Salamanca se queda sin monjas
El progreso de la sociedad hacia un carácter cada vez más laico está provocando que apenas haya relevo en la estructura de la Iglesia Católica. Apenas se ordenan sacerdotes y apenas ingresas monjas en los conventos. Por eso, cada vez son más las parroquias que se agrupan y más los monasterios que cierran sus puertas.
Salamanca, una ciudad donde durante siglos han habitado múltiples órdenes religiosas, se está quedando sin monjas. El anuncio de cierre del convento de Las Úrsulas se suma al que ya protagonizaran las Bernardas hace dos años. Y es que se trata de mujeres de edad muy avanzada, por encima de los 75 años, lo que ya se denomina cuarta edad, que necesitan de los cuidados de otras más jóvenes, de ahí los traslados que se están produciendo.
Las próximas pueden ser Las Isabeles, además de las monjas de Santa Clara y La Purísima. Pero no sólo en la capital se producen estos cierres, también en municipios de la provincia como Ciudad Rodrigo, con diócesis propia, donde las clarisas se marchan a otros conventos. Localidades como Béjar, Peñaranda y Vitigudino tampoco son ajenas a esta problemática.