Situada estratégicamente en la cumbre de un cerro, dominando el Valle del Jalón, la Medinaceli se erige como uno de los conjuntos patrimoniales más importantes de la provincia de Soria. Esta localidad se ha mantenido sin apenas alteraciones su aspecto señorial de siglos pasados, preservando un rico patrimonio e historia que abarca desde la época romana hasta la actualidad. Su conjunto histórico fue declarado Bien de Interés Cultural el 28 de noviembre de 1963, e ingresó en 2013 en la asociación de Pueblos Más Bonitos de España, siendo el primero de la provincia de Soria en recibir este reconocimiento.
El topónimo 'Medinaceli' es una adaptación árabe del nombre antiguo 'Okelis', derivado del céltico y que significa 'colina'. Esta etimología se relaciona con numerosos topónimos hispanos basados en la misma raíz, especialmente en el occidente de la península ibérica. Entre estos se incluyen nombres como Okela, Okelo-durum, Albu-Okela, Kalu-Okela y Samaru-Okela. Mientras que la teoría que asocia el nombre con 'madīnat Sālim', que significaría 'ciudad segura', ha sido descartada.
No en vano, el origen de Medinaceli se encuentra en la antigua Occilis, una ciudad de los belos y posteriormente un municipio romano. Desde la ocupación romana, la localidad se estableció en un cerro al este de la original Occilis celtíbera. Durante este periodo, se comenzaron a explotar las salinas en el valle, una actividad que perduró hasta 1994. Los romanos también construyeron el emblemático arco romano, único en la península, y la fuente de la Canal, cuyas canalizaciones y depósitos de decantación aún suministran agua a la villa.
Imagen de Medinaceli
Ayuntamiento de Medinaceli
En el siglo XX, el núcleo económico y administrativo se trasladó del centro histórico, ubicado en lo alto de la colina (a unos 1200 metros sobre el nivel del mar), al nuevo Barrio de la Estación en el valle del Jalón (a unos 1000 metros sobre el nivel del mar), debido a la confluencia de la autovía del Nordeste y el ferrocarril.
Un paseo por la historia
La visita a Medinaceli comienza en la Plaza Mayor, donde se conservan los restos más antiguos de la villa, de época árabe, con callejuelas estrechas y sinuosas. En sus alrededores se encuentran numerosas casonas nobiliarias blasonadas de los siglos XVI y XVII.
El arco romano es, sin duda, uno de sus monumentos más emblemáticos y originales, único en España por su triple arcada de estilo africano. Fue construido a finales del siglo I d. C., siguiendo el modelo del arco de Trajano, y su decoración, aunque simple, es efectiva. El arco mide 13,20 metros de largo, 2,10 metros de ancho y 8,10 metros de altura, y servía como puerta de acceso a la ciudad.
Arco romano de Medinaceli
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El convento de Santa Isabel, fundado en el siglo XVI por las Clarisas, se organiza en torno a un patio central y está adosado a la Iglesia de San Martín. Destaca por su sobria portada de arco escarzano enmarcado con el cordón franciscano. El Beaterío de San Román, fechado en el siglo XIII y de influencia oriental, pudo haber sido una mezquita o, más probablemente, una sinagoga. En la ladera noreste de la villa se encuentra el 'Nevero Medieval', un pozo de nieve de forma cilíndrica con cubierta, puerta adintelada y ventana.
La Plaza Mayor se erige sobre el antiguo foro romano y alberga dos de los edificios civiles más notables de la villa: el Palacio Ducal y la Alhóndiga, ambos construidos por el Duque de Medinaceli entre los siglos XVI y XVII.
Mientras que bajo el suelo de la plaza de San Pedro se conservan los restos de una vivienda romana de los siglos I-II d. C., un ejemplo de casa señorial con patio interior en torno al cual se distribuyen las distintas habitaciones. Destaca su salón o sala de recepción, cuyo suelo es un mosaico polícromo con motivos geométricos y figurados.
Palacio Ducal de Medinaceli
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El Palacio Ducal, obra del siglo XVII, ocupa un lateral de la Plaza Mayor y fue construido por encargo del Duque de Medinaceli. Actualmente es sede de la Fundación DEARTE Contemporáneo. En una de las salas del palacio se expone el Mosaico de San Gil, descubierto en la calle San Gil y datado en el siglo II. Su decoración geométrica y figurada, con una esfinge alada y un monstruo marino, destaca por el diminuto tamaño de sus teselas y su colorido.
Mosaico de San Gil en el Palacio Ducal
Ayuntamiento de Medinaceli
La Alhóndiga, edificio del siglo XVII, muestra al exterior una doble galería de cuatro arcadas y el escudo de armas de la Cerda. Originalmente dedicada a transacciones económicas y al concejo, posteriormente se convirtió en el edificio del Ayuntamiento. Las murallas de Medinaceli conservan tramos romanos junto al arco y otros lienzos medievales, destacando la Puerta Árabe de arco apuntado.
Puerta árabe de Medinaceli
Ayuntamiento de Medinaceli
Leyendas y relatos históricos
El Castillo de Medinaceli fue residencia de los condes de Medinaceli hasta su traslado al Palacio Ducal. Aunque reconstruido casi en su totalidad, apenas conserva restos de la primitiva alcazaba árabe y actualmente se utiliza como cementerio.
Vista aérea del Castillo de Medinaceli
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Según la leyenda cristiana, aquí murió 'El Invencible' Almanzor y fue sepultado en las 'mismas entrañas del infierno' tras ser derrotado en la Batalla de Calatañazor en 1002. El Cid Campeador también está ligado a Medinaceli, ya que arrebató la ciudad a los musulmanes y fue inmortalizado en las gestas del Cantar del Mío Cid, según el cronista Menéndez Vidal.
La situación estratégica de Medinaceli, como paso natural entre Aragón y la meseta castellana, convirtió a la 'Ciudad del Cielo' en un enclave de continuos enfrentamientos entre musulmanes y cristianos. Desde el Mirador del Cid, ubicado en un alto imponente, se puede divisar el Valle de Arbujuelo, con paneles informativos sobre el Camino del Cid, situando a Medinaceli en el itinerario oriental junto con Arbujuelo y Salinas de Medinaceli.
Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción
Ayuntamiento de Medinaceli
Y nuestro paseo acaba en la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico tardío, que consta de una sola nave con varias capillas añadidas. En su interior destacan la Cripta Románica, la Rejería Gótica, el Altar Mayor Barroco, el Cristo de Medinaceli del siglo XVI y el Órgano del siglo XVIII, todos ellos testigos de la rica historia y el patrimonio cultural de Medinaceli.