Sumando voluntades en el día internacional de los Derechos Humanos
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Así reza el primer artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.
¿Cree usted que si el texto de este artículo se leyera al comienzo de cualquier acto público o privado, de cualquier celebración civil o religiosa, si su lectura abriera cada día todos los informativos de radio o televisión, si apareciera en primera plana de toda la prensa escrita día tras día, si la pudiéramos leer en las vallas publicitarias de las ciudades y las carreteras, el mundo cambiaría?
Nosotros creemos que sí. Porque si usted es un ser humanos, habla de usted, si usted es una persona dotada de razón y conciencia, habla de usted. No importa su raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política. No importa su origen nacional o social, su posición económica, su nacimiento o cualquier otra condición, la Declaración Universal de Derechos Humanos, habla de todos, nos incumbe a todos, nos obliga a todos. El ex secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan, decía: “Los derechos humanos son sus derechos. Tómenlos. Defiéndanlos. Promuévanlos. Entiéndanlos e insistan en ellos. Nútranlos y enriquézcanlos. Son lo mejor de nosotros”.
Pero los derechos siempre han ido de la mano de los deberes, son la cara y la cruz de una misma moneda, ya que hacer posible que otros disfruten sus derechos, supone aceptar que son nuestros deberes. Que una persona pueda ejercer su derecho a vivir implica que todos debemos respetar su vida, que una persona pueda ejercer su derecho a tener un trabajo digno, supone que todos debemos contribuir para que así sea.
El próximo año 2018 se cumplirán 70 años de esta solemne declaración, una declaración trascrita a más de 500 idiomas, uno de los documentos más traducido del mundo. Una declaración que es considerada generalmente el fundamento de las normas internacionales sobre derechos humano, que ha inspirado un valioso conjunto de tratados sobre estos derechos legalmente vinculantes y la promoción de los mismos en todo el mundo a lo largo de las últimas décadas, pero lamentablemente aún no se respeta en muchos lugares.
Más de 815 millones de seres humanos en el mundo pasan hambre, 1 de cada 3 no puede acceder a los medicamentos que necesitan, 400 millones no disponen de ningún tipo de atención sanitaria y son casi 15 millones las personas refugiadas en el mundo ¿imaginas que te toca a ti?
Como Humanidad nos queda aún un duro trabajo para lograr que los derechos que enumera la Declaración sean una realidad para todos, pero en palabras de Nelson Mandela: “Sabemos qué hay que hacer, lo que falta es voluntad de hacerlo”. ¡Vamos, sumemos voluntades, es nuestro deber!