Toros en Guijuelo: de la decepción a la euforia entre relucientes pañuelos blancos
Cuatro orejas para el joven novillero salmantino Marco Pérez en su presentación y encerrona ante el público de Salamanca
21 abril, 2024 02:06Noticias relacionadas
La decepción en el mundo del toro puede manifestarse en varios aspectos, tanto para los participantes activos de la tauromaquia como para los espectadores y la sociedad en general. A pesar de los cientos de pañuelos blancos que fueron entregados para enarbolar en los tendidos de la plaza.
Para los toreros, la decepción puede surgir cuando una faena no alcanza las expectativas, ya sea por errores propios, por condiciones del toro que no facilitan una lidia destacada, o por la recepción del público, que en este ámbito puede ser particularmente exigente y vocal, que no ha sido el caso.
Desde el punto de vista del público, la decepción puede darse cuando la corrida no cumple con el espectáculo esperado. Esto puede deberse a la falta de habilidad o carisma del torero, toros que no presentan el juego esperado, o simplemente porque la corrida no cumple con las expectativas personales de emoción y arte que cada aficionado tiene.
Cada uno de estos aspectos muestra cómo la decepción puede teñir la experiencia del mundo taurino, influenciando desde la percepción individual hasta debates éticos y culturales más amplios.
Tomando en consideración esos debates éticos, Guijuelo siempre da más de lo que recibe. Llenó la plaza de toros en una tarde de primavera, en guerra con la Feria de Abril. Los tendidos en varias ocasiones se convirtieron en blancas alfombras por donde caminaba el joven novillero y, lo que casi nadie quiso ver, las condiciones de los utreros, es un decir. Pues eso, ay!
FICHA TÉCNICA
Plaza de toros de Guijuelo. Lleno de ‘No hay billetes’. Novillos, por orden de lidia, de El Capea, Domingo Hernández, El Puerto de San Lorenzo y Casasola
MARCO PÉREZ: ovación, dos orejas, dos orejas y silencio
Y, en medio del todo, salsa de tomate
Guijuelo, en sus respectivas y variadas fiestas, siempre es un salsa de tomate. De las que saben bien y, además, dulces. Y los toros no podrían ser menos. Una marabunta inundaba sus calles, casi imposible comer en los varios restaurantes locales y, en medio, pues el grupo local, capitaneado por Juanpe y con Rubén, Cedenilla y Manu de compañeros. Desde la primera hora de la mañana, decían que una vez acabado 'Maestros de la costura', andaba por la Villa chacinera el estilo de María Escoté, porque el escote de encaje de Tita y su hermana María eran de alta moda. Y tan felices.
Feliz estaba Rubén 'Moro', cuando sonaba por el lugar el 'Chibuli' de Juan Peña 'El Lebrijano' y la Orquesta Andalusí de Tánger: Se te cayó el anillo dentro de un pozo./ Y sé que quién lo encuentre será tu novio/ Son cinco los que han ido, ninguno ha vuelto/ Por mucho que tú llores yo seré el sexto. Iba avanzando la jornada taurina, tras una opípara comida en Los Salones de El Pernil, donde reinan don José Ramos y su hijo Josito, hasta la hora del espectáculo... Al que, por cierto, se apuntó todo 'quisqui'. Cosas de la tauromaquia y su salsa de tomate.
Avanza la noche y ya en Viró, cuando los amigos del Guijuelo se fueron a reposar sus bronceados músculos, hoy tienen partido crucial, como fue el caso de Cedenilla, Rabanillo y Panadero. Y cuando en el reloj de la plaza sonaban las 12, finaliza la cena en el VIRÒ con los ánimos caldeados, no eran más que las llamas que ascendían de las entrañas de la estufa para dar calor en una tarde, ahora sí, debemos acabar esta crónica, fría, paisana y triunfalista.