No hay duda de que en los tiempos que corren resulta sumamente complicado abrir un negocio. Hacerlo con solo 24 años, mucho más. Diego González Benito lo ha hecho en Valladolid. Concretamente en la calle Santa Cruz, 1. Él ha montado su pastelería, que lleva por nombre: Diego Patisserie y de momento el negocio va viento en popa, a toda vela, como el protagonista nos explica a la llegada de EL ESPAÑOL de Castilla y León al lugar.

Me encantaría que todo creciera y poder abrir varios locales más en España. Sería mi sueño. También, publicar un libro con recetas en el que se pueda ver todo mi crecimiento y lo que he hecho a lo largo de estos años de duro trabajo”, confiesa Diego, que ha sido protagonista también en Navidad por el sabor de sus roscones de Reyes Magos que no han dejado indiferente a nadie.

Charlamos con este amante del deporte, que disfruta de un buen rato con sus amigos y familia, y que también cocina fuera del trabajo para que nos explique cuál es su fórmula del éxito. “Soy una persona creativa, exigente conmigo mismo y perfeccionista”, añade. A lo mejor esto que confiesa tiene mucho que ver.

Productos en la tienda de Diego

Repostería desde los ocho años y la importancia de las redes sociales

“Mi amor por la pastelería me viene desde pequeño, cuando veía a mis dos abuelas y a mi madre cocinar y preparar postres. Mi abuela hacia rosquillas, deliciosas, y siempre las elaboraba junto a ella. Era el momento favorito de la semana para mí. Tras todo esto, decidí adentrarme en este fascinante mundo”, confiesa nuestro entrevistado.

Los padres del vallisoletano comenzaron a ver cómo a su hijo le fascinaba, cada vez más, el mundo de la repostería. En 2012, el pucelano abre una cuenta de Instagram que llevaba por nombre Diego Cupcakes. Ahí comienza a subir fotos de sus elaboraciones y los seguidores crecen, más y más. Hasta llegar a los 3.000.

Fue Instagram lo que motivó a este joven emprendedor a seguir. En 2018 realiza el curso de Le Cordon Bleu. Después asiste a otros para mejorar su técnica y decide crearse otra cuenta en esta red social. Es la que tiene ahora y que lleva el nombre de Diego Patisserie. Incluso, como nos explica, ha llegado a dar cursos online creados por él mismo.

“La gente puede ver en directo como me manejo y creo mis elaboraciones. Algo que me gusta, que me ha ayudado a crecer y que quiero mantener”, confiesa, antes de dar un paso más con la apertura de su negocio el pasado año.

Diego atiende a EL ESPAÑOL

Su primer negocio: un éxito

“Siempre he querido tener mi propio negocio. En Nueva York, cuando iba con mis padres, les decía que quería abrir una pastelería. Me daba miedo hacerlo en Valladolid porque es una ciudad más pequeña que, por ejemplo, Madrid, pero estoy muy contento por la aceptación que ha tenido la apertura y por lo bien que ha respondido el público”, confiesa emocionado.

Fue en octubre de 2022 cuando el establecimiento echó a andar. Un local con dos plantas de 70 metros cuadrados que es su casa y que está situado en la calle Santa Cruz, en el centro de Valladolid. “Aquí hago todas mis elaboraciones. Me ayudaron mis padres y, con mis ahorros, decidí tirar hacia delante”, añade.

El pucelano es un hombre valiente que no se obsesiona con el futuro y que prefiere vivir día a día y superando los baches que vayan surgiendo en camino. Tiene doble mérito, el de abrir un negocio en los tiempos que corren y el de hacerlo a una edad tan temprana.

Él, sueña a lo grande. Espera seguir creciendo para “estrenar una franquicia en Madrid en el futuro y hacer más grande el nombre de su marca”. Ese sería su sueño, como el de “tener varias pastelerías por España”, añade.

Diego posando para EL ESPAÑOL

Una oferta variada y novedosa

“Quería hacer algo diferente a lo que ya hay en Valladolid. Me gusta la pastelería tradicional, pero buscaba dar un salto e innovar para que disfrutaran de algo único solo aquí. Siempre me ha gustado la mezcla entre pastelería francesa y americana y decidí hacerlo aquí, en Valladolid, con un menú triunfador”, asegura nuestro protagonista.

En la carta podemos encontrar el ‘Cronut’, que es la mezcla entre el croissant y el donut que se inventó en Nueva York y que solo se hace en tres sitios en España: Madrid, Barcelona y en Diego Petisserie. Tartas de diferentes tipos, también de queso, rollos de canela o elaboraciones con galletas Lotus.

Esta Navidad ha revolucionado el mundo de los roscones de Reyes en Valladolid.  De Kinder, Oreo, Lotus, Red Velvet… exquisitos y que sirven para que la gente, a la vez que come este producto que anuncia la llegada de sus majestades, conozca su oferta de tartas. “Han tenido buena aceptación. Espero que el año que viene dupliquemos o tripliquemos la venta”, finaliza ambicioso.

Un joven emprendedor vallisoletano que gracias a Instagram está cumpliendo su sueño y que mira al futuro con optimismo.

 

Noticias relacionadas