Nos vamos de romerías y hornazo por la provincia de Salamanca
Los pueblos de Salamanca son pródigos en festividades, en muchas ocasiones traducidas en romerías –aunque cada vez se celebran menos- que van de Buenamadre a Yecla de Yeltes, con una parada en La Alberca para ‘echar un trago’
6 abril, 2024 07:00El segundo lunes después de Pascua no es un día cualquiera. En el calendario religioso, festivo, irónico, picaresco e histórico -como la propia mezcolanza de la sociedad salmantina- es el Lunes de Aguas –como se llama ahora-. Es la tarde que se dedica a la familia, a los amigos, al campo, a la gastronomía local y al 'fiestón' en la ciudad de Salamanca.
Dejemos al 'Padre Putas' –perdón Lucas- y sus estudiantes en las riberas del Tormes en la compañía pétrea de Lázaro de Tormes y su ciego, como fieles guardianes del Puente Romano, y marchemos de romería por la provincia salmantina, que hay muchas y de encantado interés. Porque esta tierra es pródiga en acontecimientos religiosos y festivos populares, con historias heredadas por tradición oral y enraizadas en la propia manera de ser del charro.
Por cierto, el Lunes de Aguas de la provincia de Salamanca ya tiene su propio cortometraje. De la mano de la directora procedente de Pedraza de Alba, y de la Diputación de Salamanca, el corto 'Lunes de Aguas' será presentado esta tarde, 18.30 horas, en la Casa de Cultura 'Antonio Gamoneda' de Villamayor.
Los Remedios de Buenamadre, fervor entre toros
Buenamadre, en el corazón del Campo Charro, rodeada de toros bravos, tiene su principal cita anual el Lunes de Aguas, con la romería de Nuestra Señor de los Remedios, en la ermita que lleva idéntico nombre. Escribía Madoz: "Esta devoción es sostenida por los hidalgos ricos del país; los que dan una corrida de novillos con toro de muerte, en una plaza de piedra con sus burladeros y correspondientes toriles; hasta el mediodía se halla en este sitio casi desierto; pero desde esa hora hasta que se inicia la corrida, son muchas las personas que concurren. Las charras ricas llevan en cofres y baúles sus joyas y galas; se visten debajo de los árboles, y salen a lucirse". Tal cual en el imaginario charro.
En el municipio existen dos imágenes, la llamada 'románica', que sería la primitiva y que se guarda en la iglesia parroquial, y la 'moderna', venerada todo el año en la ermita. Lo que importa al visitante es la tradición, y sobre todo la oral, la que cuenta que la imagen se encontró en la finca y allí se construyó la primitiva ermita, adorada por todo el mundo del bravo.
Para las gentes de la zona ser cofrade de los Remedios es mucho más que un título honorífico. Pocas familias existen que, en alguna época, no hayan inscrito su nombre como mayordomos de la Virgen. Porque en esta Cofradía, para entrar, hay que pasar la etapa de mayordomo. Decir que antiguamente no todos los que querían podían acceder a mayordomo, porque el cargo suponía correr con los gastos de la fiesta, que consistía en dar de comer el día de la Virgen a todos los cofrades. Además, organizar el festejo de los toros y entregar limosnas a los pobres. La comida de los cofrades consistía en el famoso cocido castellano, que se preparaba en la casa del ermitaño.
El viajero va la fiesta. De los tiempos antiguos, cuando acudían los vecinos de Buenamadre y alrededores en romería hasta la ermita, llevando sus pendones, insignias y estandartes para ofrecerlos en la cuesta del Santuario a la Virgen, solo queda el testimonio de los pendones, que presiden la procesión con la imagen, que se realiza al terminar la misa mayor del día de la fiesta, es decir, el Lunes de Aguas. Después de la procesión y la ofrenda a la Virgen, tiene lugar el acto de entrega de las varas de mayordomos a los que el año próximo se encargarán de atender al culto y organizar la fiesta.
La tradición taurina. Si en la mayoría de ermitas y refugios de la provincia el complemento taurino no podía faltar, en la ermita de los Remedios, por celebrarse antes de empezar las faenas del campo, era antiguamente el primer festejo taurino en serio que se celebraba en Salamanca. La tradición taurina de la zona, en pleno Campo Charro, no podía olvidar una fecha tan propicia. La plaza de toros, construida en la ladera del santuario, a pesar de sus reducidas dimensiones, cuenta con unos tendidos bien situados para seguir el festejo.
La mayoría de los toreros de Salamanca de época, como Pedrés, Jumillano, El Viti, Pallarés, Julio Robles, Capea, Víctor Manuel o Juan José, como otros foráneos, maestros de la talla de Antonio Bienvenida, Paco Camino, Yiyo o los que han cruzado el charco como César y Curro Girón, han tenido el "orgullo" de haber toreado en la ermita de los Remedios. Es más, algunos de estos toreros llevaban consigo la imagen de la Virgen, a la que se encomendaban cada vez que toreaban. Pero hoy… Hoy los tiempos son distintos.
El Trago en La Alberca
Se celebra en La Alberca el Lunes siguiente al del Pendón; coincide con la festividad del Lunes de Aguas en Salamanca; ese día los escancianos, aquellos que se hayan casado ese año, son los encargados de repartir el vino a los vecinos del pueblo reunidos en la plaza.
El vino se reparte en galletas y barquillos; las galletas son ánforas de cobre, y los barquillos vasos de plata; esta celebración también está relacionada con la Provisión de la duquesa de Alba de 1547, y la victoria de las albercanas sobre las tropas portuguesas del Prior de Ocrato.
