3.300 botijos en el Museo del Botijo de Toral
En Toral de los Guzmanes, León, está instalado el considerado mayor museo con más botijos del mundo. Formada dicha colección por J. G. Gibernau, le dieron el record Guinness cuándo e 1997 llevaba dos mil botijos.
Situada en el antiguo palacio de los Guzmanes, del siglo XIII. El botijo a lo largo de la historia ha tenido muchos nombres, según las zonas de España: búcaro, cantir, botija de agua, sillo, piporro, pipo, piche, etc.
En España existen además de éste el Museo del Botijo de Argentona, El Museo del Botijo de Villena. Se ha encontrado el botijo más antiguo en la cultura argárica, encontrado en Beniajón, Región de Murcia.
La Ley del Mínimo de Liebig expresa que el crecimiento de una planta no es controlado solo por todos los recursos que dispone, sino por el recurso más escaso. O, dicho de otro modo, si es que yo entiendo bien, un organismo o una especie, no importa que tenga muchos recursos de algo, sino que tenga de todos lo suficiente. O, expresado de otra manea, si he captado correctamente, lo que importa, no es disponer un organismo mucho agua durante tres meses, sino la suficiente los doce meses del año, para sobrevivir como organismo. Esto aplicado a las especies también.
Indico a colación, porque de alguna manera, este principio, también se nos puede aplicar a nosotros, durante siglos, cuando no existía, desde la caída del imperio romano, agua de forma corriente en las ciudades o grandes ciudades, a través de los acueductos, el ser humano, tuvo que valerse de ríos, de fuentes, de pozos, y después, en un clima, estamos existiendo en la Península en una manta de calor, especialmente en verano, el botijo, es el elemento esencial para vivir y sobrevivir, fácil de utilizar, con agua fresca, higiénico...
Antes del mundo de la nevera, el botijo, que producía agua fresca, no fría, pero si fresca, era el elemento esencial, que se llevaba al campo para el trabajo, en la casa para vivir y existir y sobrevivir. Un trago de agua fría era diríamos la esperanza, era, y ha sido durante siglos, la bebida más esperada y deseada.
Soy lo suficiente mayor, para recordar en mi casa y en todas las de los vecinos, un botijo, en un lugar fresco. El ser humano es tecnología o técnica, es decir, la humanidad va creando las tecnologías-técnicas, pero ya creadas-inventadas-diseñadas-producidas, estás nos condicionan-causan-motivan a nosotros. Es más, unas tecnologías nos llevan a otras. La evolución del botijo, desde el más antiguo que se ha encontrado de la cultura argárica, no solo ha ido evolucionando con los nombres-términos-vocablos, sino también, con las formas, materiales, el diseño, las propiedades y la eficiencia. Aunque el más común, por guardar el agua más fresca ha sido el de cerámica o barro cocido. Dos profesores de Química, de la Universidad Politécnica descifraron con ecuaciones matemáticas el funcionamiento del botijo...
Hasta dónde sabemos, el agua en algunas zonas de la Península Ibérica, siempre ha sido un bien escaso, en algunos meses del año. Por lo cual, conservar el agua, mantenerla limpia y saludable y bebible, y fresca, ha sido una necesidad primaria y primigenia. No olvidemos que de las doscientas razones, que se exponen, por la historiografía de Roma, una de las causas de la caída de la civilización romana, es que los bárbaros, aprendieron que destruyendo, parcialmente, los acueductos, dichas grandes urbes se agostaban y se derretían, por muchas murallas que tuviesen. Que es lo que hicieron y con ello dieron el golpe final a la misma ciudad de Roma, de ahí, que Constantinopla, creó la gran cisterna, que sigue existiendo, y, que olvidada se descubrió hace unas décadas.
Como tantas veces, indico y expreso, no sirve ninguna filosofía, tomada de los viejos y sabios griegos, que no cure algún mal, por tanto, no sirve ningún artículo periodístico, que además de narrar algo de la realidad con verdad y bondad y belleza, no proporcione alguna pequeña sugerencia. Yo, haría una doble, y, quizás una pregunta, la necesidad que tenemos, los que habitamos esta sal por la mar, esta tierra ocre por la sed, bajo este cielo, que seamos conscientes de ir visitando estos pequeños museos, que están esparcidos como trigo por todos los rincones de este terruño que tantos nombres hemos ido poniendo a lo largo de siglos de soles-lunas, esta Celtiberia moderna. Porque nos pueden enseñar mucho de lo que somos, de lo que hemos sido, que antes de los móviles y de los vehículos de tracción a cuatro ruedas, existieron, una tecnología y técnica que durante siglos nos permitió sobrevivir a la especie, a tus bisabuelos o tatarabuelos...
Sugeriría, en segundo lugar, que este museo, cosa que ya hace, siga adquiriendo nuevos botijos, para que así de ese modo, siga siendo el museo del botijo más grande del mundo, quizás, no solo trayendo de otras partes de este ovoide, que denominamos, nuestro planeta azul de agua, con costuras de montañas en todos los lados.
Peor también haría otra sugerencia-pregunta, quizás un poco más cara, realizar una especie de concurso del botijo actual, es decir, del botijo artístico. Con un premio modesto, me parece, que muchos escultores y artistas plásticos, si hubiese un concurso y subsiguiente exposición, de interpretación del botijo, es decir, fuese un botijo pero también una obra de arte, lo harían y se presentarían. Con esto se conseguiría y ganarían, relacionar, el botijo clásico con el arte actual, podrían ir adquiriendo los premios del botijo, y quizás, algunos autores, lo donarían de regalo, en unos años, podrían tener, una sección o sala de botijos de arte contemporáneo.
Sería un motivo para volver al pueblo con luz y castillo de tapial, volver a visitarlo. Que dicen esa es la esencia de un museo, el que consigue ser visitado varias veces, por la misma persona. Podrían quién sabe, no solo ser el mayor museo del botijo del mundo, sino el museo que hace un concurso y exposición del botijo actual artístico.
¡Ah, y pensar realizar el botijo más grande del mundo, para ponerlo a la entrada del museo, en la plaza, para batir un record, y como forma de propaganda mundial...! Es cuestión que los estudien y analicen. Ahí y aquí dejo esta paloma-botijo de palabras de sugerencia...