Una árbitra vallisoletana que oposita para la Policía Nacional: “Las que más me insultan son las mujeres”
A sus 20 años, Paula López San Antolín nos cuenta sus siete años de experiencia por los campos de Castilla y León
15 octubre, 2022 07:00Noticias relacionadas
Paula López San Antolín es una joven vallisoletana de solo 20 años que vive en el municipio vallisoletano de Santovenia de Pisuerga. Está opositando para entrar en la Policía Nacional, y baila en un conocido grupo local llamado: ‘Pucela Dance’. Su día a día es ajetreado, no para literalmente hablando.
Nuestra entrevistada comenzó a arbitrar hace siete años, cuando estaba a punto de cumplir los 13. Todo tras recibir un pequeño empujoncito por parte de Jesús Zancada, exárbitro asistente pucelano de Primera División. La vallisoletana debutará esta temporada como asistente en la Tercera División masculina.
P.- ¿Cómo y cuándo elige ser árbitra y por qué?
R.- No tenía ni idea de fútbol. Ni me gustaba ni a mi familia tampoco. Nunca hemos sido futboleros. Una tía mía empezó una relación con Jesús Zancada, asistente de Primera División. Con 13 años no tenía ni idea de lo que era el arbitraje y Jesús me animó para que probase. Le hice caso y empecé. Hice el curso, a los tres meses nos daban el reglamento. Íbamos a Michelín con la bandera, a sacar las tarjetas y demás, y así empecé.
P.- ¿Cuándo debuta?
R.- Debuté con Jesús Zancada como asistente en un partido femenino en el campo del San Pío. Ahí arrancó todo. En ese partido me vi bien al ir acompañada, con más árbitros, más segura, pero el primer partido de fútbol 7, como árbitra principal, fue más complicado.
P.- ¿Qué más recuerda de ese primer partido?
R.- Con Jesús Zancada fue todo muy fácil. El primero, como árbitra principal, fue en el San Agustín. Hace siete años y fue bien porque me acompañó un tutor y eran prebenjamines. Era más cuidarles que otra cosa. Recuerdo también el segundo, que fue en el San José. Ahí se me complicó la cosa, con benjamines pero que tenían ya más experiencia. Sabían jugar mejor y me pilló de sopetón. Me costaba colocar la barrera y aplicar ciertas normas. Hay cosas que entiendes en la teoría pero que hasta que no estás en la práctica no entiendes muy bien su funcionamiento. Recuerdo que estaba deseando que acabara ese encuentro de 50 minutos. Vino mi madre, porque tenía 14 años y me llevaba a todos los partidos. Al finalizar este me dijo: “¿Bueno qué, lo dejamos?”. Continué y demostré a todo el mundo de lo que soy capaz.
P.- ¿Qué ha tenido que hacer para ser asistente de Tercera División masculino?
R.- Los inicios fueron duros. No sabía de fútbol y tenía que enfrentarme al juego, a los entrenadores, a los padres… Tenía 13 años y era una niña. Poco a poco ves cómo te adaptas y vas cogiendo experiencia y manejando mejor los partidos. Ves que te gusta, que estás contenta y valoras muy positivamente cuando alguien te dice que lo has hecho bien. En lo que respecta a lo de asistente de Tercera División, no sabía muy bien por qué decantarme. Me aconsejaron que fuera árbitra principal, pero he visto la oportunidad este año porque han salido dos plazas. He hecho el examen y en las pruebas teóricas quedé la primera. En las físicas tuve que ir a la repesca, pero las saqué también cuando nadie daba un duro por mí. Y aquí estoy como árbitra asistente de Tercera División.
P.- ¿Cómo es su día a día?
R.- A la oposición le dedico mucho tiempo. El entrenamiento lo compagino. A la vez que entreno para ser Policía, lo hago para arbitrar. Todo me sirve. Físicamente es igual. Los fines de semana no estudio tanto porque tengo partido el sábado por la mañana. Intento estudiar el domingo por la tarde. De lunes a viernes intento dedicarme más al estudio y el fin de semana al arbitraje.
P.- ¿Ha contado con el apoyo de sus padres?
R.- Sí, en todo momento. Mi madre y mi padre siempre me han apoyado en todas las decisiones que he tomado. Siempre.
P.- ¿Cuántos partidos arbitra a la semana? ¿De qué categoría?
R.- En Tercera División debuto este fin de semana en Aranda de Duero. Suelo pitar, cada semana: un partido de fútbol femenino, como árbitra. Este fin de semana pasado tuve en el San Pío, el sábado un cadete también como árbitra principal y por la tarde con el femenino del Parquesol. Suelo tener tres o cuatro y son más de ámbito territorial que provincial.
P.- ¿Qué es más complicada la preparación física o la mental? Hay que ser fuerte para abordar los partidos.
R.- Si estás bien preparado físicamente vas a llegar a las jugadas, vas a estar mejor posicionada y vas a poder verlo todo. Mentalmente es duro. Tomas una decisión y todo un equipo puede venir hacia ti. Tienes que saber manejar la situación. Pensar que puede que te hayas equivocado, pero seguir adelante. No puedes quedarte parado. También con el público. Es el que, a veces, más presión mete. Tanto a nosotros, como a los jugadores. Llega el agobio y se genera una tensión en los campos que a veces acaba bien y otras mal. Depende.
