La Cultural volvía al Reino con la única misión de doblegar a un Castilla que llegaba al feudo leonés con Vinicius como amenaza principal en un ataque repleto de juventud y calidad. Enfrente, el equipo de Cea saltaba con la continuidad de Eneko en la medular, y el posicionamiento de Albizua en el lateral derecho como novedades con relación a la construcción habitual. El choque empezaba dominado por la Cultural, que alternaba juego interior con buenas entradas por banda, dominando los ritmos y protagonizando las mejores ocasiones hasta el momento.

El equipo blanco se mostraba valiente con balón, circulando con eficacia en campo rival, adelantando líneas de presión sobre la salida contraria. Buenos minutos de los locales, que dominaban los tiempos frente a un rival vertical y que buscaba su oportunidad en disparos de media distancia y conducciones interiores. Ritmo marcado por los locales, que hacían de la tenencia de balón su principal herramienta para superar las líneas del ordenado conjunto de Solari.

La buena ejecución de los de Cea iba a traducirse en el tanto de Aridane, a pase de Hugo Rodríguez. Buen centro, buen cabezazo, y ventaja para el equipo que más lo mereció. Con la sensación de haber cristalizado el mejor periodo de la primera parte, y de rentabilizar lo generado, se dirigía a vestuarios una Cultural de signo general positivo.

La segunda parte arrancaba con malas noticias para los de Cea. Una arrancada de Vinicius por izquierda acababa con derribo de Iván sobre el brasileño en el área, y la señalización de pena máxima por parte del colegiado. El capitán Javi Sánchez transformaba el lanzamiento y empataba un encuentro que comenzaba a virar, perdiendo la supremacía que la Cultural le había imprimido al juego desde bien pronto.

Tras el empate, la Cultural mantuvo el bloque alto sobre la mitad rival, acumulando hombres en zona de ataque y buscando incesantemente los espacios en la estructura rival. También pendiente de las acciones de un rival que exigía máxima concentración en parcela defensiva en cada actuación, los blancos equilibraban en busca de un timón que peleaban por no perder.

Con todas las cartas dispuestas, y la entrada de Sergio Marcos y Zelu como hombres de refreso, la Cultural iba a apurar sus opciones de victoria. Pero, en lugar de eso, sería el Castilla el que iba a golpear con eficacia en el centro de la diana, con el tanto de Seoane, culminando una fantástica contra de libro que, al final, iba a resultar suficiente para hacerse con los tres puntos. La apuesta ofensiva era total, y con el equipo volcado sobre la meta de Zidane, Aridane rozó el gol en un remate que se perdió por centímetros. Con sensaciones contradictorias, finalizaba un choque que se escapaba del lado culturalista tras una difícil segunda mitad.