La historia que nunca muere

No es un capítulo de la popular serie ‘El Ministerio del Tiempo’, pero muchas veces uno bien puede sentir que ha abierto la puerta equivocada y ha viajado varios siglos atrás. Historias de reyes y reinas, de asaltos a castillos, de firmas de acuerdos y tratados o de célebres batallas.

Las recreaciones históricas viven un momento de esplendor en la provincia de Valladolid. Las subvenciones de la Diputación han sido testigo de ese cambio, pasando en los últimos tres años de 17 a 28 municipios que solicitan la colaboración económica.

El deseo e impulso de alcaldes y alcaldesas es clave, pero el empuje esencial reside en asociaciones culturales locales y cientos de vecinos que a título individual se implican de forma excepcional para devolver el medievo a las calles de su localidad. Esa participación popular es uno de los aspectos más interesantes de estas fiestas históricas, al convertir a los habitantes del momento en sus homólogos siglos atrás, al transformar a los vecinos en integrantes de la realeza, condes o soldados. No hay mejor manera de conocer y recordar la historia que reviviéndola en primera persona.

Un punto de partida así tuvo la recreación del Sitio de Castronuño, que en 2017 ha celebrado su tercera edición. “Ahora la gente conoce la historia y se genera un mayor amor al pueblo, un afecto hacia la tradición; además se han implicado muchos vecinos con los preparativos y los ensayos, lo que hace que la recreación se prolongue durante todo el año”, explica el alcalde, Enrique Seoane.

El coordinador de esta iniciativa, David Muriel, recuerda como el crecimiento “ha sido exponencial desde la primera edición en 2012”; ahora, el futuro pasa por abrir fronteras, “este año participó un grupo de Italia pero queremos que haya una mayor presencia internacional en la próxima edición”. La apertura propuesta por Medina va mucho más allá, con la celebración del festival de videomapping durante la Semana Renacentista, una combinación entre la tecnología audiovisual y el ambiente medieval que ofrece un resultado extraordinario.

Muriel coincide en que “la participación ciudadana es la clave, la gente que prepara su traje para salir a la calle esos días, los comerciantes que decoran los escaparates o ponen un puesto en el mercado. Eso también ha hecho que aumente la inversión aportada por el Ayuntamiento”.

Las recreaciones históricas ya desafían a las fiestas patronales como los días de referencia en muchos municipios, momentos de encuentro para los que viven fuera y cita ineludible para el visitante.