo que conmemoramos hoy aquí, desde el compromiso
de no olvidar, de no rebajar nuestras exigencias democráticas frente a
todos los terrorismos y terroristas que pueden acecharnos. El legado de Miguel
Ángel Blanco nos invita a que permanezcamos alertas y unidos, a que
desarrollemos la fortaleza social necesaria para enfrentarnos a aquellos que
quieren aniquilar nuestra forma de convivencia y nuestros derechos fundamentales.
Miguel Ángel Blanco y todas las víctimas del terrorismo, siempre en
nuestra Memoria”.