"No se debería llamar universidad a sociedades que sólo comercian títulos"
El acto de clausura de la trigésima asamblea de la Carga Magna Universitaria (Magna Charta Universitatum) comenzó con un discurso del rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, que fue un alegato en defensa de la calidad de la enseñanza superior, envuelta en la polémica por los másteres regalados a políticos en la Universidad Rey Juan Carlos. "No se debería llamar universidad a sociedades mercantiles que sólo comercian con títulos sin escrúpulos en cuanto a su calidad o rigor científico. Allí donde no se cultive el auténtico esfuerzo por aprender y enseñar, no debería aparecer ni reconocerse el nombre de universidad", dijo tajante.
Rivero ha mostrado su satisfacción por la celebración en el Estudio del "gran acto académico" que ha sido la asamblea de la Magna Charta Universitatum, como conmemoración del trigésimo aniversario de este documento, que apunta a la "auténtica razón de ser" de las universidades y que se formalizó en 1988 en Bolonia (Italia).
En su discurso, en el acto de clausura de la asamblea y con la presencia de los reyes de España, entre otras autoridades, el rector ha reseñado que la Magna Charta "explica de forma elocuente qué debe ser una universidad, un lugar donde mujeres y hombres aspiren a perfeccionarse mediante el conocimiento, incrementando su saber gracias a la docencia y la investigación".
"Hemos de ser también exigentes con la vocación internacional. Las casas de estudios superiores hemos de colaborar más allá de nuestras fronteras, atraer docentes y discentes de todo el mundo ha de ser uno de los indicadores de la calidad", ha añadido durante una intervención en la que también ha abogado por la universidad como "espacio de libertad, de respetuoso disenso con las verdades absolutas convencionales".
Adaptarse a un mundo cambiante "más que nunca"
Por su parte, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ha subrayado la necesidad de que estas instituciones sigan adaptándose a un mundo cambiante y asuman “más que nunca” su liderazgo social, con el objeto de aportar certidumbres y respuestas a los nuevos desafíos y retos. Así, ha instado a todas las universidades a continuar ayudando a Europa a afrontar los retos a los que se enfrenta, “a hacerla consciente de la magnitud de sus valores, principios y sistemas, cuya paulatina aceptación universal ha sido la primera base de la actual globalización. A extender la convicción de que los orígenes y evolución del sistema universitario, la Ilustración, las revoluciones liberales, el proceso de construcción europea y el moderno constitucionalismo trazan una línea que, sin duda, marca la dirección correcta de la Historia”.
Herrera ha afirmado que la Universidad debe seguir conservando lo mejor de la tradición, pero situándose al mismo tiempo en la vanguardia de la innovación, algo que ejemplifica la inauguración hoy mismo por parte de SS.MM los Reyes del Centro de Láseres Pulsados, que se acaba de poner a disposición de la comunidad científica y que es fruto de la colaboración entre la Universidad de Salamanca, el Gobierno de España y la Junta de Castilla y León.
Según ha señalado el presidente, la ‘Magna Charta Universitatum’, estas instituciones son, sobre todo, centros de creación y de transmisión del saber, una misión que exige la plena libertad de investigación y de enseñanza, y la mayor autonomía moral y científica. “Libertad y autonomía en las que reside la enorme responsabilidad que nuestras universidades tienen con la sociedad de la que forman parte, pues, no en balde, son la forja del desarrollo cultural, científico y técnico del que en buena medida depende el porvenir de la humanidad”, ha afirmado Herrera.
En su discurso, el presidente también ha destacado que la Universidad de Salamanca contribuyó de forma decisiva a la idea de Europa como espacio de concordia, libertad y progreso, pues en sus aulas se fue reformulado el concepto del Derecho natural, se sentaron las bases del Derecho de Gentes y se crearon vínculos con el Nuevo Mundo que anticipaban el actual Espacio Iberoamericano del Conocimiento, aportando además al Sistema Universitario Europeo una dimensión universal. También en Salamanca se afianzó la gramática de la lengua española y se difundieron concepciones tan actuales como el libre comercio o la cooperación internacional.