La magistrada vallisoletana Ana Fernández Izquierdo

La magistrada vallisoletana Ana Fernández Izquierdo

Valladolid

La vallisoletana que con 29 años ya está al mando de un juzgado en Lugo

La joven magistrada Ana Fernández Izquierdo ejerce en la localidad de Sarria desde hace tres meses: "Pese a la campaña de desprestigio, la Justicia está en buena forma"

10 marzo, 2022 07:00

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29 años, vallisoletana (de La Cistérniga) y ya al frente del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Sarria, un partido judicial de Lugo formado por Sarria, O Páramo, Láncara, Paradela, Samos y O Incio, lo que supone un total de 21.784 habitantes. Ana Fernández Izquierdo comenzó la oposición a la carrera judicial al terminar sus estudios universitarios. Tras aprobar en junio de 2019, estuvo un año en la Escuela Judicial, en Barcelona, donde pudo completar la teoría aprendida en las oposiciones y a su vez empezar a aplicarla en casos que nos planteaban.

Desde septiembre de 2020 hasta febrero de 2021 realizado unos meses de prácticas en distintos Juzgados de Valladolid –juzgados de Primera Instancia, de Instrucción, de Familia y de Violencia sobre la mujer-, en los que vivió su primer contacto real con el día a día de un Juzgado junto a un tutor. En marzo del pasado año le designaron como jueza de refuerzo en el Juzgado de Primera Instancia nº8 de Salamanca, especializado en Familia, donde desempeñó sus servicios por primera vez en solitario, hasta diciembre de 2021, que ha comenzado su andadura en tierras gallegas. Hoy, en el Día Mundial de las Juezas, EL ESPAÑOL NOTICIAS DE CASTILLA Y LEÓN charla con una de las juezas más precoces de España y que lleva a Valladolid siempre en su corazón.  

PREGUNTA: ¿Cómo está siendo su aterrizaje en Sarria? ¿Con qué se ha encontrado?

RESPUESTA: Pues apenas llevo dos meses, en los cuales estoy tratando de familiarizarme aún con el Juzgado y conocer los asuntos que estaban abiertos antes de mi llegada, además de los que han ido entrando desde entonces, pero sin duda lo que he podido apreciar es que se trata de un Juzgado con un volumen de asuntos muy elevado y por lo tanto que conlleva una gran carga de trabajo, no sólo para mí, sino para el resto del personal que conforma el Juzgado.

P: ¿Ilusionada con el reto?

R: Muy ilusionada, ya es que es la primera vez que estoy en un Juzgado como este, mixto, lo que implica conocer de todo tipo de materias, muy dispares entre sí –lo mismo conozco de un divorcio, que de un caso relativo a un incumplimiento de un contrato, casos de violencia de género, o la investigación de todo tipo de delitos, por ejemplo- lo que sin duda me aportará un gran aprendizaje y una experiencia excepcional. 

Lo mismo conozco de un divorcio, que de un caso relativo a un incumplimiento de un contrato, casos de violencia de género, o la investigación de todo tipo de delitos

P: ¿Qué supone con solo 29 años ya ser cabeza del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción?

R: La verdad es que da mucho respeto porque es una gran responsabilidad, si bien es algo para llevo preparándome desde que decidí opositar a judicatura y que han venido trabajando con nosotros durante todo el periodo de formación. Desde luego mi intención es entregarme al máximo y hacer mi labor lo mejor que pueda, siempre respetando los principios que rigen nuestra actividad, tales como la independencia, imparcialidad, integridad, diligencia, que nos inculcan desde el primer momento.

P: ¿Sabe si es de las más jóvenes de España?

R: No, aunque tardé poco en sacarme la oposición, dos años y medio, siendo la media de mi promoción cuatro años y ocho meses, hay compañeros que tardaron algo menos y que aprobaron con 24 años. Yo me sitúo en la media de edad de las personas que aprobamos en mi oposición, ya que aunque tardé menos no empecé a opositar hasta los 24 años, que fue cuando finalicé mis estudios universitarios, de 6 años de duración al ser un doble grado.

P: El pasado marzo, debutó a nivel profesional en el Juzgado de Primera Instancia Número 8 de Salamanca, especializado en asuntos de familia. ¿Cómo fue la experiencia?

R: Fue una etapa muy enriquecedora y de la que guardo un especial cariño al ser mi primer contacto real con un juzgado, en el que dirigía por primera vez yo sola las vistas y dictaba resoluciones sin la supervisión y el visto bueno de mis tutores, y siendo además un Juzgado especializado en la materia que más me gusta, familia. Fue una etapa que nunca olvidaré, en la que aprendí mucho, en la que me sentí muy a gusto, tanto con las personas que formaban el juzgado como con los profesionales con los que traté.

Ana Fernández Izquierdo

Ana Fernández Izquierdo

P: Asuntos de familia…asuntos complicados. ¿A qué casos se ha enfrentado?

