Un joven salmantino de 21 años ingresa en el noviciado carmelita 'in articulo mortis'
Pablo Alonso, que padece Sarcoma de Ewing desde hace seis años, celebrará la profesión religiosa este domingo, 25 de junio, a las 20:00 horas, en la iglesia del Carmen de Abajo
27 junio, 2023 18:22Desde el pasado 21 de junio, el joven salmantino Pablo Alonso Hidalgo, de 21 años, ha entrado a formar parte de la comunidad de Carmelitas como novicio, con el nombre religioso de Pablo María de la Cruz. Lo hizo en el hospital clínico de Salamanca, en la habitación 615, donde estaba ingresado por una enfermedad grave. Allí, el prior provincial, el P. Salvador Villota, presidió el rito del ingreso en el noviciado carmelita de El Carmen de Abajo, en una ceremonia en la que estuvieron presentes sus padres: Ricardo y Mari Carmen; el maestro de novicios, P. Alejandro López-Lapuente, y su director espiritual, P. Desiderio García Martínez. Ese día coincidió con la memoria del patrono de la juventud, San Luis Gonzaga, por lo que se puso bajo su intercesión la entrega de Pablo en la Orden del Carmen.
“Es mi deseo consagrarme a Dios y vivir en obsequio de Jesucristo”, manifiesta Pablo, que este domingo, 25 de junio, realizará su profesión religiosa, a las 20:00 horas, en la iglesia del Carmen de Abajo, en la calle Arroyo de Santo Domingo de Salamanca, en la que públicamente hará sus votos de pobreza, obediencia y castidad.
Ahora que Pablo ya es novicio carmelita, reconoce para el programa diocesano “Iglesia Noticia”, que a él le gusta decir que es de la Iglesia, “porque da igual de donde seamos, tenemos todos en común la misma madre”. Lo que vivirá esta tarde es la entrada en la orden del Carmen de Abajo “in articulo mortis”, y hará la profesión de sus votos. “La verdad es que está siendo una gracia de Dios”, reconoce. Pablo empezó con 16 años con la enfermedad de Sarcoma de Ewing, “un cáncer que he ido arrastrando”. Y en todos estos años, ya casi seis, “sentí la llamada de Dios a la vida consagrada, y me ha concedido este milagrazo, porque según los médicos, mi enfermedad ya no se considera curable y va más rápido de lo que pensaba”.
Este joven salmantino reconoce que los médicos le han dado unos cuantos meses de vida, “y lo que quería comunicaros es lo increíblemente bonita que es la muerte en Cristo, que es algo que no da miedo, que es alucinante, y que es un tabú que yo creo que que hay que romper”. A Pablo le han dicho que le quedan estos meses, “y me parece hasta mucho tiempo, ya de las ganas que tengo de poder encontrarme con el Padre“.
“El encuentro con Dios”
Unas horas antes de la profesión religiosa, quiere compartir un mensaje para los más jóvenes, y decirles, “que nunca es pronto para encontrarse con Dios, que es una de las mayores cosas que podemos hacer en nuestra vida“, y les dice “que sean espabilados”, se refiere, como él mismo aclara, a “que no nieguen a Dios de primeras, que si realmente tienen una inquietud, que realmente busquen. Quien busque encuentra“. Y también, “que pongan a Dios a prueba, de si realmente existe, “Dios siempre responde en estas cosas”.
Asimismo, Pablo da gracias a Dios por este tiempo que le está concediendo, “que de verdad me noto muy sostenido en la oración, por cómo lo está llevando mi familia, y la energía que puedo tener yo con todo esto. Porque realmente como yo he dicho muchas veces, yo me he encontrado con Dios en el sufrimiento, en la enfermedad, y gracias a la muerte en esta enfermedad, me voy con él, y esto es algo que me hace inmensamente feliz”.
Pablo recibe la visita del obispo de Salamanca
Pablo recibió este sábado en su casa al obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, que quiso visitarle y felicitarle personalmente por su consagración religiosa.
D. José Luis le manifestó que la Iglesia de Salamanca acoge con júbilo su vida ofrecida a Dios, siendo él mismo testigo en primera persona de las gracias especiales y bendiciones que muchas personas están ya recibiendo como consecuencia del testimonio de su vida. También conversó con sus padres, Ricardo y Mari Carmen, algunos detalles de cómo han vivido la transmisión de la fe en la familia, la bendición que han sido sus cinco hijos y lo que ha significado durante estos 6 años la enfermedad de Pablo.