La Villa de Lumbrales se ha convertido en un potencial turístico, tanto en el ámbito loca como de la comarca de Arribes sur o del Abadengo, de la que se erige como 'capital'. Para ello, según comenta el alcalde, Carlos Pedraz, el Ayuntamiento realiza "un enorme esfuerzo para poner en valor los recursos turísticos, culturales y naturales del municipio y su radio de acción".
En este conjunto de atractivos, tanto turísticos como culturales, destaca la reciente apertura del Camino de Hierro -entre La Fregeneda y Vega Terrón por la antigua vía del tren-, del que Lumbrales posee el Centro de Interpretación de la Vía Férrea Las Fuente de San Esteban-Barca d'Alva. La Villa es el principal eje ferroviario en esta vía, que fue cerrada en 1985, lo que supuso una pérdida irreparable de cara a la comunicación de la capital con esta área rayana y con Porto. Pero, al mismo tiempo, el territorio cuenta con un legado patrimonial incuestionable -como puede apreciarse en las fotografías existentes en el Centro, con la construcción de túnes y puentes. Los valores paisajísticos, históricos, artísticos e ingenieriles contribuyeron a su reconocimiento como BIC.
También merece interés el Museo Arqueológico de Lumbrales. Instalado desde 2013 en un edificio del siglo XVIII que en sus orígenes probablemente fue punto de vigilancia desde que observar en la distancia la llegada de posibles invasores. El piso inferior sirvió de cárcel con dos oscuros calabozos de robustas puertas. En el dintel de su puerta de acceso, que da a la plaza mayor de la villa, figura grabada la fecha de 1741. Es la conocida Torre del Reloj, que reúne una colección de hallazgos arqueológicos de Eduardo Martín e Ignacio Pérez, muchos de ellos restos prerromanos procedentes del castro de Las Merchanas, así como hallazgos encontrados en la comarca del Abadengo. Se pueden observar distintos utensilios del final del paleolítico, de entorno al 100.000 a.c., como son bifaces, triedros, hendedores, hachas y martillos. El recorrido pasará por la II Edad de Hierro y la ocupacion romana.
También merece la pena visitar el Museo Textil de Lumbrales. Una muestra de la historia de la industria de telares que existió en el pueblo, una de las más importantes de la provincia de Salamanca. Se pueden observar elementos como un telar del siglo XIX con los elementos de trabajo de la época (torno, telar...), una manta de 1849, y todos los tipos de tejidos.
Territorio Vetton
Uno de los mayores atractivos de Lumbrales es su pasado histórico. El pueblo prerromano de los vettones dejó su huella hace más de 2.500 años en la provincia de Salamanca, donde construyeron los conocidos como ‘castros’, poblados fortificados, y que servían como defensa ante cualquier ataque. Para conocerlo, existe una ruta que invita al explorador a descubrir el castro del Castillo en Saldeana, el Despoblado Castro de Las Merchanas en Lumbrales y el Castro de Yecla de Yeltes, tres yacimientos señalizados en el recorrido para poder conocer mejor cómo fue el asentamiento del pueblo vetón en esta zona salmantina.
En Lumbrales se encuentra la Casa del Conde, que alberga el Centro de Recepción de Visitantes del Territorio Vetón y otras instalaciones relacionadas con el castro y la prehistoria de la comarca. Este interesante centro se levanta en una preciosa casa modernista de estilo colonial portugués. El edificio fue construido entre 1875 y 1877. En el inmueble también se halla la oficina de recepción e información del Territorio Vetón y de Turismo.
Esta ruta cultural y de ocio tiene actualmente dos circuitos, el de Lumbrales y el de Yecla de Yeltes, donde se localizan dos de los yacimientos arqueológicos más espectaculares de la Península Ibérica: el castro de Las Merchanas y el de Yecla la Vieja.
La Casa del Conde, la vía férrea y los museos
Llegamos a Lumbrales tras dejar atrás otros emblemáticos castros y espacios vetones. En el mismo corazón de la villa se encuentra la Casa del Conde, que alberga el Centro de Recepción de Visitantes del Territorio Vetón que engloba los recursos patrimoniales de la cultura vetona conservados en Lumbrales y Yecla de Yeltes, desde los últimos siglos del primer milenio a. C. hasta los comienzos de la nueva era, y su posterior romanización. La puerta de la Casa del Conde está protegida por un magnífico verraco conocido en la localidad como ‘el burro de la Barrera’, que representa a un jabalí en posición de acometida, perfectamente identificable, con presencia de algunos detalles del animal como los colmillos o el sexo. Un aperitivo para la ineludible visita al castro de Las Merchanas.
