La Escuela Infantil municipal de Carbajosa consigue el sello AENOR por sus protocolos anti-COVID
AENOR acaba de conceder a la Escuela Infantil del Ayuntamiento de Carbajosa la certificación que confirma que cumple con todas las medidas anti-COVID requeridas para garantizar la salud y seguridad de trabajadores y usuarios, en este caso, los niños que cada día acuden a las escuelas.
Durante la pandemia, las escuelas infantiles gestionadas por Koala, filial de Clece (empresa que gestiona la Escuela Infantil municipal de Carbajosa), se han preparado a conciencia con diversos protocolos de actuación anti-Covid con el fin de convertir los espacios escolares en lugares seguros para los niños.
Desde el principio, destaca la concejala de Educación, Alba Hernández, los profesionales de la empresa conformaron importantes protocolos de entradas y salidas de los centros para evitar aglomeraciones, hicieron una división de alumnos a través de grupos burbuja –para que no se mezclaran unos con otros y así minimizar el riesgo de contagio– y establecieron como rutina la toma de temperatura cada mañana, reportar posibles síntomas a un enfermero asignado o usar sólo juguetes que pudieran desinfectarse fácilmente, entre otras medidas.
La directora de la Escuela de Educación Infantil Municipal de Carbajosa, Almudena García, destaca el trabajo de todo el equipo para adaptar el centro y subraya que se ha reforzado la limpieza y desinfección. “Conseguir el sello de AENOR es un reconocimiento a ese esfuerzo por reducir los riesgos al mínimo”, señala. “Se está haciendo un buen trabajo y ahí están las estadísticas que lo demuestran. A pesar de las dificultades de la pandemia se han incorporado todas las medidas higiénico-sanitarias como parte del día a día y para nosotros es una satisfacción que eso se valore”, afirma.
Explica, además, que han tenido que prestar mucha atención a los detalles como, por ejemplo, la intensificación en la limpieza de los suelos de las clases o adaptar la decoración propia de las aulas con materiales fáciles de limpiar. “Los niños tocan todo, lo necesitan, así que hemos conjugado las dos realidades. Todo debe estar muy limpio para que los niños sigan desarrollándose como saben, a través del tacto, de las manos”, comenta García.