R: Sin duda es una materia compleja ya que no existen casos tasados, el juez tiene que conocer muy bien las circunstancias que concurren en cada caso, sin que nunca te encuentres dos casos iguales o similares, sino que cada familia es un mundo, siendo una materia muy delicada dado que en muchos casos hay menores implicados y está en juego el futuro de un familia. Sin duda los casos más duros para mí eran en los que comprobaba que los menores sufrían, no por el hecho de que sus padres pudieran estar divorciándose, sino porque los habían puesto “entre la espada y la pared”, utilizándoles como arma arrojadiza contra el otro sin darse cuenta de que el verdadero perjudicado era su hijo.

Sin duda los casos más duros para mí eran en los que comprobaba que los menores sufrían, los padres les ponen 'entre la espada y la pared'

P: ¿Cómo será su trabajo en Galicia? ¿A qué se va a enfrentar?

R: Como he señalado, el Juzgado de Sarria es un Juzgado mixto, lo que implica conocer todo tipo de materias,  tanto civiles y penales, de manera que los casos que conozco cada día son de lo más variado, lo que implica mayor tiempo de estudio que si estuviera centrada en una misma materia, si bien nuestra formación siempre ha ido dirigida a ello dado que la mayoría de los jueces que aprobamos cada año comenzamos por este tipo de Juzgados.

P: A sus 29 años, ¿dónde tiene su techo? ¿A qué aspira?

R: La verdad es que la materia que más me gusta de todas las que he podido ver hasta ahora es familia por lo que me gustaría orientar mi carrera y poder ejercer en un Juzgado especializado en ello, como era el de Salamanca, como jueza titular.

P: ¿Cómo es ser jueza en partida judicial de 22.000 habitantes?

R: Aún llevo poco tiempo destinada aquí pero al ser un pueblo, lo que he podido apreciar es que hay mucha más cercanía entre el juzgado y los ciudadanos,  y en comparación a un Juzgado de ciudad es inevitable que más gente te reconozca y que al mismo tiempo tú conozcas a la gente que te encuentres en el juzgado.

Más mujeres que hombres

P: Por suerte, la Justicia no es un sector que pueda decir que hay problemas para que las mujeres accedan a cargos importantes. ¿A qué se debe?

R: Porque a nuestros cargos se accede no de manera discrecional, sino después de un duro proceso de oposición en el que lo importante son nuestros conocimientos y en el que nos presentamos muchas más mujeres que hombres, de ahí que lo normal es que también haya muchas más mujeres que hombres que aprueben. En concreto, en mi promoción el 71,28% éramos mujeres, frente al 28,72% que eran hombres.

P: ¿Cuál es el estado de salud de la Justicia en este país? ¿Qué cambiaría?

R: Creo que a pesar de la campaña de desprestigio que desde otros sectores se está llevando a cabo, especialmente los últimos años, de la Justicia y de los jueces, lo cierto es que todas las personas que he conocido hasta ahora son unos grandes profesionales que dan el 200% de sí y actúan de la manera más imparcial y objetiva posible. Considero que el principal problema actual de la Justicia estaría en la falta de medios personales y materiales para de este modo poder agilizar la respuesta de los tribunales, ya que la justicia tardía no es justicia. Hay juzgados que están realmente saturados y un juez y el resto del personal del juzgado, aunque se dedique en cuerpo y alma a su trabajo, se ve incapaz de dar una respuesta más rápida. Además, esta enorme carga de trabajo irremediablemente redunda en perjuicio de la calidad de las resoluciones, al no poder dedicar tanto tiempo como nos gustaría a cada caso. Y al final todo ello lo que provoca es que el perjudicado sea el ciudadano.  

A pesar de la campaña de desprestigio que desde otros sectores se está llevando a cabo, los jueces son unos grandes profesionales que actúan de la manera más imparcial y objetiva

P: ¿Cuándo supo que quería ser jueza?

R: La verdad es que cuando inicié mis estudios universitarios no tenía muy claro lo que quería ser, y si bien creía que lo que más me llamaba la atención era la economía decidí dejarme la puerta lo más abierta posible, y por eso estudié el doble grado en Administración y Dirección de Empresas y en Derecho, y a medida en que avanzaba en los estudios me di cuenta que lo que realmente me apasionaba era el mundo del juzgado, y en especial la labor de los jueces, en mi deseo de poder, en la medida de lo posible, contribuir a solucionar los problemas que se plantean en la sociedad.

P: ¿Qué recuerda de Valladolid? ¿Qué echa de menos?

R: Recuerdo de manera especial los paseos por las orillas del Pisuerga, la playa de Moreras, ir de tapeo por el centro y en general los paseos por la ciudad de noche, donde la ciudad se vuelve especialmente bonita por la iluminación tan especial y cuidada que tiene y que no he visto en ninguna otra ciudad de España. Aunque lo que más echo de menos es mi día a día, el terminar de trabajar y poder ver a mi pareja, familia y amigos.  

P: Para terminar, una frase judicial que siempre la acompañe…

R: Hay una frase de Sócrates sobre lo que es nuestra labor que trato de no perder de vista nunca y que creo resume a la perfección las características que ha de tener un juez “escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente”.