Salto de Villarino, una buena dosis de ingenio en una central con la presa más alta de España
El Salto de Villarino está compuesto por la presa de Almendra, la más alta de España y unos de los mayores embalses, y la Central de Producción de Villarino, a 15 km de distancia
19 julio, 2022 07:00El Salto de Villarino, del que forma parte la presa de Almendra, pertenece al sistema del Duero inferior, que explota Iberdrola, y fue inaugurado el martes 24 de noviembre de 1970 por Francisco Franco. Recordar que el río Duero es una de las principales fuentes de producción hidroeléctrica que posee España, ahora incluida dentro de las llamadas energías limpias. La principal consideración de este tramo del Duero y sus afluentes Esla (Zamora) y Tormes (Salamanca), son los desniveles que dan lugar a condiciones muy favorables para el desarrollo de aprovechamientos hidroeléctricos de mediana y gran altura.
De hecho, Almendra- Villarino fue el último de los llamados 'Saltos del Duero', un sistema hidroeléctrico al que también pertenecen los embalses de Aldeadávila y Saucelle, en Salamanca; Castro, Ricobayo y Villalcampo, en Zamora, y los portugueses de Bemposta, Miranda y Picote.
El esquema del salto de Villarino, a diferencia de todos los anteriores Ricobayo (1935), Villalcampo (1949), Castro (1952), Saucelle (1956) y Aldeadávila (1963), está constituido por una presa ubicada a la entrada del cañón granítico de Almendra, en el río Tormes, de tipo bóveda de doble curvatura, estribada en su parte superior en dos macizos de hormigón y flanqueada por dos largos diques laterales. Una galería de presión, a través de las correspondientes tuberías, que alimenta o recibe caudales de los cuatro grupos reversibles con potencia inicial de 540 MW (Villarino I), a los que se sumaron 270 con la ampliación de Villarino II, hasta conseguir los 810 MW actuales, con una producción anual de 1.376 GWh, generados por 6 turbinas 'Francis ', alojadas en una central subterránea, en el término municipal de Villarino de los Aires, en la que desaguan o se alimentan de una galería de desagüe de 1.271 metros de longitud.
Embalse regulador o presa de Almendra
El embalse del salto de Villarino, conocido como presa de Almendra, regula no sólo las aportaciones del río Tormes, sino las del Duero y Esla al permitir complementar los regímenes de estos dos ríos regulados con los desagües de Villarino. Es decir, que produce electricidad en las horas punta, mientras que en las de menor demanda bombea agua del embalse de Aldeadávila (en el río Duero) al embalse de Almendra (en el Tormes) para cubrir los picos de consumo.
En cuanto a las cifras, la capacidad total del embalse es de 2.628 Hm3, de los que 2.475 Hm3 se consideran como capacidad útil. Las dimensiones principales de la presa principal poseen una altura sobre cimientos de 202 metros, con una longitud de coronación de 1.074 metros. Además, sorprende, al margen de su altura, la longitud del muro de 3.036 metros. Destacar también que fueron utilizados 2.188.000 metros cúbicos de hormigón para su ejecución.
Haciendo un poco de historia, recordar que en la década de los 60 las novedades técnicas y el auge mantenido de la demanda de energía eléctrica, hicieron viable la construcción de una única presa de bóveda de 200 metros de altura. En 1963, Iberduero compró un ordenador, el IBM 1401, de segunda generación que permitió realizar el cálculo del complejo de Almendra-Villarino en tres horas, cuando el realizado para la de Aldeadávila había llevado 6 meses de trabajo. El proyecto de la presa de Almendra fue obra de Pedro Guinea. El viernes 28 de agosto de 1964, el periódico ABC informaba sobre el comienzo de "la presa de Villarino", que iba a costar 4.000 millones de pesetas y cuyas obras se alargarían seis años, inaugurándose en 1970. La noticia ya aportaba las características técnicas que la iban a convertir no sólo en la más moderna de la época, sino en "la más bella y la más alta de España".
Luis Sever, un auscultador de presas
Merece interés social y profesional la narración que se realiza en 'Megaconstrucciones.net':
La construcción de esta central hidroeléctrica supuso romper moldes y abrir páginas en la historia de la ingeniería civil. De hecho, los más antiguos del lugar y trabajadores que formaron parte de los equipos constructivos recuerdan “con emoción” aquellos años y aquellas formas de trabajo. Luis Sever (fallecido en 2018) fue un auscultador de presas y uno de los directores de calidad del cemento y el hormigón en 1964, mientras se realizó la central de Villarino, “una maravilla de trabajo”, tal y como lo define él mismo. Todavía recuerda con ilusión los trenes que “a diario” llegaban a Lumbrales, procedentes de Hontoria (Segovia) y Venta de Baños (Palencia), para trasladar el hormigón, a través de camiones, hasta el muro de la presa. Y añora los procesos técnicos que se seguían para controlar que el hormigón tuviera “resistencia y elasticidad”. Aunque no lo diga, quizá recuerde el lema de la oficina de proyectos de Iberdrola: “Nosotros no construimos una presa, sino para hacer la siguiente”.