Esta casa señorial fue construida entre 1875 y 1887 por Ricardo Pinto da Costa, emprendedor portugués que promovió la línea férrea de La Fregeneda. Como reconocimiento a su iniciativa Alfonso XIII le concedería el título de Conde de Lumbrales en 1888 y, un año después, Luis I de Portugal le concedería el mismo honor. El palacete, totalmente rehabilitado, acoge el Centro de Recepción de Visitantes con renovadas exposiciones sobre el paisaje, la historia y las relaciones transfronterizas de Lumbrales y su comarca. De los orígenes prehistóricos a la artesanía textil, la Sala del Conde nos abre las puertas al pasado de Lumbrales y nos prepara para la visita al Castro de Las Merchanas.
En la década de 1960, el Ayuntamiento de Lumbrales adquirió este inmueble con la desprendida colaboración de los Pinto da Costa, cuya vinculación generosa con el Abadengo no acaba con su apoyo decidido al ferrocarril. Cien años después, en 1972, donaron los terrenos que propiciaron la otra gran obra pública de este territorio, la construcción del muelle fluvial de Vega de Terrón, que permitió enlazar Castilla con el Atlántico por vía fluvial, en un Duero navegable hasta su desembocadura en Porto. Este hermoso inmueble debe su nombre a D. Ricardo Pinto da Costa Fernandes Reis, nacido en 1825 en Vila Nova de Gaia, cuya ladera mira esplendorosa el poderío multicolor de Porto, y que fue nombrado primer Conde de Lumbrales en 1888 por el rey Alfonso XIII, como reconocimiento al esfuerzo de conectar por vía férrea España y Portugal, a través de este territorio de El Abadengo.
Penetrar en esta casa significa adentrarse en un universo muy particular, donde la figura de Ricardo Pinto da Costa se hace patente en sus salones, forjas y escayolas, donde todavía se escuchan los ecos de los afanes y ambiciones de este empresario soñador.El edificio antiguo, llamado ‘Casa de los Abuelos’, es el solar de Antonio Bartol y Cayetana Pérez, padres de su esposa Francisca Bartol. El otro edificio, conocido como ‘Pabellón de la Infanta’, fue construido por Pinto da Costa coincidiendo con la inauguración de la línea de ferrocarril de La Fuente de San Esteban- Barca d’Alva.
El paso del tiempo añade a la biografía de los hombres perfiles de penumbra; algo así ha sucedido con el primer Conde de Lumbrales cuya vida ha alimentado quimeras de leyenda para aquellos que han seguido su transitar desde su Porto natal hasta Lumbrales.Conocida es su faceta de hombre de negocios; poco sabemos, sin embargo, de los dictados de su corazón que le llevaron a contraer matrimonio con una joven de Lumbrales, lo que le convirtió en parte imprescindible de esta tierra. La inauguración del ferrocarril hizo concebir al Conde la ilusión de la presencia en Lumbrales de la realeza española. Esta expectativa le llevó a levantar el Pabellón Real, con referencias coloniales portuguesas, para agasajar con los máximos honores a los ilustres invitados.
El 8 de diciembre de 1887, bajo la mirada atenta y orgullosa de Pinto da Costa, protagonista de tan gigantesca obra, se inauguró el ferrocarril entre el júbilo y la incredulidad de las gentes arribeñas. Un gran sueño se hacía realidad, los vapores de las locomotoras de dos países representando a sus culturas, se unían simbólicamente en el Puente Internacional de Vega de Terrón, en La Fregeneda, para alimentar la ambición de situar a una comarca en el mapa de la modernidad. Sin embargo, ningún miembro de la Casa Real acudió a la inauguración. Fueron meses después cuando la infanta Isabel de Borbón visitó la Línea del Duero y en la estación de Lumbrales recibió homenajes y obsequios. En 1985, la falta de rentabilidad económica determinó su cierre y quince años después pasó a ser un recurso patrimonial declarado Bien de Interés Cultural y que ahora languidece, llorosa y destartalada, ante la indiferencia oficial, pudiendo convertirse en eje vertebrador y dinamización turística y económica, junto al Duero, de toda la comarca y su enlace con Portugal.
El palacete acoge, además del Centro de Recepción de Visitantes del Territorio Vetón, exposiciones sobre el paisaje, la arqueología y las relaciones transfronterizas de Lumbrales y su comarca. De los orígenes prehistóricos a la artesanía textil, la Casa del Conde nos abre sus puertas y nos prepara para la visita al castro de Las Merchanas. Todo un completo compendio de imágenes y gráficos de comunicación, realizados por la empresa salmantina Creativos Diseño Gráfico, nos permiten adentrarnos en el territorio con espléndidas ilustraciones descriptivas de cada castro donde, junto a unamuestra de paneles, interpretan durante el viaje cada instante de la vida de los vetones en el castro. Además, en la avenida de Lumbrales, junto al Árbol Gordo, en el mismo centro de la villa, se encontraba el Verraco de Las Merchanas –que posiblemente representa a un jabalí- y que, tras su traslado al propio castro, ocupa ahora una pieza escultórica con extraordinaria semejanza a la original pero con diseño contemporáneo. Esta obra y su peana –como homenaje al escultor Ángel Mateos- han sido diseñadas por Creativos y realizadas por el escultor Gerardo González.
