Con el ojo puesto en el cielo, y tras chubascos previos, las nubes dieron una tregua a la Hermandad Universitaria. Bajo el brillo de la piedra dorada, aún más resplandeciente por los charcos, los cofrades del Santísimo Cristo de la Luz y Nuestra Señora Madre de la Sabiduría renovaron su promesa de silencio en el Patio de Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca.
La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, acompañada por la subdelegada en Salamanca, Encarnación Pérez, ha participado en la procesión de la Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz y Nuestra Señora Madre de la Sabiduría, con salida de la iglesia del Espíritu Santo, conocida popularmente como la Clerecía, bajo los sones del himno universitario Gaudeamus Igitur, y ha asistido a uno de los momentos más emotivos de la misma, la promesa del silencio que tiene lugar en el Patio de las Escuelas de la capital salmantina.
Virginia Barcones, ha destacado “el valor de los ritos y tradiciones que forman parte de nuestra historia y de nuestra identidad, como la Semana Santa, que es una manifestación no solo religiosa sino cultural, capaz de atraer año tras año a quienes sienten devoción por lo que representan los pasos de sus ciudades o sus pueblos, pero además es una llamada para muchos visitantes que se acercan a Salamanca y al resto de Castilla y León a conocer y a participar en unas procesiones que tienen una capacidad de convocatoria cada vez mayor porque su calidad espiritual y artística es inigualable”.
“Después de dos años muy duros -ha señalado Barcones- estamos comprobando las ganas de recuperar la Semana Santa, tanto por parte de los cofrades, que tienen una implicación absoluta en que esta festividad sea esplendorosa, dentro del recogimiento que lleva implícita, como por el resto de los ciudadanos, que queremos volver a disfrutar de un periodo de vacaciones corto pero intenso, que nos haga reencontrarnos con familiares y amigos a los que hace tiempo que no hemos podido abrazar, pero también que sea enriquecedor, que nos aporte nuevas vivencias y sensaciones tan especiales como las que se viven en estas fechas”.
“Y esto es muy importante”, ha señalado finalmente la delegada del Gobierno, “porque estamos impulsando una actividad turística que es muy importante para generar riqueza económica en zonas donde este sector es una herramienta fundamental para fijar población y afrontar el reto demográfico”.
El silencio por las calles de Salamanca
El silencio volvió a ser el protagonista a lo largo de esta procesión, en la que, desde la propia hermandad pidieron evitar los aplausos para sentir, a través de la ausencia de ruidos y del respeto, la cercanía de las gentes salmantinas. Así, el desfile continuó, con el acompañamiento del Trío Musical ‘Christus’ y de la Banda de Música de Piedrahita (Ávila), por las calles de Calderón de la Barca, Benedicto XVI, Rúa Antigua y Rúa Mayor, evitando el paso por la Plaza Mayor como símbolo de austeridad.
A su paso por la Rúa, los comerciantes bajaron la iluminación, secundando la petición de la cofradía para aumentar la atmósfera de recogimiento. La procesión continuó por la plaza del Corrillo, la calle Juan del Rey, Prado y Prior, plaza de Monterrey y enfiló la calle Compañía y la Rúa Antigua para regresar a la iglesia de La Clerecía, en un final de procesión que volvió a dejar una de las estampas más tradicionales y embaucadoras de la Semana Santa salmantina.