Cuando viajamos buscamos sentirnos en espacios únicos, originales y donde, además, nos cuiden con excelencia. Además, uno de los placeres de la vida es levantarse por las mañanas y desayunar un buen tazón de leche con galletas. Algo que nos traslada a la infancia. En tierras palentinas encontramos ambos placeres, en el conocido como pueblo de las galletas.

En nuestra búsqueda podemos toparnos con muchos alojamientos, pero ¿quieren transportarse al pasado y sentirse como si vivieran en otra época? Pues la solución se encuentra en un hotel con mucha historia que cuenta con todas las comodidades. Dormir bajo vigas de madera o con vistas a un jardín monacal, son algunas de las garantías que el visitante puede disfrutar si hace parada y fonda en esta ubicación palentina.

Aguilar de Campoo cuenta entre sus lugares de obligada parada una Posada Real, cuya arquitectura resulta muy singular como, por ejemplo, palacios, molinos, castillos o monasterios, entre otros, que se han adaptado para alojar con la máxima confortabilidad a los visitantes de este siglo. El turismo castellanoleonés tiene en estos parajes un verdadero motor de su marca publicitaria y, en esta villa, se complementa a la perfección el turismo con la gastronomía. De hecho, su portal de internet habla de que es el mayor clúster agroalimentario del país.

Imagen del interior

Una prueba es esta Posada de Santa María la Real, que se ubica dentro del complejo turístico del Monasterio Santa María La Real, instalada en lo que fueran las dependencias agrícolas, aperos y almacenes de grano, del Monasterio del S.XII. Un centro neurálgico del románico norte donde Aguilar se alza imponente.

La planta baja de dicho lugar se ha transformado para albergar un bar, una sala de lectura y un restaurante con distintivo de calidad micológico, donde no faltan los platos de cuchara más tradicionales. Los clientes, además, disfrutarán de visitas guiadas al Monasterio y al Museo del Románico, mientras que en la localidad, se puede disfrutar de monumentos como la colegiata de San Miguel, la iglesia de Santa Cecilia, o los restos del castillo.

Fachada del monasterio

Pero no era todo oro lo que reluce, puesto que anteriormente, tal fue el estado en el que se encontraba el monasterio, que hasta Miguel de Unamuno expresó su disgusto “Las ruinas de Santa María la Real, convento que fue de premonstratenses ¡Ruinas!”. El monasterio fue levantado entre los siglos XII y XIII, en plena transición del románico al gótico, y tras la desamortización de Mendizábal en 1835, fue sometido a un abandono y deterioro imposible de recuperar.

Pero volvamos al presente y a esa propuesta gastronómica donde se podrán degustar platos de cuchara, especialidades como el cordero o la trucha o un menú degustación. Un broche de oro para una estancia en una localidad que también se puede tomar como punto de partida para realizar la ruta del románico norte.

Patio del monasterio

 Una propuesta que abarca un conjunto de templos románicos del norte de Palencia, provincia que tiene la mayor concentración de iglesias románicas de Europa. Puesto que en el  entorno de las localidades de Aguilar de Campoo y Cervera de Pisuerga, se concentran más de un centenar de templos románicos, desde espectaculares monasterios hasta pequeñas ermitas, todos ellos rodeados de gran belleza.