Las Merchanas
Mural explicativo del Castro de las Merchanas en Lumbrales
En Lumbrales, junto al límite con el término municipal de Bermellar, y sobre un promontorio granítico situado en la confluencia del regato de Vallitorredondo con el río Camaces, se encuentra el Castro de Las Merchanas. Situado a 640 m de altura, en la desembocadura del Vallitorredondo en el Camaces, en un lugar en que las masas de granito que se desploman sobre el río forman una península de fácil defensa. Presenta una forma ovalada y una muralla bien conservada, cuya función defensiva se refuerza mediante un campo de piedras hincadas, enfrente de la puerta principal que completan las defensas, con una superficie de más de 14.000 m2. Esta gruesa muralla, la cual en algunas zonas llega hasta los 6 metros de anchura, salvo en el cerro del oeste, donde la topografía del terreno la hace innecesaria ya que se existe un acantilado sobre el Camaces. Se trata de uno de los castros más importantes y mejor estudiados de la provincia de Salamanca.
El origen del castro es prerromano, y se sabe que ya estaba habitado desde el siglo III a. C. por los vetones, que ocuparon el suroeste de la Meseta Norte en la II Edad del Hierro (siglos V-II a. C.), pueblo celta que desarrolló en la Península la Cultura de Cogotas II o Cultura de los Verracos. Los primeros vestigios de romanización que tiene el castro datan de comienzos del siglo I d. C., y se sabe que estuvo ocupado hasta la segunda mitad del siglo V, cuando fue abandonado, quizá durante las contiendas entre suevos y visigodos.
Como ya se ha comentado, el Castro de Las Merchanas es uno de los castros mejor estudiados de la provincia de Salamanca, ya que durante el siglo XX se realizaron varias excavaciones de las cuales se obtuvieron importantes hallazgos, como fueron los restos de un edificio de época romana en cuyo interior se localizaron, entre otras piezas, fragmentos de una escultura de mármol, o un verraco (escultura zoomórfica de granito, sin patas ni peana, que tendría como misión proteger el ganado y los campos), que ha regresado al castro tras su exhibición en la vía pública de Lumbrales. También se descubrió con estas excavaciones una necrópolis que se extiende junto a la muralla por la parte norte, donde se recuperaron algunos objetos. Aún y así, se piensa que pueden existir, al menos, otras dos necrópolis, una de incineración, correspondiente a los primeros siglos antes de Cristo, y otra de los siglos I, II y III de nuestra era, con epigrafía incluida.
Para acceder al lugar, lo hacemos a través del sendero ‘musealizado’ por la puerta sur, donde se puede realizar un recorrido hacia la puerta principal, y ver las piedras hincadas y visitar parte de la muralla.Las murallas vetonas, que como se indicó fueron reformadas bajo el dominio de Roma, su campo de piedras hincadas, el muro romano, los grabados en roca y su orgulloso verraco que vuelve al lugar de su origen, desvelarán sus secretos.
El futuro pasa por las excavaciones
El firme interés del equipo de Gobierno de Lumbrales por poner al día su pasado histórico tiene en las excavaciones una importante línea de actuación. Así, busca con la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León poner en marcha un plan de excavaciones arqueológicas, junto al Castro de Yecla la Vieja, con alumnos de la Universidad mediante un campo de trabajo.
Un futuro, además, que también tiene como reto la finalización de la residencia municipal para mayores, "uno de los principales proyectos de esta Corporación", asegura el alcalde, Carlos Pedraz. Junto a ello, el Ayuntamiento también proyecta la instalación de un gimnasio municipal, "a espera ya de su apertura", comenta Pedraz.
En este mundo del turismo, el Ayuntamiento también espera poner en marcha el área de autocaravanas, esperando que "esté ya en funcionamiento en primavera", dice el alcalde. Una demanda cada vez más grande en esta zona de Arribes.
Un 2022 que, si la pandemia lo permite, volverá a tener fuerza todo un programa de actividades culturales, deportivas y festivas. Tanto la importante Feria Ganadera de San Isidro en mayo, como volver a las tradicionales fiestas de agosto con sus verbenas y encierros. Todo ello con una importante Semana Cultura de por medio.
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