Quintanilla de Onésimo es un municipio situado junto al río Duero que se ubica a 35 kilómetros de la capital. Su nombre está formado por dos términos. Por un lado: Quintanilla, que hace referencia a la quintana, que en época romana era una casa solariega, y se dice que en la zona hubo asentamientos, y su apellido es “Onésimo”. Fue dado en el año 1941, por decreto de la Falange, ya que en el lugar nace Onésimo Redondo.

Es un pueblo de la provincia de Valladolid que cuenta en la actualidad, según los datos del padrón del Instituto Nacional de Estadística, con 1.014 habitantes, por los 1.137 que contaba hace diez años. En la zona, la amenaza de la pérdida poblacional que golpea con fuerza al medio rural, también se nota.

El tiempo ha pasado también para un cine con mucha historia que se ubica en la calle Alonso Pesquera del lugar. Se construyó en el año 1954 y se ha convertido en teatro. La última película proyectada fue en el año 2000. Allí, vecinos y curiosos disfrutan ahora de las actividades culturales más variopintas.

Iglesia de San Millán en Quintanilla de Onésimo

Nacido en 1954

El cine se construye en el año 1954 por iniciativa particular viendo que en ese momento el auge de los cines estaba marcando un punto importante. La gente acudía a ver las películas, disfrutaba y pasaba un buen rato de ocio con sus amigos o familiares”, cuenta en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Carlos Medrano Martín.

Él es, a sus 46 años, el dueño de la Sala Mario’s en Quintanilla de Onésimo. Lleva al frente del mismo 20 años. Es amante de cine, sobre todo de sagas como la de Star Wars, Marvel y también de las proyecciones de los años 90. Además, disfruta mucho con los arcardes clásicos, nos confiesa.

La sala, que antes proyectaba películas, se encuentra en pleno centro del municipio vallisoletano. Consta de dos plantas y una capacidad para 400 butacas. Es una joya en el lugar, muy valorada por el más de millar de vecinos que allí viven.

El nombre viene del fundador: Mario Andrés. Era una persona visionaria que impulsó la cultura de un pequeño pueblo como es Quintanilla de Onésimo. Lo hizo, no solo con el cine, sino con una sala de fiestas que es un icono comarcal”, explica nuestro entrevistado.

Cine Mario's en Quintanilla de Onésimo un día nublado

Historia

Los orígenes resultaron “increíbles” con “muchos años proyectando películas”. Fue evolucionando con el paso de los años. Cambiaron las maquinarias donde se proyectaban estos largometrajes, del tirón y sin paradas. Con posterioridad se incorporó el sonido Dolby estereofónico, en lo que supuso otro gran avance.

“En su día, la presencia de los cines Mario’s supuso una gran revolución porque dotaba de un punto cultural y de encuentro a nuestro pueblo y a los de alrededor. Se podía disfrutar de un espectáculo que por aquel entonces era grandísimo”, añade Carlos Medrano Martín.

El actual dueño del local habla del pasado con nostalgia y poniendo de relieve lo que la cultura genera en la sociedad. Ahora, esta sala de proyecciones se ha convertido en un recinto en el que disfrutar del teatro. Se ha reconvertido, con el paso de los años, para evitar morir de viejo y esquivar ese concepto maligno de España vaciada.

Imagen de la sala por dentro

Del cine al teatro

El cine es arte, pero el cambio a teatro también proporciona cultura. El lugar se ha reconvertido a una sala en la que, gracias a los tres grupos que tenemos en el municipio y al certamen anual de teatro, podemos disfrutar con este arte que resulta tan especial y es muy querido en el pueblo”, añade nuestro entrevistado.

En la sala Mario’s los vecinos ya no ven películas. El cine pasó a la historia allí, pero ahora, además del teatro, los pequeños y mayores se lo pasan en grande con la magia, distintos certámenes, monólogos, funciones escolares… y hasta con la visita de los Reyes Magos que repartieron juguetes la pasada Navidad a los niños y niñas de la localidad vallisoletana.

“Queremos que Mario’s continúe con la actividad intentando aumentar las funciones teatrales y, sobre todo, intentando que esté abierto y bien conservado”, asegura el dueño del lugar, que mima a su sala como el que más.

Todo para que la joya de la corona de Quintanilla de Onésimo continúe brillando y sume años desde 1954.

 

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