Hay quienes afirman que el motivo de esta celebración es distinto; su origen estaría en el agua que La Alberca cedía a pueblos como Monforte o Sotoserrano, es decir, La Alberca dejaba correr libremente el curso de los ríos que llevaban agua a estas localidades, a cambio de un impuesto tasado en vino. Este podría ser uno de los motivos por los que se sirve vino del Soto (Sotoserrano) y no de otras localidades.
Para otros, sin embargo, el origen sería la suma de los dos anteriores; la casa de Alba, señora de La Alberca, dejaba correr el agua a cambio de vino, que entregaba a La Alberca agradeciendo su participación en la guerra civil castellana.
La Cruz del Campo, romería en La Cabeza de Béjar
Como cada Lunes de Aguas, La Cabeza de Béjar celebra la fiesta de la Cruz del Campo, la bendición de las tierras que rodean a este municipio con espléndidos paisajes. En otro tiempo tierras cultivadas y hoy de pastos, cabeza del Señorío del Ducado de Béjar, el que se encuentra más al norte del ducado, bordeado por el arroyo de la Mula que ya se menciona en los documentos medievales.
Fiel a sus tradiciones, el pueblo se reúne junto a la cruz del monte, al lado de la carretera que les une con Santibáñez de Béjar, que se engalana para la ocasión, muy próxima a las tumbas del antiguo poblado visigodo que miraba hacia el río Valvanera.
Un acto organizado por el Ayuntamiento, donde normalmente un grupo de voluntarios prepara una parrillada de productos de la tierra y donde no faltan buenos caldos y refrescos. Y como de la panza sale la danza, tampoco escasea la música de dulzaina para amenizar el encuentro. A esta cita se reúnen vecinos de Puente del Congosto, Santibáñez de Béjar y los hijos del pueblo repartidos por toda la geografía española.
Yecla la Vieja con la Virgen del Castillo
El segundo lunes posterior al Domingo de Resurrección Yecla de Yeltes celebra una interesante romería a la ermita de la Virgen del Castillo, aunque los actos comenzaron el Lunes de Pascua con el traslado de la Virgen desde su ermita hasta la iglesia del pueblo por la Cofradía Virgen del Castillo, integrada por unos cien cofrades. Esta ermita se levanta sobre un castro celta amurallado en perfecto estado de conservación, otro ejemplo de cristianización de los castros de la zona.
Las celebraciones principales tienen lugar el Lunes de Aguas. El programa comienza por la mañana con el traslado de vuelta en procesión de la Virgen desde la iglesia parroquial hasta la ermita del castro de Yecla la Vieja. Aquí se celebra una misa gregoriana cantada por los hombres del pueblo –los que quedan y saben-. Al finalizar la eucaristía se organizan una serie de bailes, como es el de la rosca. Ya por la tarde, antes de las meriendas, tiene lugar el rezo del rosario, tras el cual la imagen de la Virgen es sacada en procesión alrededor de la ermita. En un altar situado en la explanada se deposita la imagen, y allí se procede a la ofrenda de la rosca que se ha bailado por la mañana, y cómo no, el ofertorio y besa pies, en el que se dejan unas monedas en el canastillo.
A continuación, los presentes meriendan en torno al castro los hornazos, en una tarde que acoge a otra mucha gente de los pueblos de la zona, que acuden a comer el hornazo en familias o pandillas, donde reina la alegría y el solaz de una jornada de campo.
En Villoria Santa Bárbara, en la Fiesta del Voto
Villoria, en la comarca de Las Villas, también se suma a las fiestas que se celebran el Lunes de Aguas con su Fiesta del Voto. Una festividad para dar gracias, con la imagen de Santa Bárbara.
Cuenta la leyenda que un Jueves Santo, cuando la iglesia estaba llena de fieles, cayó un rayo en el templo y no hubo ninguna desgracia. Por ello, se hicieron votos de gracia con misa, procesión, convites, bailes, la tradicional merienda, con hornazo típico y, en estos modernismos populares para avivar la llama de lo taurino, la organización del concurrido ‘Toro del Voto’, a correr calle arriba calle abajo.
Pero también el domingo, por la tarde, la novillada de interés, con seis novillos de Núñez del Cuvillo, para los novilleros Ismael Martín, Jarocho y el debutante Pedro Andrés. [Villoria se viste de toros para la Fiesta del Voto con una atractiva novillada]
El hornazo, emblema de la gastronomía salmantina
La gastronomía también tiene su lugar cada Lunes de Aguas en la provincia salmantina. Es costumbre durante este día degustar el hornazo, una empanada hecha a fuerza de chorizo, lomo, panceta…, y en ocasiones también huevo duro. Alimento que amasan y cuecen en las tahonas las mujeres en los días precedentes a tal fecha, sobre todo en el medio rural, aunque también se ha industrializado su elaboración en cierta medida, y es posible adquirirlo en cualquier establecimiento dedicado a la repostería.
Las romerías son una celebración única que nos conecta con nuestras raíces y tradiciones más profundas. En medio de la naturaleza, rodeados de seres queridos y amigos, compartimos momentos de alegría, música y baile. El aroma de las flores silvestres y el sabor de la comida tradicional, como el hornazo de Salamanca, nos transportan a un lugar donde el tiempo se detiene y la felicidad se hace presente en cada rincón. Las romerías son un recordatorio de la importancia de mantener vivas nuestras costumbres y de celebrar la vida en comunidad. ¡Qué hermoso es poder disfrutar de estas festividades llenas de magia y tradición! ¡Que viva la tradición y que perdure por siempre en nuestros corazones!