Paso del fuego en San Pedro Manrique

Paso del fuego en San Pedro Manrique Miriam Chacón / ICAL

Soria

El pueblo soriano que revive, año a año, el ritual celta del Paso del Fuego por San Juan

Lleno absoluto, una noche más, en el anfiteatro de la Virgen de la Peña

24 junio, 2023 09:20

El recinto de la Virgen de la Peña en la localidad soriana de San Pedro Manrique acogió como cada noche de San Juan el milenario rito de El Paso del Fuego, fiesta de Interés Turística Nacional. Los 26 pasadores, con los pies descalzos y el pantalón arremangado, desafiaron una alfombra de brasas que llega a alcanzar hasta los 800 grados centígrados.

El recinto de Nuestra Señora de la Virgen de la Peña registró un lleno absoluto con más de 2.000 personas sentadas en el anfiteatro. Los vecinos de este municipio de Tierras Altas, arropados por visitantes llegados de todas las partes del mundo, vivieron una de las fiestas con más proyección de la provincia de Soria, que aspira a convertirse de la mano de la Unesco de Patrimonio Inmaterial.

El párroco de la localidad, Toño Arroyo, que ha estudiado el origen de esta fiesta, significó la importancia de los artesanos para conseguir en el centro del recinto una alfombra de brasas. “Previamente y para conseguir esa alfombra compacta se crea una pila funeraria que simula a la que hacían los celtas. Los pasadores pisan la arena del recinto para enraizarse con la madre tierra y antes de pasar la alfombra danzan a su alrededor”, indicó, para citar al antropólogo Julio Caro Baroja, como gran conocedor del origen de esta fiesta.

Sobre las 9.00 horas de la noche los ‘hurgoneros’ se encargaron de preparar la pila de madera de roble, que fue secada durante el invierno en las dehesas de la localidad. La alfombra de brasas de unos 3,5 metros quedó compactada a base del constante vareo que los sampedranos realizaron las horas previas a la fiesta ancestral.

Con una luna creciente iluminando levemente el anfiteatro, los sampedranos volvieron a desafiar la alfombra de brasas. Entre uno y otro pasador, los ‘hurgoneros’ vareaban la alfombra de brasas incandescentes para que no perdiera su forma y se avistara, desde cualquier punto del anfiteatro.

Los primeros en pasar fueron tres vecinos que portaron en sus hombres a las tres móndidas (doncellas) de este año: Leire Martínez, Alicia Fresno y Ana Pascual. El hijo del alcalde de la localidad, Carlos Martínez, se encargó de pasar a Alicia.

Los pasos de los sampedranos, al atravesar la hoguera, son firmes, convencidos y cortos, con el objetivo de eliminar el oxígeno y quemarse en menor medida. Además, impregnan sus pies con arena fresca para aminoran el daño del fuego. No obstante, la mayoría de ellos niegan que se quemen los pies, aseveración que también entra dentro del rito.