La sequía es un problema que está azotando a todos los sectores. Son muchos los municipios que han tenido que tomar las primeras restricciones por la falta de agua. Todos miramos al cielo clamando para que llueva y esa agua sirva para aliviar los embalses y los incendios. Las previsiones no son muy halagüeñas, por lo que ya solo queda rezar. Y eso es a lo que se agarra el arzobispado de Valladolid que ha realizado una misiva para pedir “el don de la lluvia” a través de las oraciones de los fieles.
“Un creyente lee los acontecimientos para descubrir en ellos la llamada del Señor. Vivimos una larga sequía en un verano de calor y guerra. Pidamos el don de la lluvia y de la paz y trabajemos por el bien común”, comienza la carta que firma el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, a fecha 10 de agosto, festividad de San Lorenzo, y que lleva por título "Pedimos el don de la lluvia y trabajamos por el bien común".
Por ello, convoca a los “hermanos de la Diócesis de Valladolid a orar”, pidiéndole al Señor “el don de la lluvia y el bien común de la paz. Queridos presbíteros invitad al pueblo santo de Dios a esta rogativa en la Eucaristía y en la Liturgia de las Horas. (Cfr. Misa para pedir la lluvia; Misa por la paz y la justicia) En la próxima fiesta de la Virgen que tantas advocaciones tiene entre nosotros, solicitémosle su intercesión”.
Ahora bien, como no todo se puede dejar en manos de Dios, los cristianos también tienen que hacer un esfuerzo y en este caso se llama reducción del consumo. “Nuestra oración ha de estar acompañada por la reducción del consumo de agua y de energías básicas de manera que no despilfarremos el agua tan escasa y necesaria. Para fijar el criterio del despilfarro hay que mirar a los que menos tienen”, expresa el nuevo arzobispo de Valladolid, cuya toma de posesión tuvo lugar la semana pasada.
Por último, dentro del apartado de ‘limosna, el arzobispo asegura que “las crisis generan desigualdades en sus consecuencias y exigen combatir sus causas, en la medida que dependan de la voluntad humana. Por eso os invito a la "limosna'' del compartir con los que menos tienen y al compromiso público en favor del bien común en los ambientes e instituciones económicas o políticas de las que formamos parte. Animo a nuestros representantes públicos, en el poder y en la oposición, a buscar caminos de encuentro y colaboración de todos los ciudadanos en favor del bien común”.