Un estanque de la posguerra convertido en el mural más grande de Europa: "A los artistas nos gustan mucho los retos"
Se encuentra en un pequeño municipio de Salamanca, donde iniciaron hace unos años un proyecto para hacer del arte urbano un reclamo turístico
30 abril, 2023 07:00Los rincones de la provincia de Salamanca esconden miles de sorpresas. Una de ellas es la del mural más grande de Europa, de más de 1.600 metros cuadrados, situados en un pequeño pueblo que ha decidido decorar un estanque construido durante la posguerra cuando se creó la primera comunidad de regantes del municipio, hace casi 100 años.
Todo se enclava dentro del proyecto 'Graffitibuey', una iniciativa que busca convertir el arte urbano en un reclamo turístico para el municipio. Garcibuey es la cuna de este grandísimo mural pintado por Sea162, con la ayuda de un compañero y Javi, un pequeño de 14 años del pueblo. "A los artistas nos gustan muchos los retos", señala el autor de la obra en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
'El tritón Miguelón', ese es el nombre que se le ha dado a esta obra mural en un estanque que fue creado con la finalidad de almacenar el agua del río para regar las zonas de huerta y otras cosas del pueblo cuando se creó la primera comunidad de regantes del pueblo en la posguerra. Uno de esos constructores fue Miguelón, abuelo de Miguel Martín, actual comisario de 'Graffitibuey'. Y es precisamente eso lo que buscaba representar ese mural, un homenaje para uno de los partícipes de esta obra arquitectónica que tanto ayudó a los vecinos en un momento de crisis. "También se utiliza para que en caso de incendio los helicópteros recojan ahí agua para sofocar los incendios", explica a este periódico el comisario del proyecto.
Por otro lado, en el mural, pintado en diferentes tonos de azul, también se puede apreciar un tritón jaspeado. Estos animales se tratan de una especie que vive en los alrededores del lugar, además de los ibéricos y más especies como sapos y ranas. Por ello, se llegó a la conclusión del nombre que ahora reina en este lugar.
En 2019, primera edición de 'Graffitibuey', ya se propuso llevar a cabo esta intervención, pero fue hasta este año, tras la intervención del Servicio Territorial de Medio Ambiente en Salamanca y el Ayuntamiento del municipio para rehabilitar el estanque, cuando finalmente se decidió aprovechar la oportunidad. "Me puse en contacto con Sea162 y lo pusimos en marcha. Este estanque fue un hito importante porque permitió hacer tierras de secano de regadío y en aquel momento que la gente pasaba hambre fue una forma de conseguir aumentar la producción de las tierras y conseguir que mucha gente pasara un poquito menos de hambre", relata Miguel Martín.
Sea162 es madrileño, tiene 38 años (camino de los 39, según puntualiza), y comenzó en el mundo del grafiti allá por 1998. Su pasión por "crear algo más grande que tú" le llevó a pasarse a la pintura mural en 2005, para seguidamente pasar a centrarse en el mundo natural y pintar en la naturaleza para combinarla con el arte. Ya en 2019 participó en la primera edición del festival de Garcibuey, pero, aunque aquella vez no hizo un mural de tales dimensiones al del estanque, también supuso un cambio en su carrera profesional.
En aquella ocasión le ofrecieron pintar unos "canchales en el río", pero no le parecía "muy ético" meter spray o pintura sintética en ese lugar, en plena naturaleza. "Me dijo Miguel que fuese, que hay mucho barro y arcillas y que probara los medios naturales. Era algo que siempre me había llamado la atención pero que desconocía. Toni, el carpintero del pueblo, me explicó un poco el aceite de linaza con el que trabajan y el de obras el tema de la cal. Miguel me llevó a unas vetas de barro que había y entre todos me enseñaron. Ahora todo el trabajo que yo hago está basado en la recolección de pigmentos naturales del entorno en el que voy a intervenir", relata.
No obstante, sí matiza que para el estanque esto no era posible, ya que tenía que utilizar una pintura clorocaucho, que es "resistente al agua, a la humedad y a las filtraciones". Un compañero de Madrid y Javi, el hijo de 14 años de Miguel, fueron los ayudantes de Sea162 para la realización de la obra, siendo este segundo la primera vez que hacía algo de pintura a gran formato. "Yo me he quedado supersorprendido. Estamos enamorados de él. Si el chaval necesita trabajo se lo doy rápido", ironiza el artista madrileño.
A la hora de escoger los colores, Sea162 únicamente tenía dos opciones: verde o azul. "Antes estaba pintado en verde y quedaba muy oscuro. Está bien que la obra se mimetice con el entorno, pero también mola que haya un poco de contraste. Dependiendo desde el punto que lo mires, si lo haces desde el borde ese azul se mezcla con el cielo", explica el muralista profesional.
Sea162 cuenta con miles de murales, grafitis y decoraciones a sus espaldas, eso le hacen tener un gran bagaje en este mundo, que le ha llevado a afrontar este reto. Para la realización del mural usaron la pintura clorocaucho, brochas y rodillos. En tan solo nueve días lograron rellenar los más de 1.600 metros cuadrados por los que se extiende el mural.
Esto llevó al artista, que estuvo un día más en el pueblo (10), a convivir con la gente del mismo. Y es ese precisamente el significado que le da al mural: "Trabajo en comunidad y la convivencia con todo el pueblo, que fue increíble". "Ver todo el compromiso que tiene la gente de hacer un proyecto y se ha sentido partícipe me ha parecido superbonito", admite el profesional.
Garcibuey se ha convertido en una especie de segunda casa para Sea162, que no duda en volver al municipio charro en cuanto vuelva de un proyecto de Valencia para darse un chapuzón en el estanque. "De ley. En cuanto vuelva voy directo a estar con los chavales y darnos un bañito", bromea el madrileño, que seguidamente destaca la experiencia que ha vivido y el "viaje personal" que ha hecho hacia dentro durante su estancia en el pueblo salmantino.
Y es que se encuentra en un proceso en el que ya no representa tantas fotografías o cosas reales como hacía antes. "El tritón es como una interpretación, pero es muy libre, puede parecer una serpiente o un ser. Ahora en Huesca he estado en los cines pintando con pigmentos naturales alegorías a la célula, pero también como interpretaciones mías propias. Me siento más libre que nunca", afirma con rotundidad.
Una conexión especial la que ha vivido este muralista con el pequeño municipio de Garcibuey y convertir así un estanque levantado en la posguerra en el mural más grande de Europa, porque a los artistas les "gustan mucho los retos".