Salamanca cierra la temporada taurina con una espectacular corrida en Alba de Tormes
Morante de la Puebla, Daniel Luque y el salmantino Antonio Grande salen a hombros tras lidiar seis buenos toros de Francisco Galache y El Pilar
16 octubre, 2022 23:11Noticias relacionadas
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Salamanca es taurina. Salamanca es tierra de toros, también de toreros. Y, además, a los salmantinos -en una amplia mayoría-, le gustan los toros. Pese a quien pese, esta es tierra de toros. Que se lo digan a Morante de la Puebla, que sube de Sevilla para recoger el cariño de los salmantinos. El de La Puebla del Río, el líder sin discusión del toreo actual y figura de época, se siente querido y ama a Salamanca.
Esto quedó patente en la corrida de toros celebrada en la tarde del domingo en Alba de Tormes, llamada de los 'Centenarios Teresianos', que puso el cartel de 'No hay billetes' y que, además, fue toda una exhibición de fiesta, emoción, arte y alegría. Nada mejor para cerrar la temporada taurina en la provincia de Salamanca que con un festejo espectacular, como el ofrecido en la Villa Ducal. Un nuevo torero salmantino que toma la alternativa, Morante de la Puebla en el cartel, tres toreos que salen a hombros y una corrida con seis toros de dos ganaderías charras que ofrecieron espectáculo. Y, de paso, la felicidad de los aficionados, con un buen sabor de boca. Ahí estaban Gudino y Buti, -porque Jaime y Gonzalo estabas a otras cosas- incombustibles y felices sacando de la plaza en sus hombros al maestro Morante.
Antonio Grande, el nuevo matador de San Muñoz, tomó la alternativa de manos de Morante con un toro de Galache, a decir pronto. Exquisitamente presentado el cuatreño, aunque un poco flojo, fue apto para una faena de mucho empaque y gusto de Grande. El toro, con mucha calidad a pesar del pero anterior, humillaba de buenas maneras lo que permitió una tanda final de naturales de mucha profundidad. Buena estocada y dos orejas en el toro de la alternativa que, justamente, fue aplaudido en el arrastre.
Y cuando ya todos los matadores tenían asegurada la Puerta Grande salió el sexto de El Pilar. Qué gran toro. Como decían por los tendidos, "de indulto". Bravo, con mucho fondo y transmisión. Bueno, en todos los sentidos, por los dos pitones. Y Antonio Grande que lo vio y se fue a por la faena, quién sabe si la faena de su vida, pero sí la mejor ya como matador. Ejecutó una faena de intensidad, muy pulcra, con ritmo con mano derecha, dominante, con ligazón, mano baja, variada y, sobre todo, muy completa. Tal fue, que el toro de El Pilar fue premiado con el pañuelo azul, dando una vuelta al ruedo que, en otras condiciones, podría haber sido el indulto.
Morante. Siempre de La Puebla, fresco y perfumado en su toreo como el Guadalquivir. Escribir de este maestro de la tauromaquia actual es, casi, repetirse, aunque siempre saca algo nuevo, siempre se inventa algo de la escuela clásica. Sí, porque es clasicismo, estética, conjunción torero, toro y trastos. Es la diferencia que distingue 'a los genios'. Porque la torería de Morante, parece tan simple por natural que se hace sublime. Y, más, cuando delante tiene un Galache, esos toros de Manolete y El Viti, y Ordóñez y Camino. Una faena y otra, la del segundo -premiada con una oreja por el fallo a espadas- y la del quinto, con dos orejas, fueron tan iguales pero a su vez tan distintas. Porque Morante es variedad, plasticidad y estética. E, incluso, tragó lo suyo. El aroma a hierbabuena y azahar que sube de Sevilla.
No se quedó atrás Daniel Luque. Qué pedazo de torero. Profesional, con gusto, variedad, grandes recursos, arte en muchos momentos y, cómo no, un valor puro y seco. En el tercero armó una faena de mucho fondo, a fuerza de constancia, que remató con una estocada perfecta. En el quinto, un Galache parado pero que tenía 'algo', el sevillano enjaretó una faena a base de valor, ganas, pundonor, frío, piernas que provocaban la embestida y mucho cuajo. Una oreja de mucho peso ya que perdió la segunda por el acero, pinchó para dar una segunda estocada fulminante.
No nos extraña los aplausos del consejero de Cultura y Turismo, Gonzalo Santonja, como tampoco del prior carmelita, Miguel Ángel González, como la alegría del Templario de la Faya viendo a Morante torear 'sus' galaches, "toreando entre nubes, flotando", decía. Pero también don Julián Ramos y Juan Pedro. Y, así, una larga ristra de aficionados, porque, la corrida de los 'Centenarios Teresianos' era el acontecimiento en la provincia.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros 'La Cubierta' de Alba de Tormes (Salamanca). Corrida extraordinaria de los ‘Centenarios Teresianos’. Se colgó el letrero de ‘No hay billetes’. Toros de Francisco Galache (1º, 2º y 5º) y El Pilar (3º, 4º y 6º), bien presentados, aunque de juego desigual. Destacó el bravo sexto de El Pilar, con fondo y transmisión, premiado con la vuelta al ruedo. Noble el primero, de Francisco Galache, aunque con falta de fuerzas. El quinto, con peligro.
Morante de la Puebla: ovación y dos orejas.
Daniel Luque: oreja y oreja.
Antonio Grande, tomó la alternativa: dos orejas y dos orejas.
Incidencias: El salmantino de San Muñoz Antonio Grande tomó la alternativa con ‘Gandillito’, nº 8, de la ganadería de Francisco Galache.