Un curioso método para detectar el consumo potencial de cannabinoides sintéticos
Científicos de la Universitat Jaume I de Castelló han desarrollado un sistema para la detección en saliva de compuestos asociados al consumo de cannabinoides sintéticos. Este sistema facilitaría la identificación de personas que hayan podido hacer uso de este tipo de sustancias y permitiría ahorrar tiempo y dinero en pruebas de control de drogas, ya que las más costosas y sofisticadas solo se realizarían en individuos cuyo consumo potencial haya sido probado.
Las moléculas identificadas son componentes de seis de las hierbas que se utilizan como base para la comercialización y consumo de cannabinoides sintéticos. La detección se ha conseguido a partir de muestras de saliva de voluntarios que habían fumado estas hierbas junto con tabaco. Las muestras fueron analizadas mediante espectrometría de masas de alta resolución, una técnica que permite identificar moléculas a partir de su masa exacta y la de sus iones producto generados. Los datos se procesaron mediante métodos estadísticos y bioinformáticos, pudiéndose detectar dos marcadores asociados de manera específica al consumo de las mezclas de hierbas.
Los cannabinoides sintéticos son drogas que pese a no presentar una estructura semejante al Δ9-tetrahidrocannabinol, principal principio activo del cannabis, son capaces de producir el mismo tipo de efecto que este. Puesto que existe una gran variedad de estos compuestos, son muy difíciles de detectar, ya que se necesitan pruebas muy específicas. La detección indirecta mediante la identificación de compuestos asociados a su consumo, propuesta por los investigadores del Instituto Universitario de Plaguicidas y Agua (IUPA), es una alternativa en la que hace falta seguir investigando para hacerla accesible a su uso en laboratorios de control de drogas forenses y de salud pública.
Sistema de Alerta Temprana de la UE
Los cannabinoides sintéticos son el grupo más grande de sustancias monitorizadas por el Sistema de Alerta Temprana del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA, del inglés European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction). Desde su detección en Europa en 2008, se han identificado 179 cannabinoides sintéticos diferentes.
Estas drogas se comercializan como alternativas legales a los productos naturales del cannabis, ya que simulan los efectos psicotrópicos de su principal principio activo. Sin embargo, sus efectos son más pronunciados y severos, habiéndose registrado casos de toxicidad cardiovascular severa (incluyendo la muerte de un estudiante), pérdida rápida de la consciencia, depresión respiratoria, convulsiones, delirios, agitación, psicosis y comportamiento agresivo y violento.
Según el último 'Informe europeo sobre drogas. Tendencias y novedades', «las causas de la toxicidad grave de estas sustancias son su elevada potencia y las malas prácticas de fabricación». Los cannabinoides sintéticos se producen como polvos o aceites y se venden como «mezclas de hierbas para fumar». El proceso de mezcla está poco controlado y la distribución del producto es desigual en toda la muestra, además de no saber con exactitud la cantidad de droga presente, por lo que «puede ser que algunos productos contengan cantidades tóxicas de la sustancia, lo que se traduce en un mayor riesgo de intoxicación grave». De hecho, estas malas prácticas pueden ser la causa de las intoxicaciones masivas registradas en Estados Unidos, en Rusia y también en Europa en los últimos años.
La EMCDDA señala que, aunque «la información existente indica que la prevalencia del consumo de cannabinoides sintéticos es generalmente baja, estas sustancias tienen un potencial considerable de provocar daños. Se puede observar un indicio a este respecto en datos recientes de Turquía, donde el aumento global de las muertes inducidas por drogas se explica en parte por el consumo de cannabinoides sintéticos».