El objetivo es el de que la seguridad sea de diez en el interior de los vehículos. Por eso vela la Policía Municipal de Valladolid. Para evitar que los distintos conductores coloquen objetos en el asiento trasero de los distintos vehículos, para que, en caso de accidente, no se conviertan en potenciales elementos que lesionen tanto a conductor como a acompañantes.
El oficial responsable del equipo de inspección de Transporte de la Policía Local de Valladolid recibe a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León para hablarnos de lo que se puede y no se puede hacer. También de donde deben ir ubicados los distintos objetos en el interior de nuestro vehículo para no recibir multas.
“Cualquier bulto o bolsa debe ir en el interior del maletero del vehículo”
“El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad y la del resto de los ocupantes del vehículo y de los demás usuarios de la vía”, asegura nuestro entrevistado leyendo el Reglamento General de Circulación, su artículo 18, y haciendo referencia además al Real Decreto 1428/2003 de 21 de noviembre.
A estos efectos, el conductor deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos. “Los animales incontrolados deben de transportarse en recintos adecuados o independientes del usado por los pasajeros”, añade el oficial.
Todo esto supone, a fin y al cabo, que “las cargas que se encuentren en un vehículo deben ir alojadas en los lugares o emplazamientos dispuestos para ello” así, cualquier bulto, bolsa o diversos objetos “deberán ir en el maletero del vehículo” y además “sujeto de manera que no pueda arrastrar, caer total o parcialmente o desplazarse de manera peligrosa”.
Por tanto, ni en el asiento de atrás, ni mucho menos en el de delante: “Están en las mismas condiciones que el resto del habitáculo del vehículo en las zonas acondicionadas para el transporte de personas”. Por tanto “deben ir en el maletero” atendiendo que en ellos “existen elementos escamoteados para efectuar la sujeción y evitar los desplazamientos de la carga”.
Multas
“La Policía Municipal actúa en el campo de la prevención y de la formación de los conductores. A tal fin, localizado un conductor con bultos fuera de su emplazamiento, requiere al conductor para que lo ubique de manera adecuada”, añade nuestro entrevistado.
Explica además que “no es lo mismo cuando la carga que transporta el conductor en cuestión son bloques de hormigón, carretillos, estructuras metálicas o mercancías peligrosas” que “ponen en riesgo la seguridad vial” y que lleva a “ser denunciada la infracción” y también “a la inmovilización del vehículo hasta que se modifiquen las condiciones”. Por ejemplo: “Llevar en el interior del turismo cuadros de andamios o barriles de cerveza ocupando la totalidad del vehículo”, añade.
Denuncias que se formulan en el momento de que se observe la infracción y multas que, según el baremo sancionador, se cuantifican en 200 euros, 100 con ‘pronto pago’, salvo que se proceda a la inmovilización, que habría que sumar el tiempo que el vehículo esté depositado en el Parque del Peral.
En lo relativo a la infracción, si se encuentran mercancías peligrosas, y se puede aplicar el Acuerdo Internacional de Transporte de Mercancías Peligrosas, la denuncia es por infracción a la Ley de Ordenación al Transporte Terrestre, con una cuantía que llega hasta los 4.001 euros.
Se aprovechan los controles de alcoholemia y de Inspección de Transportes, así como las campañas de la DGT para buscar a posibles infractores por estas causas. Hasta el momento, el oficial asegura que “no se han puesto muchas denuncias” por estos hechos solo, en lo relativo a turismos, las que “la carga pone en riesgo la seguridad vial del conductor y del resto de usuarios”.
Otras acciones con los vehículos como protagonistas
Los agentes, en la carretera y continuando con la vigilancia de los vehículos, en la especialidad de tráfico, comprueban también las condiciones técnicas y administrativas de los vehículos, así como los controles conjuntos de velocidad y alcohol.
“Controles de vehículos en lo relativo a reformas de importancia, como por ejemplo los escapes resonantes y la retirada de catalizadores y escapes que no solo suponen un riesgo y una molestia para el resto de usuarios sino una emisión de contaminantes muy elevados incumpliendo la legislación medioambiental. Otro ejemplo son las manipulaciones de Adblue, con la emisión de óxido nitroso”, apunta el oficial.
Al final, el objetivo de la Policía Municipal de Valladolid pasa por conseguir que se respete la circulación del conductor que esté al lado y también la del propio. Hay que cumplir para evitar multas, pero sobre todo, que nuestra vida corra peligro.