Siempre de buen humor, con una sonrisa permanente en su cara, de carácter risueño y dicharachero y con una energía que contagia al resto. Esther López es una chica "que se hace querer" y cualquiera que la conoce coincide en expresar palabras de cariño para ella.

Por eso, la noticia de su desparición ha helado el corazón de la localidad vallisoletana que la ha visto crecer; Traspinedo, un pueblo de poco más de 1.100 habitantes que espera ansioso recibir pronto la mejor de las noticias, que vuelva a su casa y a las calles de un municipio que la quiere y que la está buscando sin descanso desde que hace nueve días se perdiera su rastro.

La tristeza y la incertidumbre se propagan por las calles, los bares y los establecimientos del pueblo; el nerviosismo y la preocupación se cuelan en cada una de las casas de la localidad y cuando hablan de ella todos coinciden en lo "alegre y simpática que es"y en sus deseos de verla pronto.

Protectora y amiga de sus amigos, "siempre tiene una buena palabra o una broma con la que alegrar a la gente con la que está en cada momento". La definen como "una chica normal y amiga de sus amigos", coinciden en el pueblo, un pueblo donde todo el mundo tiene palabras de cariño para ella.

"No le importa trabajar en lo que vaya saliendo, ha estado de teleoperadora, en la vendimia, de camarera en uno de los mesones del pueblo y también en Valladolid y cuando sale con la gente lo que tiene es para los demás", explica un amigo remarcando su carácter generoso y cercano.

Por eso, la noticia de su desparición el pasado 12 de enero mantiene en vilo a todo un pueblo que "apoya a su familia y que no va a parar de buscar hasta encontrarla sana y salva para que vuelva Traspinedo y contagie de alegría a todos con su sonrisa permanente".