Villancicos que no son de Navidad en Salamanca
En el archivo musical de la Catedral de Salamanca se conservan villancicos que nada tienen que ver con la Navidad. “El término villancico ha ido evolucionando, porque en el Renacimiento era un poema de carácter profano, y se denominaba así porque se dirigía a la gente de las villas, y después pasaron a la Iglesia, que eran cantos religiosos”, apunta la musicóloga Josefa Montero. En la Catedral, estos villancicos religiosos se interpretaban en algunas solemnidades, como la Asunción, su patrona, “y se hacían bastantes para ello”.
Pero no era el único tiempo litúrgico en el que se utilizaban estas piezas, sino que también existían los villancicos dedicados al Santísimo, por el Corpus además de los propios de la Navidad. “Tenemos uno de Antonio de Yanguas, maestro de capilla de Salamanca que está dedicado a San Cayetano, y no encontramos ningún motivo navideño, inspirado en la música popular”, relata Montero. En este caso, estaba compuesto para varias voces e instrumentos como los violines y las trompas.
En aquella época, los maestros de capilla componían siempre piezas propias para la Catedral, e incluso se les concedían días de permiso para ello, como indica esta musicóloga.
De las colecciones del fondo catedralicio destaca la cantidad de villancicos dedicados al Corpus y a su Octava. “Existen muchos porque en aquella época, el pueblo no tenía oportunidades de escuchar música, y era el momento, y cada año solían hacer villancicos nuevos para despertar el interés de la gente”, relata Montero.
Para la Navidad
En cuanto a los villancicos propios de la Navidad, se componían de distintas temáticas, como el Nacimiento, los Santos Inocentes o la Epifanía, etc. “La mayoría de los villancicos son propios de la Navidad, y fue quedando esa idea”, aclara esta musicóloga. Cabe destacar que estuvieron vigentes en la música de la Catedral hasta el siglo XIX.
Josefa Montero recuerda que tres o cuatro villancicos de otro de los grandes maestros de capilla de la Catedral, Manuel José Doyagüe, fueron exportados e interpretados en diferentes catedrales, “en una época en que se dejan de componer nuevos y se van reciclando”. Estos villancicos no solo fueron a España, sino que también a Hispanoamérica o Filipinas, entre otros puntos.
Esta musicóloga calcula que existirán en el archivo musical de la Catedral unos 1.000 villancicos, pero para su recuperación, como indica Montero, “es necesaria una transcripción previa, porque las más antiguas ha cambiado la notación”, y como también asegura, “es una tarea laboriosa”.