El alto precio del vandalismo: los destrozos urbanos cuestan 635.000 euros a los vallisoletanos
El 0,17% del presupuesto municipal se tiene que destinar a paliar los desperfectos que provocan los gamberros a lo largo del año
1 enero, 2022 07:00Pintadas en las paredes, contenedores quemados, papeleras destrozadas… Por desgracia, este panorama es el que año tras año se repite en todas las ciudades de España. Una serie de actos vandálicos que generan un coste extra a cada ayuntamiento además de provocar que parte del personal municipal tenga que dedicar tiempo para la reparación o instalación de ese mobiliario urbano.
Para paliar los desperfectos que se han dado a lo largo del año, el Ayuntamiento ha calculado que ha tenido que destinar 635.840 euros. O lo que es lo mismo, los impuestos municipales de 370 vallisoletanos se tienen que destinar a solventar las “gracias” de los gamberros.
En este montante no se incluyen solo los cambios del material destrozado por uno nuevo, sino que además se suma el coste de las horas que los operarios tienen que utilizar para arreglar el mobiliario susceptible de reparación. Así, por ejemplo, el Servicio de Limpieza, para la reparación de contenedores de residuos deteriorados por actos vandálicos ha destinado unas 1.200 horas de trabajo anuales. Al valorarse el coste de la hora en 29 euros y con ese tiempo estimado en este capítulo se alcanzan los 34.800 euros.
Una cantidad que se incrementa con los 14.000 de la reposición de contenedores, 3.000 de materiales y 6.000 de vehículos. En total, 57.800 euros. Además, se realizan una media de 55 intervenciones mensuales en papeleras, no todas como consecuencia de actos vandálicos. Se estima que hay que cambiar o reparar por actos vandálicos una media de 40 al mes, lo que supone un total de 480 papeleras al año -cada papelera de plástico cuesta cerca de 60 euros- con un coste aproximado de 28.000 euros.
Pero sin duda, la parte que más dinero necesita es la de la eliminación de pintadas o cartelería. Para este tipo de trabajos se necesita a seis operarios, lo que suponen unas 8.400 horas de trabajo al año y la utilización de tres vehículos, lo que suponen 4.200 horas de trabajo al año. Todo ello, sumando los 30.000 euros que se invierte en materiales para la eliminación de este tipo de pinturas y carteles, hace que se llegue a los 324.000 euros. O lo que es lo mismo, lo que cuestan dos Porsche Taycan. O el dinero necesario para comprar un adosado en los nuevos barrios de Valladolid.
En el apartado de los contenedores también hay que tener en cuenta los de papel. Su reparación, se realiza durante seis jornadas mensuales con dos operarios cada jornada, lo que supone al año 1.250 horas de trabajo. Aunque el servicio de recogida de papel está subcontratado, existe una partida destinada a preparación y reposición de contenedores que, por tanto, es repercutida al Ayuntamiento. El coste en este caso es de 58.250 euros que sumados a las cantidades anteriores alcanzan los 468.050.
Arreglos en parques y jardines
¿Acaba ahí el desembolso municipal? Pues no. Porque también desde el Servicio de Parques y Jardines también se suman gastos provocados por el gamberrismo. Así, hasta septiembre de 2021 se habían partido 41 bancos -el coste de cada unidad y su instalación ronda los 300 euros-, 1.720 listones y 29 papeleras. Unos desperfectos que se unieron a los bancos arrancados y tumbados y las reposiciones de verjas y vallas.
Asimismo, se ha tenido que hacer frente a los daños estéticos en juegos infantiles y murales por valor de 42.620 euros, 27.643 en daños estructurales en juegos infantiles, 18.248 en daños en aspersores, difusores, goteros y otras infraestructuras de riego, así como 6.223 en pérgolas e instalaciones de los jardines, 26.632 en el anillado de árboles, flor de temporada, arbustos o jardineras. En total 167.990 que sumados a los 468.050 del servicio de limpieza alcanzan los 635.840 euros.
Si se toma como referencia el presupuesto aprobado recientemente por el Ayuntamiento para 2022, que será de 382.700.000 quiere decir que el 0,17% se tiene que destinar a paliar los destrozos que realizan los vándalos a lo largo del año. Un porcentaje que parece bajo pero que sería, por ejemplo, el que se necesitó para reurbanizar la calle Curvada en el barrio de Girón.
En definitiva, unas cantidades que, con un mayor sentido cívico de algunos ciudadanos serviría para mejorar más la ciudad o para dar mayor atención a través de los diferentes servicios sociales que ofrece el Ayuntamiento.