P.- ¿Se cobra bien?
R.- Yo, para las categorías que pito y sin haber trabajado en nada más, lo veo bien. Como sumo siete años pitando, cuando me iba de vacaciones con mis amigas he gastado lo que iba ganando. El arbitraje lo veo, ahora mismo, como mi trabajo. Es con lo que pago mis gastos. Con lo que recibo, de momento, me da para vivir. Por mi parte lo veo bien.
P.- ¿Se ve a largo plazo ejerciendo de árbitra como profesión única?
R.- Mi sueño siempre ha sido el de ser policía. Si lo pudiera compaginar lo seguiría manteniendo. Cuando vas ascendiendo de categoría, en un momento determinado, te piden la profesionalidad. O dejas el trabajo o no puedes seguir ejerciendo de árbitra. Ahora mismo, de aquí a unos cuantos años espero seguir. Pienso que la profesión de árbitra y la de policía están relacionados. Es como la autoridad. Aplicar las normas y demás. No he pensado dejar la oposición.
P.- ¿Lo ha tenido más complicado por el hecho de ser mujer?
R.- No. No he tenido ningún problema. Está claro que hay más hombres que mujeres, pero no tengo ningún hecho personal que me haga pensar esto. Al revés, creo que las chicas tenemos más fácil el hecho de ir progresando para llegar a Primera División.
P.- ¿Ha recibido insultos durante algún partido?
R.- Siempre están los típicos insultos del: “vete a fregar” y demás. Sí existe en los campos. Me acuerdo cuando comencé a pitar una abuela que me increpó durante el partido y me dijo que “era una sinvergüenza”. Salía por la puerta y seguía increpándome. Luego llegó otro partido tras el que decidí ponerme seria. Fue en un Tercera Aficionado, en Zaratán. Empezó bien, pero todo se empezó a calentar. El capitán del Zaratán me empezó a tocar y a increpar y no supe reaccionar. Acabé muy quemada tras ese partido por no saber ponerme en mi sitio. Desde ahí decidí que si tenía que sacar una tarjeta amarilla lo iba a hacer. Igual con las rojas. Tenía que hacerme respetar como yo respeto el trabajo de los futbolistas.
P.- ¿Cuándo fue esto?
R.- Estaba yo arbitrando en Segunda Provincial. Hace cuatro años o así. En los últimos años no he tenido problemas destacados en los campos. Hay gente que puede no estar de acuerdo con una decisión, pero no he tenido que llamar a la Guardia Civil para salir tras un partido, por ejemplo.
P.- ¿Cómo ve la figura de los padres dentro del fútbol base?
R.- Creo que son los que se cargan este fútbol base. Recuerdo una anécdota, de un cadete en la Rondilla. Los padres picaban, tanto a los jugadores como a mí. Estaban tan quemados los futbolistas que uno se acercó al público y les dijo que se callaran y les dejaran jugar. Les agobian tanto a ellos como a mí. Los padres hacen que todo sea más complicado. Al final, el fútbol es sencillo. Cuando empiezan los nervios en el campo complican la labor a todos. Se piensan que son entrenadores porque dan instrucciones a sus hijos y les lían más.
P.- “Mujer tenías que ser”, “vete a fregar”, en Salamanca hubo problemas hace unas semanas y el pasado fin de semana en Valladolid también. Tiene que desaparecer esto.
R.- Al igual que nos insultan a nosotros, insultan a los chicos. A ellos lo hacen con un: “Que malo eres” y a nosotros por el hecho de ser mujeres. Tanto para chicos como para chicas deberían de desaparecer los insultos. No hay que faltar el respeto a nadie. Las mujeres, simplemente por el hecho de serlo, sufrimos estos comentarios y da un poco de pena. Me gustaría apuntar también que no solo insultan los hombres a las mujeres. A mí me ha pasado que las que más me insultan son las mujeres. En vez de apoyarnos entre nosotras y que las personas de mi sexo digan: “mírala que bien, que se atreve a salir a arbitrar y demás en un mundo que no deja de ser de hombres” son las que más te atacan.
P.- Objetivo y deseo mirando al futuro.
R.- Voy a intentar seguir subiendo de categoría. Ahora estoy de asistente de Tercera División. También puedo salir como asistente de Primera RFEF Femenina. Mi objetivo para esta temporada es conseguir meterme como asistente número 1 de Primera RFEF para ser de esa categoría y, si puedo seguir subiendo, tanto en masculina como femenina, mejor. Todo es bienvenido.
P.- ¿Y la oposición?
R.- Quiero sacarla cuanto antes. Creo que las pruebas físicas serán en enero y las teóricas en marzo. El año pasado ya me presenté y las pruebas físicas fueron bien, pero en las teóricas, pese a no sacar mala nota, iba con muchos temas sin saber. Espero, este año, sacar mejor nota y entrar.