El final de la movilización contra la celebración del Día de Castilla y León que tuvo lugar esta mañana en la capital leonesa supuso también la suspensión de las actividades que se desarrollaron en la plaza de San Marcos, dado que los abucheos y la tensión generada tras la irrupción de los manifestantes provocó el fin de la actuación y el cierre de los hinchables para niños.
Además, se cambió la bandera de la Comunidad por una de León y se llenó el recinto de pegatinas alusivas a la protesta, que algunos secundaron al grito de ‘pucelano el que no bote’. La situación provocó incluso enfrentamientos personales entre los asistentes a la celebración programada por la Junta y los manifestantes que optaron por ‘tomar’ la plaza de San Marcos una vez concluida la marcha.
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