La Semana Santa: tradición que rompe las barreras generacionales de la familia Montero Gutiérrez
Esta festividad aúna las costumbres más sentimentales de estos vallisoletanos que esperaban su regreso "con mucha ilusión" tras tres años sin ella
15 abril, 2022 07:00Un simple anillo, la comida de los domingos o el lechazo del día de Navidad pueden parecer elementos y eventos banales a ojos de los demás, pero para la familia puede ser una tradición que lleva perpetuándose durante décadas y generaciones. Algo identitario y que el valor sentimental es imposible de medir en cabeza ajena al círculo familiar.
Para la familia Montero Gutiérrez, naturales de Valladolid, esa tradición es la Semana Santa. Un evento anual que une a Rubén, Natalia, María y Juan con sus padres, Belén Gutiérrez y Juan Andrés Montero. Una tradición familiar que viven desde la más efervescente devoción.
El padre, Juan Andrés, no venía de una familia cofrade, sino que la devoción le llevó a apuntarse a la cofradía de su barrio, la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores. Mismo motivo condujo a la madre, Belén, que se apuntó a la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad.
Las primeras procesiones a los tres años
Unidos sus caminos, esos sentimientos por la fe religiosa cayeron en cascada a sus cuatro hijos. Primero a Natalia (1997), luego a Rubén (1999), seguido de María (2003) y por último a Juan (2006). "Empezamos a procesionar más o menos a los tres años, cuando ya sabíamos andar un poco por nuestra cuenta", señala Rubén, el segundo de los hermanos.
Un hecho que llena de "orgullo" a Juan Andrés, mientras que a Belén le hace "mucha ilusión" porque eso significa que han sabido "transmitir los valores que debe tener cualquier cofrade".
Cada año la familia espera ansiosa la Semana Santa para poder sacar a relucir sus hábitos y poder procesionar junto a los pasos que representan a sus cofradías. La preparación cuenta Rubén que comienza "unas semanas antes", cuando sacas los trajes y revisas si hay que hacer "algún arreglo". Ya en plenas fechas, una de las costumbres de Belén, Juan Andrés y los cuatro hermanos, es ir a comer a casa de los abuelos.
En definitiva, una serie de rutinas que se recuperan este 2022 en una Semana Santa muy especial para ellos. "Llevamos esperándola tres años. Además, en 2019 yo sí que pude procesionar pero muchas que se suspendieron por la lluvia", explica Rubén a este periódico.
La pandemia dejó la Semana Santa guardada bajo llave en 2020 y en 2021 tuvo que celebrarse durante una rara 'nueva normalidad' que no era normal. Con los pasos bajo techo era difícil sobrellevar una época que, acostumbrados desde pequeños a verla y sentirla desde las calles, llenara de plenitud a esta familia.
Juan Andrés y Belén coinciden en que fue una Semana Santa que se vivió con "pena". Para Natalia, Rubén, María y Juan sirvió para "para entender un poquito más el verdadero significado de lo que se celebra".
Ahora, en 2022, la "alegría" se recupera y tienen "ganas de volver a la calle y hacer pública de esta manera la fe". "Hemos salido muy fortalecidos después de estos dos años y recordando precisamente porque salimos", asevera María.
Juventud y religión
Cofrade desde bien pequeño, Rubén cree que "antiguamente la Semana Santa se veía mucho más, independientemente de que fueras religioso o no" y que eso se está "perdiendo". "Ahora cuesta hacer más cosas y más actos, la gente va perdiendo interés y en especial lo más jóvenes", aclara el segundo de los hermanos.
"La pérdida de fe de los más jóvenes es un problema bastante importante. Creemos que desde fuera parece algo muy anticuado, de años atrás y no llama a los más pequeños, por lo que tenemos que trabajar entre todos para cambiar esto y que se perciba de manera diferente. Hoy por hoy en el mundo de las cofradías pensamos que se está haciendo muy bien en este sentido con jornadas de jóvenes cofrades como el JOCH pasado celebrado en Valladolid en el mes de Octubre de 2021 y creemos que aunque hay que trabajar muy duro contamos con un futuro brillante para que nuestra Semana Santa no muera", aseguran los cuatro hermanos.
La Semana Santa de 2022 supone la vuelta de los cofrades y los pasos a las calles en un contexto que, posiblemente, eleva el sentimiento a los parámetros más altos posibles. Unos sentimientos que los hijos de Juan Andrés y Belén quieren y esperan que pase a sus futuros descendientes para que esta tradición familiar siga rompiendo las barreras generacionales de los Montero Gutiérrez.