Unionistas de Salamanca lucha siempre hasta final, con una afición suprema que lleva la camiseta pegada a la piel. Lo de este club popular, porque es del pueblo, porque representa a toda Salamanca e, incluso, mensajes llegados de toda Castilla y León, decían que "hoy todos somos unionistas". La proeza de un club de fútbol humilde, propiedad de sus socios, que se defendió con toda la intensidad ante un todopoderoso FC Barcelona, aunque ahora de dinero no esté muy allá. Enfrente, la honestidad de toda una afición y unos jugadores que se dejaron la piel en el campo, y todo, en un club saneado que no tiene deuda. Algo le dirían a Laporta en la comida en el restaurante Portal del Lino, del grupo 2.0, porque el presidente de los charros, Roberto Pescador, sabe lo que este club quiere y, de paso, se le veía feliz.
Junto a Joan Laporta se sentaban el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, quien parece que, al final, se da cuenta de que Unionistas es otra cosa. Y, cómo no, el presidente de la Diputación, Javier Iglesias, al ser la institución provincial la propietaria de los terrenos del Reina Sofía, cedidos al Consistorio. Se echó en falta al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, futbolero merengue, quizás fue por eso de que debía "pagar la luz", como le cantó la afición.
El FC Barcelona se clasificó para los cuartos de final de la Copa del Rey, pero tuvo que sudar, y mucho. Se notaba a Xavi Hernández la cara de circunstancias, cuando el equipo local se puso por delante en el marcador y los culés no terminaban de arrancar. La afición vibró, se emocionó, gritó, cantó, saltó de alegría con el gol de Álvaro Gómez, en el minuto 31. Pero antes, ya había tenido el blanquinegro Losada una ocasión de esas que no se pueden fallar y, en la ley del fútbol, cuando perdonas ante equipos de estas características, lo pagas. Y así fue, por desgracia.
Un desajuste total cuando Unionistas sacaba un córner, le llegó el balón a un Ferrán que andaba, a pesar de todo, lento y se encontró solo ante el cancerbero local en una contra de libro para aprender cómo no se debe defender en un córner en el área contraria. Y, así, se llegó al final del primer tiempo, con un Unionistas muy serio, defendiendo con las líneas muy juntas y, de paso dando algunos disgustos a Xavi, Laporta y sus hombres.
Xavi, con toda la artillería
No lo veía claro Xavi. Allá por el minuto 60 sacó a toda su artillería porque el partido se le podía complicar, y mucho. El Barça jugaba, atacaba y consiguió dos goles más, hasta el 1-3 final, pero no por un buen juego ni por dominio, sino por jugadas aisladas y porque sus jugadores tienen calidad para más que sobrada.
Pero aún y así, en el minuto 90, Unionistas tenía metido al FC Barcelona en su campo, con dos ocasiones seguidas, con dos manos de Peña, para conseguir los locales el segundo gol. Sí el Barça pasó la eliminatoria, pero Unionistas dejó muy claro que compite, que mira hacia arriba, que puede llegar muy lejos con humildad, esfuerzo y trabajo. Cayó ante el Barcelona, pero en ningún momento los de Xavi pasaron por encima de Unionistas. Porque los charros complicaron la vida al equipo catalán en dos tercios del partido.
Y como cantaba la afición: "Nadie nos va a despertar de este sueño. No trates de entendernos. Esto es una fiesta".