Crimen de la Circular | El autor del robo afirma que Rubén ordenaba y el resto conocía el plan
Así lo ha asegurado en un juicio que se ha retrasado en la mañana de este jueves por la ausencia del abogado de Arso
4 noviembre, 2021 13:16El autor confeso de haber entrado el 17 de octubre de 2018 en el piso de María A. en la Plaza Circular de Valladolid con la intención de robar, el ciudadano de origen búlgaro Antón A.M, ha señalado al protésico vallisoletano Rubén A.R. como la persona que dio las "órdenes" y ha asegurado que los otros acusados eran perfectos conocedores del plan y que contaban con información privilegiada facilitada, supuestamente, por la nuera de la víctima.
El acusado, en la tercera jornada del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia Provincial, sitúa a Rubén A.R. como el 'autor intelectual' del robo en cuyo local de la calle Arca Real, a primera hora de la mañana del día de autos, se perfilaron todos los detalles del asalto y se asignaron los cometidos de cada uno.
Así, sería el empresario el encargado de llamar al timbre fingiendo ser un repartidor mientras que el declarante y los también búlgaros Gabriel E.K. y Gabriel M.K. tenían el encargo de entrar en el piso de la anciana, donde debían localizar una caja fuerte, de unos 20 ó 30 kilos, empotrada en una pared y oculta tras un cuadro en la que esperaban encontrar importantes cantidades de dinero y joyas.
Antón A.M. ha explicado que él, que por aquellas fechas residía en San Martín de Rubiales (Burgos) y trabajaba como temporero en el viñedo, se desplazó el día de los hechos a Valladolid trasladado en un vehículo del también acusado Emil A.M, al que debía 500 euros, en la creencia de que su viaje a la capital del Pisuerga era para contactar con algún prestamista que pudiera facilitarle saldar la deuda con su compañero de banquillo.
Sin embargo, ha sostenido, en declaraciones recogidas por Europa Press, que fue conducido directamente por Emil al local de Rubén, al que no conocía, y allí se encontró con el resto de los acusados, Arso A.I. y los dos Gabriel, y fue entonces cuando el empresario dental les arengó sobre el robo que iban a perpetrar en el piso de la anciana.
Información de primera mano
Para ello, Rubén les facilitó todo lujo de detalles que iba traduciendo Arso y que, según dice Antón que le comentó el traductor, habían sido facilitados por la esposa del hijo de la víctima, desde la caja de seguridad en una oquedad de la pared que permitía su extracción sin utilizar material específico hasta la instalación de una alarma que dificultaba el robo en ausencia de la moradora.
"Nosotros preferíamos cometer el robo sin que estuviera la propietaria, pero Rubén nos dijo que era imposible porque cuando se marchaba dejaba puesta una alarma", ha puntualizado Antón A.M, quien ha llegado a indicar que en un momento dado sospechó de que el empresario era en realidad un policía y que les estaban tendiendo una trampa.
El asalto, por tanto, se realizó conforme a lo pactado y después de que tanto Rubén como Arso realizaran distintas vigilancias alrededor del inmueble. El primero de los aludidos, siempre según la versión ofrecida por el acusado, tocó el timbre del piso de la septuagenaria haciéndose pasar por repartidor, ya que era el único que no tenía acento búlgaro, y una vez abierta la puerta entraron al portal Antón y los dos Gabriel provistos de una caja de cartón, guantes y cinta americana que previamente habían adquirido el protésico y Arso.
En las órdenes no figuraba maltratar a la anciana sino utilizar la cinta americana para amordazarla y atarla para evitar que pudiera gritar y poner en alerta a los vecinos, así como introducir en la caja de cartón la caja fuerte una vez extraída de la pared.
En el momento de entrar en la vivienda, Antón asegura que fueron los Gabriel quienes sujetaron a la septuagenaria, sin golpearla en momento alguno--en su inicial declaración dijo que ambos la había pegado y que él les había recriminado por ello--, y que la amordazaron al ponerse a gritas mientras revisaban la vivienda, aunque no llegaron a localizar la caja de caudales y también niega que sus acompañantes arrebataran a María unos anillos, frente a lo declarado en el juzgado.
Aunque en la cinta americana han aparecido restos biológicos del declarante, éste ha justificado tal circunstancia en el hecho de que llegó a tener la misma en sus manos.
También ha insistido en que cuando abandonaron la casa la moradora de la vivienda, dejándola con la boca tapada y semitapadas las fosas nasales con la cinta adhesiva, seguía aún con vida porque la sintió respirar. "¡Quiero decir la verdad, no puedo más!", ha espetado un Antón A.M. que presenta un tatuaje de grandes dimensiones en su cara que le da un aspecto fiero, a semejanza del que luce el exboxeador Mike Tyson.
A punto de suspenderse el juicio
El juicio con jurado por el denominado 'crimen de la Plaza Circular' de Valladolid se ha reanudado este jueves, en su tercera jornada, con más de una hora de retraso ante la incomparecencia injustificada del letrado de Arso A.I, ante lo cual la fiscal del caso, con la adhesión del resto de acusaciones y defensores, ha solicitado la suspensión de la vista con el fin de evitar la indefensión del citado encausado.
La solicitud era aceptada por el presidente, que emplazaba a las partes a las 11.00 horas para tomar una decisión definitiva, una vez que se recabara del defensor ausente una justificación de su incomparecencia y en su caso, en el supuesto de que a éste le fuera imposible acudir, plantearle la posibilidad de que la representación de su cliente pudiera llevarla a cabo un compañero de despacho u otro abogado asignado de oficio.
Finalmente, a las 11.00 horas se reanudaba el juicio al comparecer un nuevo abogado para ocuparse de la defensa de Arso A.I.
El proceso trata de dirimir si el empresario protésico dental Rubén A.R, presunto cabecilla, se concertó con Arso A.I. para, con el apoyo de los también búlgaros Emil A.M, Antón A.M, Gabriel E.K. y Gabriel M.K, perpetrar un robo en una vivienda de la Plaza Circular que ocupaba María A, de 73 años, para apoderarse de importantes cantidades de dinero y joyas que, a través de un informante no identificado, sabían que guardaba en una caja fuerte.
El robo, sin embargo, se complicó y tres de los autores materiales del asalto acabaron con la vida de la anciana--falleció a causa de una insuficiencia cardiaca--tras golpearla brutalmente y dejarla maniatada y amordazada al abandonar de forma precipitada el inmueble, sin que obtuvieran más que unos anillos que arrebataron a la víctima.
El juicio está previsto que prosiga hasta el próximo día 12 de noviembre. Frente a las peticiones absolutorias de las defensas, la fiscal del caso y un hijo de la víctima entienden que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato, robo con violencia en casa habitada, detención ilegal y pertenencia a grupo criminal, con una petición global en el primer caso de 31 años de cárcel y en el segundo de 38 años, a sustituir por prisión permanente revisable, otra de las hijas de la anciana entiende que la muerte de ésta se encuadra en un homicidio y por eso solicita 21 años de privación de libertad.