Purita Linares, pletórica durante el homenaje tributado por Celtiberia
Acontecimiento emotivo para 'La Chinita' que estuvo arropada por innumerables amigos
4 enero, 2023 17:25En un recinto cuajado por la afición taurina soriana, el evento celebrado en la tarde-noche de ayer en el salón Gerardo Diego, del Casino de Soria, que abrochaba brillantemente la XXXVII edición del Ciclo Taurino de Navidad de la asociación convocante, difícilmente será olvidado por la protagonista central del homenaje que allí se vivió.
Componían la mesa principal Vanessa Santos Linares, hija de la agasajada, Juan José Hernández, Purita Linares (homenajeada), Juan Carlos Valero y el matador de toros local Rubén Sanz, quien acudió como invitado especial.
Abrió el acto el presidente Valero para dar paso a su compañero de entidad Juanjo quien, a su vez, cedió la palabra a Vanessa que prologó, con atino una breve exposición sobre las mujeres torero en la historia de la tauromaquia, hasta llegar a los tiempos en los que su madre protagonizó su presencia en los ruedos, en las décadas de los años setenta y ochenta de la pasada centuria.
Unas sentidas palabras de agradecimiento de Vanessa quedaron en el ambiente, al inicio de su intervención, diciendo: “al final, el cariño que ella ha depositado a Soria y su provincia, de algún modo, lo estais devolviendo; y para mí eso es mágico, es único. Que a una madre la reconozcan un trabajo de toda la vida, ya como torera o como empresaria, es un orgullo”.
Antes de liarse el capote del verbo, Purita recibió de manos de otro miembro de Celtiberia, a la sazón Miguel Ángel Martínez, un presente floral que, como tras las grandes faenas reciben en ramo los toreros en sus aclamadas vueltas al ruedo.
Tomó la palabra Purita y al abrirse de capote así se inició la faena: “esto es como cuando vas a torear. En el Patio de Caballos estás que te subes por las paredes, que no sabes ni quien pasa a tu lado pero, una vez que sale el toro ya vamos para delante”.
Algo más de una hora no da, lógicamente, para relatar las vivencias de toda una vida de entrega por y para el toreo y su organización, pero si le dio tiempo a dibujar improntas de anecdotas y relatos, atender unas cuantas preguntas varias surgidas de la sala.
Como muestra decir que por su actuación en una sola novillada sin picadores, en su natal Valladolid, le pagaron doscientas cuarenta mil pesetas de las de entonces.
En el cierre del acto el presidente Valero, que repasó cómo se había desarrollado el ciclo taurino navideño de este año, le hizo entrega a Puri del emblema por antonomasia de nuestra tierra, una estauilla del Caballito de Soria.
Gracias, de corazón, por todo, Purita Linares.