El acervo tradicional es la seña de identidad de un pueblo. Es su representación de la vida, la herencia de generaciones, porque, como decía Ángel Carril, hacer bello lo útil para manifestar los sentimientos es la filosofía que sustenta el arte popular.

La riqueza de la música tradicional salmantina debe su privilegiado lugar en el folclore nacional a que posee un rítmica variada, única y exclusiva en la mayoría de las ocasiones, y de una complejidad inaudita casi siempre. Prueba de ello es ‘El baile de la botella’, al que podríamos considerar como un concurso entre dos hombres, a ritmo de fandango, jugando en el estribillo alternativamente a sortearla entre las piernas cuidando no caerla.

En el baile tradicional charro se dan muchas circunstancias sociales, como es la valentía de las mozas que, al bailar el baile de la botella, se levantan los faldones enseñando sus medias y cintas de las enaguas con picardía, sin importarles que este reto a ritmo de fandango era restringido únicamente a los hombres.

Bien en grupos emparejados o de forma individual, este baile es una prueba de destreza y un concurso de habilidad en la danza. Los hombres, a ritmo de fandango, juegan con estilo a sortear con las piernas una botella colocada en el suelo, intentando no tirarla. Cada bailador, al finalizar su exhibición, recoge la botella para darle un trago, hace un brindis al público, y vuelve a depositarla en el suelo para que baile el siguiente.

Porque ‘El baile de la botella’ es algo más que una danza. Es una filosofía cultural. Ya lo dice el saber popular: "El que bebe se emborracha, el que se emborracha duerme, el que duerme no peca, el que no peca va al cielo, y como al cielo vamos, ¡bebamos!».

También se recita "este es el vino de rebusco, él me busca y yo le busco, él trata de volverme loco y yo de bebérmelo poquito a poco". Es la ilusión y el gusto por lo nuestro, la tradición, el baile, en definitiva, que la cultura popular no se pierda.

La estrofa

Si esa botella me reta

va de poder a poder. (bis)

Su vino puede tumbarme

y yo la puedo romper.

Y al salir el sol canta la perdiz

y el macho le dice

¿qué haces por aquí?

¿qué haces por aquí?

¿qué haces por allá?

y al salir el sol

por la madrugá.

La botella está en el suelo

y un mozo la va a bailar (bis)

pero, como no la sabe,

de un golpe la va a ecarzar.

(...)

Otros bailes destacables

Guadramiro, años 70, Andrés, José Manuel y Jesusa Guadramiro.com

La Rosca o La Pica: un bollo típico que designa al baile tras la unión de los novios en el altar. Se deposita en una mesa, alrededor de la cual se baila.

Los alfileres o Ratón: con el mismo motivo, en tierras de Ciudad Rodrigo y aledaños aparece el baile ‘De la manzana’, en el cual se hincaba este fruto en el tamboril del gaitero, y en él se echaban las monedas o se pinchaban con alfileres los billetes a espigar.

Baile de las alhajas: baile con un sentido similar, que servía para obsequiar con dinero o regalos.

Baile del vaso: las mujeres realizaban este baile, haciendo gala de equilibrio, elegancia y esbeltez, colocando un vaso de vino sobre su cabeza para conseguir no derramar ni una sola gota mientras danzaban.

Baile de la banderia en Hinojosa de Duero en 2015 L. Falcao

La bandera: se da en algunos pueblos de Las Arribes, y en él el danzante debe sortear la bandera en todas direcciones al son que le marca el tamborilero.

Tipos de bailes salmantinos

Jotas en Villarino a San Roque L. Falcao

El fandango

Del que nacen ritmos bailables tales como el fandango serrano, el corrido, el ‘brincao’ de Peñaparda o la jota. La plantilla rítmica coincide con la del resto de fandangos y jotas de toda España. También da lugar a ritmos no bailables como procesiones y ofertorios.

La charrada

Es el ritmo salmantino por antonomasia, con una influencia radial en todas las provincias limítrofes, como Zamora, Ávila y Cáceres. Básicamente es un ritmo quinario de asociación binaria.

De esta gran familia nacen ritmos como el ‘picao’ serrano en los pueblos de la Sierra de Francia (Miranda del Castañar, Cepeda, La Alberca, etc); el perantón, en el ángulo sureste del Campo Charro, comarca de Entresierras y estribaciones de la Sierra de Béjar (Los Santos, Fuenterroble, Casafranca, Frades, Guijuelo, Candelario, etc); charrada de El Payo; charro ‘sorteao’ de Peñaparda (o ‘salteáu’); charro ‘golpeao’ (charrada brincada), que recibe tal nombre para diferenciarlo del charro verdadero; charrada de la zona este (Alaraz, Macotera, Salmoral, etc); algunos pasacalles y alboradas.

El pasacalles

El pasacalle en una procesión. San Roque Villarino 2013 L. Falcao

El pasacalles debe su nomenclatura a su utilidad. El tamborilero lo interpreta andando por la calle. Un ritmo que, efectivamente, incita a caminar, a marchar al compás de la percusión. Por tanto, se utiliza en procesiones, alboradas, etc. Aunque es también el ritmo utilizado en algunos bailes de paleos, y en el baile de la bandera de San Felices de los Gallegos.

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