Encontrar empleo con 63 años: “Hay que tener muchas ganas de trabajar y que la empresa no guarde tu CV en un cajón”
Antonio Montoro, tras casi una década sin trabajar, ha logrado un empleo en Valladolid gracias al programa Desafío Empleo +45 de Cruz Roja
14 febrero, 2023 07:00“Antonio, que tengo un trabajo para empezar el lunes”. Así comienza la historia con final feliz de Antonio Montoro, un valenciano de 63 años que después de casi una década sin empleo cotizado ha logrado en Valladolid su puerta a la esperanza. Algo que no es fácil porque “nadie quiere a la gente mayor, no te lo dicen, pero es así”, lamenta con rabia y reconoce cómo ha llegado a perder la esperanza al comprobar que su currículum acababa en el fondo de un cajón.
La historia de Antonio es la de tantas y tantas personas que ven cómo su fecha de nacimiento se convierte en un impedimento para trabajar. Hasta el punto de que ha llegado a obviarlo en sus currículums, “luego cuando te ven te ponen otra excusa, por eso yo les digo, sed sinceros, no me vais a llamar”. La sociedad evita al mayor, rechaza la veteranía, y el mundo laboral aún más, pero cuando hay tantas ganas de trabajar, porque Antonio las tiene, finalmente aparecen hadas madrina. En este caso, es Cruz Roja, que con su programa de empleo Desafío Empleo + 45, acerca oportunidades laborales a personas que sufren discriminación por edad en el mercado de trabajo o que por otras cuestionen necesitan apoyo para integrarse tras una salida del mercado. “Y sí, con 45 ya empieza a haber problemas”, manifiesta Rubén Gómez, responsable de empleo de Cruz Roja en Valladolid.
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Montoro es un hombre insiste, él reconoce que “pesado” por querer trabajar. Por eso, desde que se instaló en Valladolid, el pasado mes de septiembre ya que tiene a su hija y nietos viviendo aquí, se empeñó en buscar trabajo. "Ya había estado bastante tiempo sin trabajar", apostilla. En este caso por fuerza mayor ya que había estado cuidando de sus padres enfermos y posteriormente de una pareja de ancianos. Cuando fallecieron era el momento de volver al mercado laboral, pero a los 63 años no es sencillo. Durante este tiempo nunca ha parado, ha hecho cursos de inglés, de informática, etc. Todo con la idea de formarse y encontrar ese empleo que le permita trabajar durante unos años antes de la jubilación. “Yo quiero trabajar porque me encuentro muy bien”, insiste.
Y hace unas semanas, la llamada de Integra le dio calor para sobrevivir al frío de Valladolid, lo que menos le gusta de la ciudad. No dudó en venirse rápidamente de Valencia donde estaba visitando a su otro hijo para poder trabajar. Ahora se dedica a controlar el acceso y el mantenimiento de las instalaciones del centro deportivo militar del Páramo de San Isidro. “Estoy contento, me gusta, pero quiero una estabilidad para unos cuantos meses”, lamenta Antonio, que en cuestión de empleo siempre quiere más.
El valenciano recuerda que, con la ayuda de su mujer, ha llegado a enviar más de 25 currículos al día y comprobar cómo al momento estaba rechazado. Eso le hizo venirse abajo. “Yo estaba confiado, pero luego la realidad es otra”, por eso reconoce “momentos de bajón” donde ha encontrado en la familia a su mejor punto de apoyo. Su experiencia quiere que sirva de acicate a gente que está en su misma situación, ahora bien, tiene claro que para encontrar esta aguja en un pajar, hay que ser “constante”. “El trabajador tiene que poner mucho de su parte. Mucha voluntad. Me han llamado para trabajar festivos y fines de semana y no he dicho nunca que no. Necesito trabajar y quiero trabajar”, exclama.
Su 35% de incapacidad ha supuesto un hándicap y un beneficio. Le ha venido bien para que una empresa como Integra le encuentre trabajo, pero también por culpa de ella tuvo que abandonar el trabajo de toda su vida: conductor, ya que comenzó un tratamiento con una medicación que lo hacía incompatible con el volante. Lo fue en Valencia de taxi y de servicios de emergencias. Montoro agradece “enormemente” el trabajo realizado por Cruz Roja para hacer de puente con la empresa. Su caso es similar al de 1.300 vallisoletanos que han participado en el Plan de Empleo que contiene diferentes programas y proyectos.
Gómez también valora la actitud positiva para encontrar trabajo, “lo que valoran es la actitud y la predisposición”.
La labor de Cruz Roja
Este proyecto Desafío Empleo +45 se divide en una parte teórica y otra práctica donde se realiza orientación laboral, tanto en individual como grupal y un trabajo de competencias para que los participantes puedan ser autónomos en la búsqueda de trabajo. Cruz Roja trata de evitar que las personas en esta situación se salgan del mercado laboral, empoderándoles y dándoles la confianza para la búsqueda de empleo. Se trabaja también la estabilidad emocional que puede verse alterada por largos periodos de desempleo.
El proyecto Reto Social Empresarial para la inserción laboral: Alianzas y el de Desafío Empleo +45 están enmarcados en el Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social (POISES), financiado por el Fondo Social Europeo, Ministerio de Trabajo y Economía Social, la Junta de Castilla y León mediante la Gerencia de Servicios Sociales y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. “Tenemos que hacer una alianza entre todos”, afirma Gómez. Se han logrado alianzas con diferentes empresas de Castilla y León, que contemplan: la formación, inclusión laboral, intermediación, prácticas formativas no laborales. Así, las empresas de Castilla y León que colaboran con el Plan de Empleo son más de 1.000 y todas estas acciones suman más de 1.800 colaboraciones.