José Luis Martínez Tristán es el dueño de un bar mítico de Valladolid. La Ferroviaria, ubicado en la calle Estación de la Ciudad del Pisuerga, era, hasta que llegara la pandemia del coronavirus para cambiarlo todo, un punto de encuentro en el que mayores y jóvenes disfrutaban de sus refrescos y también de una buena tapa.
A sus 62 años, el nacido en Cuenca de Campos y residente en Arroyo de la Encomienda está pasando por su batalla más dura: la lucha contra el cáncer. En enero de este 2022 le diagnosticaron un cáncer de pulmón, aunque el tratamiento parece que está teniendo, por suerte, sus resultados.
“Mi único objetivo es que el ensayo sea un éxito y que gracias a haber hecho de conejillo de indias se puedan salvar muchas vidas, empezando por la mía”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, destilando optimismo.
P.- ¿Cómo y cuándo le comunican que tiene cáncer de pulmón con metástasis?
R.- Un amigo, traumatólogo, me mandó hacer una resonancia magnética ya que en las radiografías que me habían hecho en la Seguridad Social no se apreciaba ninguna lesión. Cuando leímos el informe del radiólogo, este amigo me comentó que rápidamente me pusiera en contacto con un oncólogo.
Dada mi relación con la Clínica Anderson de Madrid, ya que acompañé a mi mujer durante tres años en su tratamiento contra el cáncer, solicité consulta con la oncóloga jefe de este centro el 24 de enero. El 25 tuve mi primera consulta, fue todo muy rápido.
Al ver ella el informe de la resonancia, rápido me programó un PET TAC que me hice el día 28 de enero. Al ver la oncóloga la importancia de las lesiones comenzó a programar diferentes pruebas para ver el alcance de la enfermedad, incluidas dos biopsias de fémur y mandíbula que requirieron quirófano.
Los primeros días de febrero estuvieron marcados por las pruebas hasta que el día 11 me comunican el alcance del tumor y los posibles tratamientos a seguir.
P.- ¿Cómo se lo comunica a su familia? ¿Fue duro?
R.- Más o menos todos intuíamos lo que podía tener. El día que me lo comunicaron estaba conmigo mi hijo y mi hermano. Estábamos preparados para la noticia.
P.- ¿Cómo ha ido evolucionando estos meses?
R.- La verdad es que, hasta hoy, todo está saliendo a pedir de boca, mejor imposible.
P.- Le metieron en un ensayo clínico en Fase 1. ¿Cómo va funcionando?
R.- El día 14 de febrero me citó la oncóloga para proponerme entrar en este ensayo. Me dijo los pros y los contras, pero me lo puso todo muy fácil. Con los métodos tradicionales utilizados hasta ahora no veía muy clara mi recuperación y ella tenía muchas esperanzas en este ensayo.
Llevo cuatro sesiones y está funcionando muy bien. El día que me dieron la tercera sesión me hicieron un TAC de control y los resultados son espectaculares. Los nódulos pequeños, de pulmón e hígado, habían desaparecido y los grandes se habían reducido a la mitad. El próximo día 19 de mayo me dan la quinta sesión y me harán un segundo TAC.
P.- ¿Cómo se encuentra ahora?
R.- Ahora me encuentro muy bien. Si no fuera por las muletas, que las llevo por precaución ante una posible rotura de fémur, estaría como si no tuviera nada.
P.- ¿Cómo es convivir con el cáncer?
R.- Se aprende a vivir con el cáncer, máxime cuando ya has tenido que convivir con él en casa, como es mi caso. Siempre hay que ser positivo ante la enfermedad. La enfermedad está en el enfermo, no en las sábanas, por lo que debemos poner todo de nuestra parte para superarla.
P.- Su familia se estará volcando en su cuidado y ayuda. ¿Siente el calor de los suyos?
R.- La familia es lo más importante en esta vida y se están volcando en todo por ayudarme.
P.- ¿Confía en salir adelante?
R.- Por supuesto que confío en salir adelante. No contemplo otra posibilidad.
P.- ¿Cómo va el negocio? Supongo que ahora será más complicada su atención.
R.- El negocio va, sin más. Vengo por aquí todo lo que puedo, que es mucho, e intentamos no coger reservas muy grandes, pero el día a día no va mal.
P.- ¿Se ha recuperado de las pérdidas del COVID-19?
R.- Esas pérdidas nadie las recuperará, las futuras ganancias serán para pagar créditos.
P.- ¿Cómo ve el sector de la hostelería en general ahora que parece que la pandemia remite?
R.- Soy muy pesimista en esto, en general, pues en particular suelo ser optimista. La hostelería está cambiando y lo va a hacer más. La culpa la tiene los hábitos que hemos adquiridos durante la pandemia. Ahora nadie quiere trabajar en la hostelería, incluso recibiendo buenos sueldos. Acabarán cerrando muchos negocios por no poderse atender y los que queden tendrán que aumentar los precios.
P.- Un objetivo y un deseo a corto y medio plazo
R.- Mi único objetivo es que el ensayo sea un éxito y que gracias a haber hecho de "conejillo de indias" se puedan salvar muchas vidas, empezando por la mía. El deseo, una vez curado, es poder cumplir con otro de los deseos de mi mujer de vernos los dos de “viejecitos” pescando junto al mar y poder hacer una entrevista como esta, pero ya recuperado.