El castillo convertido en hotel en Segovia que se vende por 15 millones y donde se casó una de las Pombo
Fue propiedad de Juana I de Castilla y sirvió como prisión de los hijos del rey Francisco I de Francia
2 agosto, 2024 07:00La provincia de Segovia es un territorio absolutamente mágico, lleno de lugares que atesoran un patrimonio histórico sublime y que ha perdurado el paso de los años. Si pensamos en este territorio enseguida se nos vienen a la cabeza lugares como el Alcázar en la capital, el Real Sitio de la Granja de San Ildefonso, o los castillos de Coca, Pedraza o el de Cuéllar. Segovia pone difícil la elección de cuál puede ser nuestro preferido.
Pero a parte de los más conocidos hoy EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León propone descubrir una fortaleza que no solo se puede admirar por su interesante historia, sino que se puede pasar la noche en él y hasta comprarlo. Hablamos del Castillo de Castilviejo, ubicado en la depresión del valle del río San Juan (procedente del Duratón) entre los municipios de Villafranca del Condado y Valdesaz. Este espectacular lugar se encuentra a una hora y cuarto de Madrid, y a tan solo 15 minutos de los pintorescos pueblos de Sepúlveda y Pedraza.
Un castillo de estilo mudéjar toledano, construido por alarifes musulmanes, y que esconde una historia plagada de anécdotas y pasajes muy particulares de la historia de España, incluso con Juana I de Castilla (mal llamada 'la Loca'). En él se celebran todo tipo de eventos de lujo como bodas, cacerías o cenas de empresa. Y es que tiene capacidad para albergar varios huéspedes con 22 habitaciones en suite construidas durante el siglo XIX y posteriormente adaptadas a finales del siglo XX. Lo que lo convierte en un lugar ideal para alojar a numerosos huéspedes con todas las comodidades modernas.
Con esta carta de presentación no es de extrañar que la hija mayor de la mediática familia Pombo, Lucía Pombo eligiera este encantador lugar para celebrar su enlace matrimonial en 2022 con el empresario y representante de artistas Álvaro López-Huerta. Una boda a la que, por supuesto, no faltó todo el clan Pombo, con María a la cabeza, quienes dejaron buena constancia de la belleza del Castillo de Castilviejo a través de sus redes sociales.
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Un paraíso en venta
Quizá si la familia Pombo se enamoró su suficiente de esta estupenda fortaleza, esté pensando en comprarlo. Porque sí, el Castillo de Castilviejo está a la venta, pero no al alcance de muchos bolsillos. Y es que el edificio y todo el complejo se venden por la friolera de 15 millones de euros. Ahí es nada.
Como decíamos, en 2016, el castillo se puso a la venta por 15 millones de euros, convirtiéndose en la propiedad más cara en venta de España, en contraste con los 3,5 millones de euros que se pedían por el Castillo de Butrón en Euskadi.
A través del popular portal El Idealista se explica que es una fortificación de origen musulmán, que ha sido testigo de siglos de historia y fue catalogado como Monumento de Interés Cultural en junio de 1931. Este majestuoso castillo se extiende sobre una superficie construida de 5.457 metros cuadrados y está rodeado por un entorno privado de 78 hectáreas, lo que le da un carácter único y exclusivo.
Como decíamos, el Castillo de Castilnovo destaca por su estilo gótico mudéjar, que es una amalgama de influencias arquitectónicas debido a las múltiples modificaciones que ha experimentado a lo largo de los siglos. La estructura es una mezcla de fortaleza y palacio, con una planta cuadrada y seis imponentes torres, tres de ellas prismáticas y tres cilíndricas. Estas torres están adornadas con balcones y ventanales de diversos estilos, incluyendo arcos de herradura y conopiales.
En su interior, el castillo alberga un patio de armas y varias salas que funcionan como museo y biblioteca, dejando al descubierto la rica historia y el legado cultural del lugar. Los materiales de construcción varían entre piedra de sillería, ladrillos mudéjares y calicanto, rodeados de una densa vegetación que enmarca la fortificación en un entorno natural espectacular.
Historia del castillo
El origen del Castillo de Castilnovo es incierto y objeto de debate entre los historiadores. Algunos investigadores atribuyen su construcción a Abderramán I, quien podría haberlo fundado en el siglo VIII. Otros sostienen que fue obra de Almanzor en el siglo X. Sin embargo, hasta la fecha no se han encontrado restos arqueológicos que confirmen estas teorías; las referencias históricas se limitan a menciones literarias de una fortificación, posiblemente una torre de vigilancia, alrededor del año 740 d. C.., que podría haber sido el precursor del castillo actual.
Los elementos arquitectónicos más antiguos del castillo datan de los siglos XII y XIII, como los arcos apuntados en el lado oeste del patio de armas. Con el tiempo, se añadieron seis torres: Solana, Puerta y Vieja, y posteriormente las del Moro, Caracol y Álvaro de Luna.
El castillo alojó a Fernando I de Aragón y su esposa, la reina Leonor de Alburquerque. Más tarde, el rey Juan II de Castilla lo cedió a su valido, el condestable Álvaro de Luna. A la muerte de este, el rey Enrique IV de Castilla entregó Castilnovo a Juan Pacheco, marqués de Villena.
Posteriormente, el rey Fernando el Católico adquirió el castillo junto con una gran extensión de tierras y creó el señorío de Castilnovo, que cedió a su hija natural Juana I de Castilla como dote para su matrimonio con Bernardino Fernández de Velasco, primer duque de Frías. Tras la muerte de Felipe el Hermoso en 1506, la reina Juana 'la Loca' se hospedó en Castilnovo para estar cerca de su media hermana.
Juana I de Castilla falleció en 1510, dejando el castillo a su esposo, el duque de Frías, quien a su vez lo legó a su hija Juliana Ángela de Velasco y Aragón. Juliana contrajo matrimonio con su primo Pedro Fernández de Velasco, quien más tarde se convirtió en el tercer duque de Frías.
En 1526, el emperador Carlos V encomendó a Íñigo Fernández de Velasco, el segundo duque de Frías, la custodia del Delfín de Francia y del duque de Orleans, hijos del rey Francisco I de Francia, como prisioneros tras el Tratado de Madrid. Tras la muerte de Íñigo en 1528, su hijo Pedro trasladó a los príncipes al Castillo de Castilnovo y posteriormente al de Pedraza de la Sierra, ambos propiedad de su esposa Juliana Ángela, quien personalmente veló por su bienestar.
En 1557, Felipe II otorgó el título de condesa de Castilnovo a Juliana Ángela de Velasco y Aragón, en reconocimiento a sus servicios a la Corona y por la estima de su primo, el emperador Carlos V, y su sobrino, el rey Felipe II, como lo demuestra la extensa correspondencia conservada en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid.
Herencia y transformaciones
Al fallecer sin descendencia la tercera condesa, el castillo pasó a los condes de Lodosa y más tarde a los marqueses de Belvedere. A mediados del siglo XIX, un príncipe alemán adquirió el castillo y en 1859 lo vendió a José Galofré, secretario y pintor de cámara de la reina Isabel II, quien realizó intervenciones con estilos estéticos del siglo XIX.
De José Galofré, el castillo pasó a los marqueses de Quintanar, quienes nuevamente intervinieron en la estructura, añadiendo un ala de estilo "casa rural segoviana" en el siglo XX.
Y, finalmente, en la década de 1980, los marqueses de Quintanar vendieron el castillo a una asociación hispano-mexicana llamada Castilnovo S. A.. Durante los años 2000, se ampliaron las instalaciones con un gran salón y una biblioteca con fondos españoles y mexicanos.