Muchos son los pueblos que organizan procesiones durante la Semana Santa. Unos, con sus pasos procesionales, otros, con representaciones de la Pasión en vivo. Entre los últimos destaca un pueblecito de la provincia de Salamanca, casi en territorio de frontera donde se vive la Semana Santa más cruda con el acto de la crucifixión de Cristo que, los vecinos y visitantes, viven con gran admiración.
Este pueblecito es Serradilla del Arroyo, donde el Viernes Santo se repreenta la Pasión de Cristo que encarnan los propios vecinos, desde hace más de 30 años, imprimiéndole todo el realismo y la fuerza que transmite recrear cada momento de este Misterio en las calles y plazas del pueblo.
El denominado Teso Santo de Serradilla del Arroyo se convierte en el escenario perfecto para llevar a cabo la Crucifixión durante una jornada donde este municipio se transforma por unas horas en Jerusalén.
Son varios miles de personas las que cada año acuden a Serradilla del Arroyo. El Vía Crucis que abre la escenificación está dirigido por el párroco y se inicia en la zona conocida como La Fabrica, donde Jesús, interpretado un vecino, hace la entrada triunfal en Jerusalén montado en un burro, mientras los vecinos le corearon y agitan ramos a su paso.El pórtico de la iglesia se transforma en cenáculo, desarrollándose los capítulos más trascendentales como la Última Cena y el lavatorio de pies a los discípulos, para continuar con la oración del huerto de los olivos y el prendimiento tras el beso de Judas.
El actor que encarna a Poncio Pilato escenifica el lavatorio de manos. La flagelación y las mofas a Jesús se realizan con verdadero realismo, para continuar con la parte más impactante, como es el camino del Calvario. En los rostros de la gente se observa una expresión contenida de sorpresa, ante la extraordinaria puesta en escena de estos vecinos que consiguen calar en el corazón de los espectadores cautivando su atención y su cariño.
Un momento para la reflexión cristiana
Durante el recorrido se produce otra de las escenas conmovedoras cuando la Verónica limpia el rostro ensangrentado de Cristo. El fervor y la entrega que los vecinos de Serradilla del Arroyo ponen en este evento se deja sentir en el ambiente.
La propia Diócesis de Ciudad Rodrigo entiende que este acto supone una de las escenas más propias de la Semana Santa, de devoción y recogimiento, y con la dedicación de muchas horas que, posteriormente y durante el Vía Crucis, conducen a la reflexión cristiana.
Según los vecinos de Serradilla del Arroyo, esta tradición comenzó debido a que un grupo de amigos quería vivir de una manera diferente la Semana Santa.
El primer año fue una decena de actores del pueblo los que hicieron la representación del Drama y Pasión de Jesucristo por algunos parajes, ya al año siguiente la propuesta fue ya mayoritaria propuesta de manera formal al párroco del municipio para que todos se implicaran en la escenificación.
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