'Detrás de un gran hombre', Intrussión Teatro y las mujeres
Intrussión Teatro estrenará este sábado en el Teatro Liceo de Salamanca su nueva producción, 'Detrás de un gran hombre', una obra en la que la compañía pondrá sobre las tablas las vivencias de tres mujeres de relevancia histórica, siempre compañeras de 'grandes hombres', pero que han sido "silenciadas" por la sociedad del pasado así como por la figura a la que estaban asociadas, según explica Roberto García Encina, director y responsable del texto.
Intrussión Teatro recupera sus personalidades para dar forma a la creación "más comprometida" de la compañía, en la que ofrecerá al espectador un montaje "muy sugerente" y "el más poético" de su ya dilatada trayectoria.La magia del teatro ha querido que las tres mujeres protagonistas se encuentren en un escenario disfrazado de taller de costura donde la historia las ha sometido eternamente a tener que vestir a hombres cuyas camisas, chaquetas y pantalones fueron rematados con hilos que no les pertenecen del todo.
Roberto García Encinas ha participado en la presentación de la obra en el Liceo junto al concejal de Cultura del Ayuntamiento de Salamanca, Julio López, y las tres mujeres que dan vida sobre el escenario a los personajes de Carmille Claudel, Rosalind Franklin y Zenubia Camprubí, que son las actrices Esther Nácar, Manuela Vicente y Lourdes Martínez, respectivamente.
El estreno absoluto de 'Detrás de un gran hombre', que trata de "dar voz, casi un grito, a las mujeres silenciadas", tendrá lugar a las 21.00 horas en el Liceo, con entradas que salieron a la venta al precio de 9,12 y 15 euros.
Rosalind Franklin fue una científica inglesa que demostró la estructura del ADN y que "jamás tuvo ningún reconocimiento"; Zenubia Camprubí fue "una mujer independiente, feminista, que quería ser escritora, muy activa por los derechos de la mujer" y que ha pasado a la historia por ser la mujer de Juan Ramón Jiménez; y Carmille Claudel fue una escultora de primer nivel a la que se le recuerda por ser la pareja sentimental y la alumna de Auguste Rodin, han recordado las intérpretes que darán forma a sus personajes en el Liceo.
Su mayor enemigo fue una sociedad en la que, según sus normas, pocas de ellas podían destacar por una única razón, ser mujeres. La historia ha silenciado a muchas mujeres que han estado detrás de grandes hombres y que, sin lugar a dudas, fueron fundamentales en el desarrollo personal y artístico de ellos.