El PP niega la contaminación del Tormes y rechaza el alarmismo y las falsedades del PSOE

 El Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Salamanca ha negado con rotundidad que se hayan producido daños medioambientales, y mucho menos durante años, en el río Tormes, tal y como ha asegurado el Grupo Socialista a través de un comunicado malintencionado y plagado de falsedades, que pone de manifiesto que el PSOE confunde la política con una fábrica de inventos.

En relación con dicho comunicado, el PP ha recalcado que el Ayuntamiento de Salamanca jamás ha incurrido en ocultación de información, ya que mensualmente envía a la Confederación Hidrográfica del Duero todos los datos relativos a los vertidos, que cumplen con los nuevos parámetros establecidos, más exigentes que los vigentes anteriormente, excepto cuando se producen episodios de bajas temperaturas.

Según ha explicado el PP municipal, por exigencia del Ayuntamiento precisamente y con el objetivo de cumplir con estos parámetros durante todos los días del año, la empresa concesionaria Aqualia procederá a la ejecución de una obra imprescindible, que los socialistas inexplicablemente califican de innecesaria, dando la sensación de que no tienen ningún interés en que se solucione esta cuestión para poder seguir intoxicando a la opinión pública con comunicados sin pies ni cabeza.

Tal y como detallan los populares, esta obra, que cuenta con el aval de todos los informes técnicos, consistirá en la renovación de la tubería de impulsión desde la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de la Aldehuela hasta el depósito de Chinchibarra, así como trabajos de renovación de redes de distribución de aguas, de redes de saneamiento, actuaciones en la ETAP y en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR), depósitos, mejoras tecnológicas, entre otros.

El Grupo Popular ha recordado, además, que este asunto fue tratado en el Pleno Municipal del pasado 26 de febrero, con lo que no deja de ser sorprendente que los socialistas persistan en sus intentos de desinformación y con sus ataques obsesivos contra las empresas que generan empleo, cuando ha quedado perfectamente clara la necesidad de la obra y los motivos por los que se acomete.