Así, Luis Sever rememora a los ingenieros que llegaban a la provincia de Salamanca y la “vida tan dura que se llevaba, ya que era un trabajo constante”. Esboza una sonrisa cuando recuerda la visita de Franco, en 1970, y el momento en el que se acercó a él para comprobar quién era el más alto de los dos: “Yo siempre he sido menudo [1,65 de altura] pero quería compararse a Franco. Y no era más alto… Pero tampoco más bajo. Me sorprendió también que la escolta los dejara tan solos”.
También trabajó en la construcción del embalse de Aldeadávila y aunque no tiene claro el número de trabajadores que hicieron posible la de Villarino asegura que “pudo ser un número muy parecido, en torno a 4.000 personas”, muchos de ellos, los peritos industriales, procedentes de Béjar, lo que daba valor a estos profesionales nacidos en las escuelas bejaranas. Luis Sever afirma que él ocupaba la cama que otro trabajador dejaba en el barracón. Era un constante trasiego de hombres que subían y bajaban del tajo al descanso; era lo que se denominaba “cama caliente”.
Como resumen, decir que la presa de Almendra está ubicada en la parte occidental de las provincias de Zamora y Salamanca. Implantada en el curso bajo del río Tormes. Su construcción supuso el abandono y posterior anegación de la localidad zamorana de Argusino. Los términos municipales que se vieron afectados por el embalse son los de Almendra, Carbellino, El Manzano, Ledesma, Monleras, Roelos de Sayago, Salce, Sardón de los Frailes, Villar del Buey y Villaseco de los Reyes.
La central de Villarino, o 'salida de líneas'
Lo que se conoce como la 'central de Villarino', o 'salida de líneas' en el pueblo, se caracteriza, respecto a otros saltos, por su peculiaridad, ya que está situada a unos quince kilómetros de la presa, en Villarino de los Aires.
No es un salto hidroeléctrico en el que existe una presa y debajo de ésta los grupos turbina-alternador, como los saltos anteriores, que producen energía eléctrica aprovechando la máxima altura entre el nivel superior del agua en el embalse y la cota de desagüe de las turbinas.
En el caso de Almendra-Villarino, las turbinas no se encuentran a pie de presa, con lo que conseguiríamos una altura de 202 m; sino que tiene una toma de agua casi en la cota inferior y esta discurre por un túnel excavado en la roca de 7,5 m de diámetro y 15 km de longitud. Esta galería casi al final se bifurca en dos de 5 metros de diámetro y cada una de estas a su vez, en dos metálicas de 2,8 m, las cuales alimentan a cada uno de los cuatro grupos turbina-alternador para Villarino I, se suma Villarino II, se separa la tubería de la presa en tres y luego en dos cada una, que hacen para las 6 máquinas, desaguando estos en el reculaje del embalse de Aldeadávila, en el río Duero, en el paraje denominado 'Cabrones', en el término de Villarino.
"Con esto se consigue obtener una altura de 410 m, con una superficie de embalse de sólo 8.650 ha; posiblemente para conseguir esa altura, en un salto convencional, se hubiese necesitado inundar la mitad de las provincias de Salamanca y Zamora", según informes de Iberdrola.
Así, tiene carácter reversible de turbinación y bombeo, con unas bombas que elevan el agua 400 metros de desnivel a lo largo de una galería de 15 kilómetros de longitud. Las ventajas de un funcionamiento de este tipo se ponen de manifiesto al considerar que, sin bien la producción media del salto de Villarino alcanza los 1.376 GWh, la regulación obtenida en el sistema Duero supone 1.900 GWh permanente o firme. Es lo mismo que decir que la altura en que se aprovechan los caudales del río Tormes en los aprovechamientos de Villarino, Aldeadávila y Saucelle, permite concentrar en el embalse de Almendra una reserva de energía de 1.900 GWh.
Los poblados de Santa Catalina y La Rachita
El municipio de Villarino de los Aires, que por aquella época (censo de 1960) tenía 1.501 habitantes, en 1970, cuando se inauguró el Salto, la población ascendía a 2.113 habitantes censados. Eso sí, la población flotante o de hecho podría ser casi el doble. Estos habitantes se dividían en tres núcleos, el pueblo y dos poblados construidos, uno por Europea de Obras en el paraje de Santa Catalina, y el poblado de Iberduero, en La Rachita que, a su vez, se dividía en otros dos, la zona de chalés para 'mandos', ingenieros y técnicos de plantilla, y el poblado, para trabajadores.
Este fue otro de los elementos que distinguieron la construcción de estas centrales hidroeléctricas, los poblados. En los últimos años están en proceso de transformación como alojamientos singulares de turismo rural. Pero en su momento fueron auténticas localidades levantadas de la nada, que contaban con todo lo necesario para el desarrollo de la vida habitual de los trabajadores y sus familias: escuelas, enfermerías, instalaciones deportivas, iglesias, comedores, cantinas, viviendas y barracones.
Son pasajes de vida de muchas personas que, junto a los habitantes locales, con los que enraizaron familiarmente en muchas ocasiones, rellenaron muchos renglones de una historia, la historia reciente de un pueblo, Villarino.