Castilla y León

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Salamanca

Plaza de San Julián, mercado de sandías y melones

25 noviembre, 2018 02:12

En un mundo tan célere y alocado como el actual apenas sobreviven los recuerdos que van más allá de un lustro. Ésa es la barrera que marca la pervivencia de la información en internet, pero hay otra mucho más valiosa que aún se atesora en álbumes de fotos escondidos en recónditos cajones, esos que ya apenas casi se ven en familia, y sobre todo, una información guardada a fuego en la memoria de quienes vivieron cada momento. NOTICIASCYL tiene en marcha una serie dominical que repasa la evolución de los barrios de Salamanca.

Tras abordar todas las zonas más allá del casco histórico, sólo falta el corazón de Salamanca, el entorno de su Plaza Mayor, pero son tantos los cambios que se han producido en algunas zonas que hasta final de año vamos a repasarlas de forma más exhaustiva. Hoy es el turno para la plaza de San Julián, cuyo nombre se debe a la iglesia anexa desde hace casi un milenio.

El templo se construyó a comienzos del siglo XII, en pleno proceso de repoblación dirigido por Raimundo de Borgoña tras expulsar a los musulmanes hacia las tierras del sur de la Península Ibérica durante la Reconquista. Fuera de los muros de la Cerca Vieja, en el entorno de la Catedral, tenían lugar múltiples mercados para intercambiar productos de primera necesidad, pero también otros que iban llegando desde otros continentes. Así, a un lado de la iglesia, en la actual plaza que lleva su nombre, durante la Edad Media se vendían sandías y melones. Al otro lado, cítricos en la entonces plaza de los Limoneros, hoy de Sexmeros.

También destacaba en esta plaza la denominada Casa de las Viejas, construida a comienzos del siglo XVII para acoger a viudas sin recursos, eso sí, de buena reputación. Así permaneció hasta que el progreso fue dejándola sin uso y a finales del siglo XX recupera su uso, pero con fines culturales, pues actualmente es sede de la Filmoteca de Castilla y León.

La fisonomía de la plaza de San Julián se vio modificada a mediados del siglo XX por la construcción de la Gran Vía. Hasta entonces estaba delimitada por la calle Ramos del Manzano, la prolongación de la calle Asadería, hoy convertida en escaleras, y los Portales de La Alberca. Pero con la gran avenida desaparecen los portales de viviendas con la típica estructura de las casas de la Sierra de Francia. Al mismo tiempo, se perdió el mercadillo que se celebraba en este espacio, pasando a ser una zona de esparcimiento y ocio. A ello contribuyó el Monumento a la Unificación, inaugurado el 18 de julio de 1962, día en que se conmemoraba el alzamiento del dictador Francisco Franco, rodeado por un estanque y setos.

Con el regreso de la democracia, este monumento fue trasladado hasta el paseo de Torres Villarroel, junto al parque de Salesas, retirando los vestigios franquistas del centro de Salamanca. Una escultura en honor al músico Gerardo Gombau, obra de Venancio Blanco, ocupó su lugar en 1985. Así permaneció la plaza de San Julián durante dos décadas hasta que hace unos años fue peatonalizada, restringiendo el paso de vehículos, lo que ha favorecido la instalación de terradas para unir todas las características que siempre marcaron a esta ágora: comercial, social, cultural y espacio para el ocio y las relaciones personales. Uno de los epicentros hosteleros de Salamanca.